EN LA UE YA HAY MÁS MUERTOS POR EL CALOR QUE POR ACCIDENTES DE TRÁFICO

“El calor será más extremo, más intenso y más duradero”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
UE CALOR

El ser humano está llamado a un proceso de adaptación ante las nuevas condiciones climáticas extremas para poder sobrevivir.

Para los europeos el verano está convirtiéndose en una auténtica pesadilla con termómetros marcando nuevos máximos, incendios por la sequía y ríos con cauces descendiendo dramáticamente.

En los países que forman parte de la Unión Europea (UE) la temporada estival ya no es lo que era antes: el anuncio de las vacaciones y la posibilidad de pasarlas en un sitio de sol y playa. Ahora el sol es ardiente en lugares que antes tenían temperaturas, de 18 a 20 grados en promedio, como Suecia, Noruega, Finlandia o Islandia. Y los sitios con playa que hasta hace unos años tenían temperaturas de 27 a 30 grados experimentan incrementos que oscilan entre los 37 a 40 grados.

El calor asola a los europeos a tal punto, que de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en 2023 fallecieron 47 mil 690 personas en la UE por golpes de calor y otros efectos provocados por la intensidad del clima.

Este dato es muy significativo si se considera que el calor está matando más gente que, por ejemplo, los accidentes de tráfico: la Comisión Europea reportó que el año pasado fallecieron 20 mil 400 personas en diversos accidentes en las carreteras.

Por ende, el calor arroja el doble de muertos y no parece que este año el intenso estío obtenga un informe más halagüeño.

Hay países como Grecia e Italia que primordialmente han puesto en alerta a los turistas, porque los locales que no necesiten salir a la calle a las horas de mayor sol se resguardan en sus casas, pero los turistas no.

António Guterres, titular de la ONU, viene reprochando en sus discursos acerca del cambio climático y remarca que será inevitable traspasar el umbral de 1.5 grados Centígrados establecido por el Acuerdo de París con la meta de acelerar la descarbonización del planeta.

Precisamente Joan Ballester, del Consejo Europeo de Investigación (ERC), advierte que el año pasado casi “la mitad de los días” superaron dicho umbral y se esperaría que se traspase este límite en la mayoría de los días antes de 2027.

Impacto

¿Qué significa? Que el calor será más extremo, más intenso, más duradero y que habrá largos meses de sol y pocos meses de invierno; con su consecuente alteración del ciclo de lluvias y el impacto en la sequía y desertificación. En suma, una amenaza para la vida humana.

Durante junio, en Grecia seis turistas fallecieron afectados por la ola de calor extremo; en especial llamó la atención el caso del presentador de televisión británico Michael Mosley, quien estaba de vacaciones en la isla Symi y desapareció haciendo una ruta. Lo estuvieron buscando durante cuatro días con aviones, drones y embarcaciones.

También fue llamativo el caso de un turista alemán de 67 años que salió de su hotel para dar un paseo por la isla de Creta y al cabo de un par de horas se comunicó con su esposa para decirle que se encontraba extenuado y mareado.

En Italia, el Ministerio de Sanidad recién lanzó un aviso de alerta roja por calor para 22 ciudades a partir del 15 de agosto. Bajo la alerta bollino rosso se emite el nivel más alto de advertencia por grave exposición al calor y los riesgos intrínsecos.

La región de Lacio, que incluye a la capital, Roma, también ha puesto en marcha un plan de emergencia para hacer frente a los efectos de los periodos de más altas temperaturas en la salud de la población.

“Los servicios de urgencias de varios hospitales han activado un protocolo especial que prioriza el ingreso de los pacientes que sufren problemas de salud causados por el calor. Entre estos pacientes, en un país con una gran población de más de 65 años, la mayoría son personas de avanzada edad”, de acuerdo con Euronews.

Pero no solo son turistas los afectados, sino también muchos trabajadores expuestos al aire libre: los sindicatos en la UE vienen exigiendo mejores condiciones para los empleados de la construcción.

“Hoy en día las cuestiones de salud y seguridad y las lesiones en el lugar de trabajo deben situarse en el contexto actual, porque el cambio climático es una realidad. Si se compara el trabajo en el sector de la construcción de hace 30 años con la actualidad, entre junio y septiembre, los riesgos son completamente distintos”, declaró Alessandro Genovesí, secretario general del sindicato Fillea CGIL de Italia.

