El Plan de Acción por la Democracia presentado por el presidente de España, Pedro Sánchez, asesta un golpe directo contra el quehacer informativo de los medios de comunicación que podría culminar con la desaparición de varios periódicos, revistas y medios digitales.
Y es que este planteamiento de acción que presentó el gobierno en julio pasado se basa en una normativa europea que lucha sobre todo contra las fake news y los discursos de odio en las redes sociales, pero “no es ni misión ni intención de las autoridades repartir tarjetas de fiabilidad entre unos medios de comunicación y otros. Ese es trabajo del ciudadano; aunque es deber de los poderes públicos aplicar lo acordado en Europa”, declaró Sánchez sobre las nuevas medidas.
Sánchez defendió que la democracia tiene viejos enemigos con nuevas y poderosas herramientas, como la desinformación y la proliferación de las noticias falsas.
Con base en el nuevo Reglamento Europeo de Libertad de los Medios de Comunicación, el Plan de Acción por la Democracia propone limitar la financiación que las administraciones públicas pueden dedicar a los medios de comunicación, para que no haya medios que tengan más financiadores públicos que lectores y para garantizar que no haya partidos que compren líneas editoriales con el dinero de los contribuyentes.
Para ello, se actualizará la Ley de Publicidad Institucional que rige desde hace 20 años.
Además, el plan propone medidas para proteger la independencia editorial y los derechos de los profesionales de los medios de comunicación; mecanismos de defensa del pluralismo y la competencia para evitar la concentración de los medios de comunicación; y medidas para garantizar los derechos de los medios de comunicación y los consumidores frente a las grandes plataformas digitales.
En los próximos meses el gobierno presentará una propuesta de reforma a la Ley de Seguridad Ciudadana en materia de libertad de expresión y reforzará los derechos al honor y a la rectificación de los ciudadanos.
Escudo
En opinión de Javier Fernández Arribas, presidente del Club Internacional de Prensa, la verdadera regeneración democrática requerida en España pasa por que se aclaren primero todas las investigaciones alrededor del presidente Sánchez; de su esposa, Begoña Gómez; de David, hermano de Sánchez; así como de su exministro de Transportes, José Luis Ábalos, acusado de corrupción y quien lleva meses ocupando los titulares de los periódicos y las tertulias de televisión.
“Yo le diría al jefe de Gobierno que la primera regeneración democrática que necesita España es que la mujer del presidente no tenga actuaciones irregulares. A partir de ahí, el gobierno de España está aprovechando una directiva europea que tiene que trasladar al ordenamiento jurídico español para contrarrestar las noticias falsas y las injerencias externas”, comenta Fernández Arribas.
En entrevista con Vértigo, el también director de la Revista Atalayar dice creer que el mandatario español aprovecha la normativa europea para intentar controlar y decidir quién es o no periodista y qué es sí o no un medio de comunicación.
“Está molesto con determinados medios de comunicación que han estado publicando la trama de su esposa, Begoña Gómez, con la Complutense; más todas las investigaciones alrededor de su exministro de Transportes, que también están salpicándolo a él y a otras personas dentro del PSOE”, abunda.
Sánchez, remarca Fernández Arribas, no quiere que los medios publiquen las investigaciones al respecto: “Él se escuda diciendo que son mentiras y resulta paradigmático que nunca antes la mujer del presidente había usado esta posición para obtener privilegios o bien hacer negocios. Sánchez quiere callarnos, no quiere que la gente sepa”.
Añade: “Pretende que dejemos de investigar y publicar. Mientras la gente moría por coronavirus aquí en España, había miembros del gobierno que compraban mascarillas que no servían para nada y ganaban millones de euros por comisiones gracias a esas operaciones. O bien, seguimos indagando qué hacía en Madrid el avión del gobierno de Venezuela con Delcy Rodríguez a bordo, cuando se le tiene negado, por las sanciones, pisar suelo eurocomunitario. Ella llegó con muchas maletas, seguimos indagando qué traían esas maletas y por qué las trajo a España”.
Polarización
—¿Hay temor de que a partir de estos cambios muchos pequeños medios de comunicación desaparezcan y solo sobrevivan los grandes medios?
—Sí, es un riesgo. Pero si realmente llevan a cabo el registro tal y como está planteado, tendrán que incluir también a sus medios afines, que se mantienen gracias a la financiación de la publicidad institucional del gobierno.
—Al final la crispación política ha saltado también a los medios de comunicación…
—El problema en España es la polarización y el partidismo de los medios de comunicación. Lo llevo diciendo hace mucho tiempo: no debemos entrar en el juego de los políticos, nosotros somos periodistas y los medios de comunicación debemos tener nuestras capacidades y nuestras fuentes de financiación. Y eso en la Unión Europea siempre se ha defendido, esa sana independencia.
Lo que viene para los medios de comunicación en España, afirma Fernández Arribas, es una persecución: “Ahora mismo lo que se busca es que los medios de comunicación críticos con el gobierno sean fiscalizados de una manera que de entrada atemoriza e intimida a esos medios y luego no sé si seguirán dando más pasos”.
—Lo que se observa son medios de comunicación muy polarizados…
—Sí, por desgracia. Yo participo desde hace 15 años en un grupo de muy buenos periodista e inclusive amigos; se trata del Grupo Lara y tenemos reuniones con presidentes de empresas o bien con políticos; y vemos dentro del mismo grupo crispación entre los colegas por cuestiones evidentes. Antes convivíamos con toda normalidad, ahora siempre hay una discusión y hasta descalificaciones personales.
Cada uno, puntualiza, “tiene sus ideas y el escenario actual invita a la crispación. De hecho, las redes sociales, que deberían ser una herramienta magnífica, son un basurero y se convierten en un estercolero donde el anonimato permite los ataques con total impunidad”.
El también corresponsal de guerra comenta que el gobierno de Sánchez trata además de manipular a periódicos como El País o bien a la propia Radio y Televisión Española, “lo que es algo inaceptable. No solo por nosotros los periodistas, sino por la sociedad en sí misma, porque en una democracia los medios de comunicación son una ventana de información esencial para los ciudadanos”.
Fernández Arribas denuncia que desde La Moncloa, sede del gobierno, deciden a qué periodistas invitar o no a los eventos del presidente y a qué medios les interesa considerar o bien ignorar.
“La idea del sanchismo es muy clara: quiere colonizar los medios de comunicación; colonizar las empresas públicas; colonizar el tribunal de justicia; colonizar la televisión y la radio pública… Quiere que únicamente informemos de lo que a él le conviene”, asevera Fernández Arribas.
—La situación en El País está siendo muy llamativa: está cesando a todos los críticos.
—Todo está muy tóxico y muy enfangado. El periódico El País, que tiene estupendos colegas, está en sus horas más bajas. Hace unos meses despidieron a Juan Luis Cebrián, una de las columnas del periódico, uno de los pilares periodísticos de la transición. Y es que al sanchismo le molesta, claro.
Recientemente el Club Internacional de Prensa entregó a Cebrián el Premio a la Trayectoria Profesional por su destacada labor durante más de 40 años. Fue director y fundador de El País, que dirigió desde 1976 hasta noviembre de 1988, y se quedó como presidente de honor, puesto del que fue destituido este año.
“Dentro de un año veremos los primeros resultados de estos cambios, que en parte atañen a los medios de comunicación; yo quiero ver a la prensa que está subsidiada por Sánchez en ese registro, presentando sus cuentas y diciendo quiénes son sus financiadores”, concluye Fernández Arribas.