EL PLANETA SUFRE ASFIXIADO POR LAS ALTAS TEMPERATURAS

“En Europa la temporada estival podría terminar con 100 mil fallecidos”.

Claudia Luna Palencia
Internacional
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Es probable que las temperaturas promedio globales superen el umbral de 1.5 grados Centígrados por encima de los niveles preindustriales durante al menos uno de los próximos cinco años.

Es la Gran Vía en Madrid y parece una ciudad fantasma: 40 grados centígrados caen como plomo pesado sobre el asfalto elevando la sensación de un calor tan seco, que la gente prefiere estar en interiores, bajo el frescor del aire acondicionado.

La mayor parte de las heladerías permanecen cerradas esperando a que el sol empiece a despedirse para levantar las persianas; es al anochecer cuando la ciudad recupera la vida y el bullicio de la gente atiborra todos los sitios. Ya es de madrugada y las familias enteras hacen una larga fila para comprarse un helado.

En los últimos cinco años el continente europeo viene padeciendo los estragos de veranos cada vez más inusuales con temperaturas que dejan nuevos récords. Este año, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), julio ha sido el más caluroso de toda la historia de la humanidad, lo que a su juicio inaugura “la era de la ebullición global”.

Las consecuencias son trágicas, advierte el titular de la ONU, António Guterres, no solo por los monzones que afectan a miles de niños en las zonas más vulnerables, sino también por todas las familias que deben escapar de las llamas y por los trabajadores que caen colapsados ante tales temperaturas.

El clima en Europa se ha transformado radicalmente y de forma acuciosa. La mitad de los países del continente han estado buena parte de julio a 40 grados centígrados y la otra parte, la más nórdica, sobre los 25 grados centígrados.

La Cuenca del Mediterráneo lleva tiempo convertida en una pesadilla estival: desde Grecia, pasando por Italia y hasta Argelia y Túnez; pero tampoco han quedado indemnes Francia, España ni mucho menos Portugal de las sequías, la desertificación, los incendios… Porque la bomba térmica provoca un círculo vicioso de destrucción.

En el último mes Grecia ha resentido más de 600 incendios que cuesta mucho extinguir porque tiene temperaturas superiores a los 45 grados centígrados.

La situación de emergencia por los incendios motiva la evacuación de miles de turistas de muchas islas griegas gravemente afectadas por la propia situación.

Las autoridades helenas reportan que en julio han ardido un total de 130 mil hectáreas; solo en la isla de Rodas se quemaron 58 mil hectáreas; pero Corfú, Eubea y el Peloponeso e incluso Atenas han sido también pasto de las llamas.

En Italia, hace unos días, Sicilia registró una temperatura superior a los 47 grados centígrados; la primera ministra Giorgia Meloni salió airosa a solicitar ayuda de urgencia a las brigadas internacionales de bomberos.

También han tenido que sofocarse incendios en Palermo, con focos en la zona boscosa de Altofonte; en Calabria; así como en Puglia; y no han escapado Cerdeña, ni Lombardía.

España está por el mismo sendero: el fuego ha quemado 47 mil 785 hectáreas. El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico reconoce que el fuego este verano ha quemado el triple de superficie que el año pasado.

En el país ibérico no es solo Madrid con temperaturas de 40 grados: en el sur, en Andalucía, hay ciudades en las que no se puede salir a la calle porque literalmente la gente se cuece al sol. Desde Córdoba hasta Sevilla y la costa malagueña son afectadas por el viento africano, el terral o la terrá, como le llaman los lugareños. Hay calles que se ven desiertas porque nadie se atreve a salir de día y hay que aguardar a que el sol amaine pasadas las nueve de la noche, porque los 45 grados con el viento caliente para respirar son insoportables.

Víctimas

El año pasado, de acuerdo con Nature Medicine, más de 61 mil personas en Europa fallecieron por golpes de calor y esta temporada estival podría terminar con cerca de 100 mil fallecidos. El calor mata y no es broma. La ONU asevera que el calentamiento global inducido por el hombre “causa más de un tercio de las muertes por calor” en el mundo.

En Irán, recientemente el gobierno decidió dar dos días de asueto a la población porque el calor extremo rompió la barrera de los 50 grados centígrados en todas las provincias del sur del país persa.