En España, el sector de la construcción aprobó un protocolo de actuación para hacer frente a las altas temperaturas y se aplicará de forma indefinida en lugares de construcción y espacios que no puedan permanecer cerrados.

La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) sacó adelante un protocolo de actuación en el sector, el cual establece distintas recomendaciones generales, desde pautas alimentarias, pasando por el uso de ropa adecuada, hasta realizar descansos y adaptar los horarios de trabajo a las horas de menor exposición.

En función de los datos e información facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se establecen tres escenarios o niveles de alerta: verde, amarillo y naranja-rojo, con una consecuente toma de medidas.

Por norma general en los trabajos que requieran la presencia constante de una persona a la intemperie se valorará la rotación de la misma o dotarle de sombra y se facilitarán descansos frecuentes en lugares frescos.

En el nivel verde se podrá trabajar con normalidad y en el amarillo habrá que supervisar los trabajos en el exterior y prestar especial atención a los trabajadores sensibles.

Cuando haya alerta naranja-roja se prohibirán los trabajos en solitario, se priorizarán los trabajos en interiores o a la sombra y se suministrará agua con mayor frecuencia. Además, se reducirá o modificará la jornada adaptando las condiciones de trabajo.

Olas extremas

Precisamente la investigación realizada por el ISGlobal indica que 2023 fue el año más cálido registrado a nivel mundial y el segundo más cálido de Europa. Y 2024 va camino de superarlo.

En el estudio se refiere que el ser humano, como todos los seres vivos, está llamado a un proceso de adaptación ante las nuevas condiciones climáticas extremas para poder sobrevivir.

Los investigadores utilizaron registros de temperatura y mortalidad de 823 regiones de 35 países europeos para el periodo 2015-2019 a fin de ajustar los modelos epidemiológicos y estimar la mortalidad relacionada con el calor en cada región europea en el ciclo del año pasado.

En 2022 fallecieron 60 mil personas por el efecto del calor en Europa: “A diferencia del verano de 2022, que se caracterizó por temperaturas extremas persistentes en la parte central de la temporada desde mediados de julio hasta mediados de agosto, no se registraron grandes anomalías térmicas durante las mismas semanas de 2023. Sin embargo, dos episodios de altas temperaturas a mediados de julio y finales de agosto del año pasado causaron 57% de la mortalidad, estimada en 27 mil muertos”.

De las 47 mil 690 muertes del año pasado por golpes de calor y otros efectos derivados de las altas temperaturas, se tiene que 47 mil 312 fallecimientos ocurrieron en el periodo más caluroso, entre el 29 de mayo y el 1 de octubre del año pasado.

En 2023 los países con las mayores tasas de mortalidad relacionadas con el calor fueron los siguientes: Grecia con 393 muertos (por cada millón de habitantes); Bulgaria con 229; Italia con 209; España, 175; Chipre, 167; y Portugal, con 136 muertes por cada millón de habitantes.

De acuerdo con dicho estudio, ¿quiénes son los más vulnerables? Primordialmente las mujeres y las personas mayores: “En concreto, después de tener en cuenta la población, la tasa de mortalidad relacionada con el calor fue 55% mayor en el género femenino respecto del masculino y 768% más alta en las personas mayores de 80 años que en las personas de entre 65 y 79 años”.

Un punto interesante que destaca dicho estudio es la falta de registros de mortalidad diarios y homogéneos en los hospitales públicos y privados y en la red de registro de defunciones en la UE cuando se trata de víctimas por calor. Hasta el momento, la única fuente de información fiable es Eurostat, la oficina de estadística de la UE.

A partir de este fallo en la información el ISGlobal cree que el número de fallecidos reales por el calor extremo es muy superior “y en 2023 podría haber rondado los 58 mil fallecidos en los 35 países europeos analizados”.

Uno de los objetivos del estudio es evaluar si se ha producido una disminución de la vulnerabilidad al calor en Europa, un proceso que generalmente se entiende como una adaptación al aumento de las temperaturas.

Para ello, los investigadores ajustaron el mismo tipo de modelo a los datos de temperatura y mortalidad de los periodos 2000 a 2004; 2005 a 2009; 2010 a 2014; y 2015 a 2019. Además, introdujeron las temperaturas y las cifras de mortalidad de 2023 en cada uno de los cuatro modelos para estimar el número de muertos que se habrían producido en cada periodo si las temperaturas hubieran sido tan altas como el año pasado.

