En España muy poco se habla de la gesta del equipo que logró la Copa Mundial Femenina de la FIFA: en estos días la atención recae en Luis Rubiales y su comportamiento durante la final en Australia que ha incendiado a hordas de feministas y al gobierno “progre” de Pedro Sánchez, presidente interino.
Desde la final contra Inglaterra, el domingo 20 de agosto, no hay tema más álgido que la conducta inapropiada del todavía presidente de la Real Federación Española de Futbol tanto en el palco como durante la premiación, al besar efusivamente en la boca a la jugadora Jenni Hermoso.
Un beso que en un primer instante extrañó a la propia Hermoso, quien declaró ante sus compañeras en el vestuario: “Pero no me ha gustado”, y de acuerdo con varios videos fue tratado como una anécdota más por las jugadoras (entre risotadas) mientras eran trasladadas de vuelta a Madrid para iniciar los festejos correspondientes con la afición.
En un determinado momento, durante el largo trayecto desde Australia hasta España, Hermoso mostró lo que estaba circulando en redes a una de sus compañeras: en una imagen se ve a Iker Casillas, también campeón del mundo, dándole un beso a la periodista deportiva Sara Carbonero emocionado tras ganar el Mundial de Futbol en 2010; y en la imagen de al lado, a Hermoso siendo besada por Rubiales. En el video se escucha a Hermoso decirle a su compañera: “¿No has visto? De repente me ha cogido y me ha pegado hacia él”.
Hoguera
Hacía 13 años que España no lograba una victoria en un mundial. Y en estos años muchas cosas han cambiado en un país que se considera uno de los más feministas del mundo y vive un tsunami de denuncias contra los abusos sexuales, las violaciones, los asesinatos machistas y la violencia de género.
Además, enarbola un discurso manido por parte del ala progresista radical de la ultraizquierda de Unidas Podemos, que forma parte de la alianza de gobierno de los últimos cuatro años que llevó al poder al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y que en unas semanas podría volver a dejarlo en el poder por otros cuatro años más si suman los apoyos para investirlo en el Congreso, aunque él haya perdido las elecciones generales.
Y mientras retornaban a casa las campeonas del mundo con sus respectivos dirigentes, en España ya las aguardaba una hoguera ardiente de problemas, señalamientos y acusaciones contra Rubiales.
El español, nacido en Las Palmas, dirige los destinos de la Real Federación Española de Futbol desde el 17 de mayo de 2018, una presidencia cargada de polémica y de serias acusaciones: desde actos de corrupción hasta de orgías pagadas con el dinero de la Federación. No son pocas las voces que siempre se han mostrado críticas contra su cargo.
Tiene un aire prepotente y narcisista que tampoco disimula. Sus acciones son más bien ordinarias; tiene un modo de ser que ignora los protocolos, como quedó plasmado durante su comportamiento en la final del Mundial Femenino.
Mientras las jugadoras españolas festejaban el gol de Olga Carmona, en el palco de honor la reina Letizia, acompañada por su hija la infanta Sofía, también vitoreaban y al lado de ellas Rubiales gritaba eufórico y se llevaba las manos de forma grotesca hacia los genitales en señal de triunfo.
Los desmanes no habían hecho más que empezar y siguieron durante la premiación con el beso inesperado a Hermoso, las palmaditas a las demás jugadoras, las sobaditas e incluso cargó y se echó a la espalda a la jugadora Athenea del Castillo, a la que alzó por las piernas y le dio vueltas por el campo ante la mirada azorada de ella.
Para cuando aterrizaron en Madrid, el lunes 21 casi a medianoche, en las redes solo se hablaba del beso no consentido de Hermoso y la ministra interina de Igualdad, Irene Montero, le puso nombre al hecho: “El beso en la boca no consentido de Rubiales a la jugadora Jenni Hermoso es un acto de violencia sexual. No es necesario que se ejerza violencia o intimidación para que haya una vulneración de la libertad sexual de una mujer; ante la falta de consentimiento hay que desplegar todas las medidas”.