Ali Bahadori Jahromi, portavoz del gobierno, dijo que la decisión de cerrar oficinas gubernamentales, bancos y escuelas el miércoles y jueves se produjo después de que el Ministerio de Salud advirtió sobre un posible aumento en los casos de agotamiento por calor debido a las altas temperaturas y el inminente daño en la salud humana.

Su capital, Teherán, tenía pronósticos de acercarse a los 55 grados centígrados. Precisamente la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de la muerte inminente que puede provocar una insolación.

Hace cada vez más calor en varias partes del mundo. Muchos expertos adelantan que el cambio climático terminará transformando los hábitos de las personas, que deberán lidiar con días más largos y ardientes y noches mediterráneas sobre de los 30 grados Celsius.

Cada vez más personas mueren por golpes de calor y también se altera este paradigma en la salud humana: si de forma usual predominaban los fallecimientos por frío más que por calor en los seres humanos, esta tendencia va alterándose año con año.

Un estudio publicado en la revista The Lancet Planetary Health tuvo en cuenta las diferentes temperaturas óptimas para las personas que viven en diferentes regiones y llegó a la conclusión de que más de cinco millones de personas mueren cada año en todo el mundo debido a condiciones excesivamente calientes o frías. Primordialmente en los picos por mortandad, debido al calor, se observa un acelerado aumento.

“El estudio, que involucró a docenas de científicos de todo el mundo, encontró que 9.4% de las muertes globales cada año son atribuibles a la exposición al calor o al frío, equivalente a 74 muertes adicionales por cada 100 mil personas”, de acuerdo con el análisis.

Diversos investigadores analizaron los datos de mortalidad y clima de 750 ubicaciones en 43 países entre 2000 y 2019 y encontraron que la temperatura diaria promedio en estos lugares aumentó en 0.26 Celsius por década.

El estudio reveló que más personas habían muerto de frío que de calor durante el citado periodo, pero las muertes relacionadas con el calor aumentan, mientras que las muertes relacionadas con el frío estaban disminuyendo.

Yuming Guo, investigador de la Universidad de Monash en Australia y uno de los coordinadores de dicho estudio, advirtió que ante el cambio climático seguirán incrementándose las muertes por calor, que terminarán impactando en las tasas de mortalidad como una de las principales causas de fallecimiento del ser humano.

“En el futuro la mortalidad relacionada con el frío debería seguir disminuyendo, pero debido a que la mortalidad relacionada con el calor seguirá aumentando, eso significa que habrá un punto de ruptura”, según Guo.

La tasa de mortalidad excesiva relacionada con el calor más alta se registró en Europa oriental, mientras que África subsahariana tuvo la tasa de mortalidad más alta relacionada con las bajas temperaturas.

En sí, el ser humano experimenta un coctel peligroso en su salud porque incrementan los riesgos de sufrir un ataque cardiaco, se impacta también en la subida de la presión corporal y son más frecuentes los accidentes cerebrovasculares.

Bomba térmica natural

El secretario general de la ONU lleva tiempo lanzando discursos casi apocalípticos respecto del cambio climático, intentando meter en razón a líderes mundiales, políticos, empresarios y también a influencers.

Guterres califica de “aterrador” al cambio climático, mientras advierte que los estragos actuales “son solo el comienzo” de lo que está por venir, porque “ya está fuera de control”.

La ONU afirma que la era del calentamiento global ha terminado dando paso a “la era de la ebullición global”, que tendrá picos extremos creando fenómenos que afectarán a todos los organismos vivientes.

“Los líderes deben intensificar la acción climática, particularmente las principales naciones industriales del Grupo de los 20 (G20), responsables de 80% de las emisiones globales. Las próximas cumbres, incluida la Cumbre de la Ambición Climática de la ONU en septiembre y la Conferencia Climática 3 en Dubái, del próximo noviembre, serán una oportunidad crítica para unir esfuerzos globales”, inquirió Guterres.

Con el clima extremo convirtiéndose en la nueva normalidad, Guterres pidió un aumento global en la inversión de adaptación para salvar a millones de seres vivos de los impactos del cambio climático, particularmente en los países en desarrollo. Y es que sufren los seres humanos, pero también los animales y las plantas.