“Utilizando este método se estimó que si las temperaturas registradas en 2023 hubieran sucedido de 2000 a 2004 la mortalidad estimada relacionada con el calor habría superado la cifra de 85 mil muertos; esto es, 80% superior al resultado derivado de la vulnerabilidad al calor de 2015 a 2019”, de acuerdo con dicho análisis.

Y sin agua, podría empeorar

Aquí en España se alerta a la población de los peligros sobre la exposición al sol y la radiación, se aconseja salir lo más protegidos y vigilar, sobre todo, esa exposición, tanto en las zonas urbanas, como en piscinas y playas.

Los días de verano son largos e infernales: el sol está resplandeciente a las seis de la mañana y a las diez de la noche todavía hay claridad. Las ciudades del norte de España han dejado de ser un refugio para el calor, que golpea con dureza a Andalucía, ubicada en el sur; se trata de una región que de acuerdo con diversos modelos —uno de ellos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— está señalada en grave riesgo de desertificación y que, según las previsiones, en algún momento de este siglo terminará padeciendo un clima árido parecido al de Marruecos y el Sáhara.

Este año los habitantes de España han tenido buena suerte porque un milagro meteorológico llenó de agua diversos embalses y presas que lucían vacías en marzo pasado. Gracias a esa agua cientos de localidades, tanto al norte como al sur de la geografía ibérica, se salvaron de pasar el verano y su calor extremo con varios recortes de agua y apenas líquido para ducharse o bien para regar los sembradíos.

Sin ir más lejos, el Ministerio para la Transición Ecológica dio a conocer que 74% del territorio español está en riesgo de desertificación debido a la crisis climática y a la problemática alrededor de los recursos naturales, especialmente del agua. Lo que se sabe es que los cultivos intensivos e industrializados de regadío representan solo 20% de la superficie cultivada y consumen hasta 80% del uso total de agua en España. “Con casi cuatro millones de hectáreas de regadío, España se erige como uno de los principales consumidores de agua de Europa”.

No obstante, España no es el único país que sufre a medida que los suministros de agua del sur de Europa se agotan: aproximadamente 17% del territorio de la UE va camino de la desertificación debido a la sequía, tal y como apunta el Observatorio Europeo de la Sequía.

La tendencia es que la situación empeorará.

Efectos del calor en el cuerpo humano

En un reportaje elaborado por Lauren Pelley, experta en salud y medicina, publicado en CBC, se abordan los efectos negativos del calor extremo en el cuerpo humano derivados de un golpe de calor, deshidratación, insolación o incluso quemaduras.

¿Por qué el calor extremo es tan peligroso para el cuerpo humano? Los científicos argumentan que las altas temperaturas tienen un impacto negativo en múltiples órganos, ejerciendo presión sobre el corazón, enturbiando la memoria, causando una rápida deshidratación y, finalmente, la muerte si el cuerpo no puede enfriarse lo suficientemente rápido. Y esos impactos se sienten de la cabeza a los pies.

A medida que aumentan las temperaturas el cerebro puede tener dificultades para procesar la información. Esa caída en la función cognitiva puede afectar el juicio y poner a las personas en riesgo de caerse o lesionarse. En casos extremos, las altas temperaturas pueden incluso causar una peligrosa inflamación cerebral.

Cuando la temperatura aumenta la piel juega un papel importante en el enfriamiento del cuerpo, ya que los humanos necesitan mantener su temperatura corporal central dentro de un “rango bastante estrecho”, de acuerdo con Larry Kenney, profesor de fisiología y kinesiología de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Pero ese proceso puede salir mal cuando el calor extremo se combina con una alta humedad: “Esos factores, en conjunto, interrumpen la evaporación del sudor para que no tenga ningún impacto de enfriamiento en el cuerpo y al mismo tiempo deshidrata más rápidamente”.

Eso puede conducir a la enfermedad más grave relacionada con el calor: el golpe de calor. Cuando la capacidad del cuerpo para sudar falla, la temperatura interna sigue aumentando y puede alcanzar más de 40 grados Centígrados en solo diez a 15 minutos, lo que puede provocar una discapacidad permanente o la muerte. Hay más sangre atrapada en la piel a medida que el cuerpo intenta enfriarse.