“Los países desarrollados deben presentar una hoja de ruta clara y creíble para duplicar el financiamiento de adaptación para 2025. Además, todos los gobiernos deben implementar un plan de acción bajo el auspicio de la ONU destinado a garantizar que todos en el planeta estén protegidos por sistemas de alerta temprana para 2027”, recordó el titular de Naciones Unidas.

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El mar se calienta, ríos se secan

Igual de preocupante es el hecho de que las temperaturas de los océanos están en sus niveles más altos jamás registrados, como reflejan las mediciones desde el mes de abril, y llegan a empeorar durante el verano.

Chris Hewitt, director de Servicios Climáticos de la Organización Meteorológica Mundial, señaló que de 2015 a 2022 se experimentaron los ocho años más cálidos, sobre la base de un conjunto de datos de 173 años.

Esto fue a pesar del hecho de que el fenómeno de enfriamiento de La Niña prevaleció hacia el final de ese periodo en la región del Pacífico, lo que frenó ligeramente las temperaturas medias mundiales.

“Pero ahora La Niña ha terminado y ha sido reemplazada por el efecto de El Niño, que calienta el mar. Las aguas comienzan a calentarse en el Pacífico tropical, lo que trae la probabilidad casi segura de que uno de los próximos cinco años sea el más cálido registrado nunca jamás”, dijo Hewitt.

También es más probable que las temperaturas medias globales superen temporalmente el umbral de 1.5 grados Centígrados por encima de los niveles preindustriales durante al menos uno de los próximos cinco años.

Y mientras las aguas del Mediterráneo llegaron en promedio a los 25 grados Centígrados en julio pasado, los caudales de los ríos otrora más señoriales y caudalosos de Europa están secándose.

Desde el Loira hasta el Danubio, los ríos secos ponen en peligro el comercio, el transporte, la energía y la fauna silvestre de Europa.

Los principales ríos de Europa se reducen bajo la sequía más severa provocada por el clima en décadas.

La situación de Alemania es altamente crítica: el Rin se seca rápidamente, lo que podría llevar a su inviabilidad para la navegación marítima fluvial en menos de dos años; por sus aguas navegan barcos que transportan suministros de petróleo, carbón y de gas.

Además, este verano nuevamente se han dejado ver las llamadas “piedras del hambre”, que afloran a la vista ante la bajada del río Elba en Decin, en la República Checa.

En Francia no ha podido usarse buena parte del agua de los ríos Ródano y Garona para enfriar sus centrales eléctricas, porque la temperatura del agua era superior a los 27 grados centígrados.

A su vez, en Italia, el Po —el río más largo— lucha por mantener su anchura durante la peor sequía de la región en 70 años. El agua ya ha desaparecido por completo de algunos afluentes, por ejemplo, en Turín.

Mientras sigan subiendo las temperaturas las consecuencias serán muy negativas. No son solo la sequía, la desertificación, los incendios o el alza en la mortandad de los seres vivos: también habrá un impacto económico incalculable.

El planeta se asfixia…

EU pierde dinero por calor extremo

El tipo de calor extremo que azota a Estados Unidos este verano hace que los trabajadores sean menos productivos y le cuesta a su economía miles de millones de dólares en actividad económica perdida.

Un estudio reciente de investigadores del Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller estimó que el alto calor cuesta a la economía estadunidense más de 100 mil millones de dólares anuales en productividad reducida. Y se prevé que esta pérdida se duplique en 2030.

Las profesiones al aire libre intensivas en mano de obra están más expuestas a los efectos debilitantes de las altas temperaturas, mientras que el calor excesivo también puede afectar las capacidades cognitivas de los trabajadores, según muestra la investigación.

El calor puede afectar a una amplia gama de empleos: desde trabajadores agrícolas hasta aquellos que laboran en fábricas, almacenes y restaurantes, así como en aerolíneas, telecomunicaciones, entrega y salud en el hogar.

“Los investigadores médicos han sabido durante décadas que cuando los trabajadores están expuestos a altas temperaturas es más probable que cometan errores, tengan lesiones y trabajen más lentamente; el impacto económico es enorme”, según el estudio.

La Administración Federal de Seguridad y Salud Ocupacional trabaja en el desarrollo de un conjunto de normas nacionales que instituirían protecciones para los trabajadores expuestos al calor. Algunos grupos empresariales se han opuesto al esfuerzo, citando los costos de tales medidas correctivas.