Los grupos feministas, junto con Montero, comenzaron a pedir la dimisión de Rubiales y a las pocas horas se sumó a las declaraciones Yolanda Díaz, ministra interina de Trabajo, quien espera gobernar con Sánchez otros cuatro años más.
“Rubiales sigue sin saber dónde está ni lo que ha hecho. No está a la altura. Debe dimitir ya y ahorrarnos el bochorno. Esta es la España feminista y hoy las mujeres decimos basta”, aseveró Díaz.
Ante la ola de declaraciones del sector feminista, el propio Sánchez se posicionó tras recibir en La Moncloa a las campeonas y todo el staff técnico (por supuesto a Rubiales) y felicitarlas; un par de horas después, en rueda de prensa, dijo que “las disculpas de Rubiales “son insuficientes” y lo conminó a “dar más pasos” para aclarar su comportamiento a todas luces inaceptable.
La ministra interina de Hacienda, María de Jesús Montero, dijo que actitudes como las de Rubiales afean al país y no son para nada dignas de la Marca España.
Ante el clamor social, la Real Federación Española de Futbol convocó a una reunión de urgencia para el viernes 25 de agosto y se llegó a filtrar a la prensa que Rubiales presentaría en dicha asamblea su dimisión.
Pero la no renuncia de Rubiales desencadenó una avalancha de fuego: apenas terminó la asamblea, Rafael del Amo renunció a su cargo como presidente del Comité Nacional de Futbol Femenino; le siguió Jon Uriarte, presidente del Athletic Club, que dimitió como miembro de la Junta Directiva de la Federación; y también renunciaron los presidentes de las federaciones catalanas de futbol, la vasca y la gallega.
Hubo hasta jugadores como Borja Iglesias, delantero del Betis, que aseveró que no volvería a la selección española si Rubiales continuaba al frente de la Federación.
El propio Javier Tebas, presidente de La Liga, y señalado por Rubiales en su discurso de estar detrás de esta campaña para asesinarlo socialmente, reiteró que Rubiales menoscabó la dignidad de Jenni y también la de España.
Hermoso, por su lado, ha debido posicionarse a través de su sindicato FUTPRO exigiendo una medida ejemplar contra él y advirtiendo que ha sido presionada para decir lo contrario y hasta grabar un video conjunto o que incluso le han puesto palabras que ella no ha dicho.
Trasfondo político
Con el tema de Rubiales el gobierno interino de Sánchez, en coalición con la ultraizquierda de Unidas Podemos, logró desviar la atención de los grandes temas nacionales actuales: España deberá formar gobierno entre el 26 y 27 de septiembre próximos con el ganador de las elecciones generales, el centroderechista Alberto Núñez Feijóo.
Sin embargo, Núñez no logrará contar con los escaños necesarios para investirse por la mayoría absoluta: son 176 y suma solo 171 votos, que le son insuficientes para ser presidente, tanto por mayoría absoluta como por mayoría simple, porque la oposición suma más votos que él.
Y en esa oposición Sánchez, si bien perdió las elecciones generales, al parecer sí podría contar con una mayoría de escaños si logra que los grupos independentistas y nacionalistas lo apoyen. Un apoyo que no será gratuito, porque no solo quieren más recursos para Cataluña y el País Vasco, sino que también exigen una ley de amnistía y otro referendo para su autodeterminación en el caso vasco.
Igual pasó de largo para la mayoría de la prensa el boicot que padecieron varios ciclistas que participan en La Vuelta en España: el domingo 27 de agosto sufrieron pinchazos porque en varias carreteras catalanas se encontraron con múltiples chinchetas y clavos en las calzadas. Ya el sábado antes, la Policía Nacional desarticuló una red de independentistas que pretendía verter aceite en las carreteras por donde pasan los ciclistas para su competición internacional a la altura de la comarca leridana del Solsonès, también en Cataluña.
Mientras, Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), declaró que llevarían a cabo todos los trámites necesarios para presentar ante el Tribunal de Administración del Deporte (TAD) el caso de Rubiales y proveer de las denuncias efectuadas contra él, hasta el momento cuatro. Detalló que la actitud impropia e inaceptable de Rubiales es el #MeToo del futbol español y aseveró que harían todo lo posible por inhabilitarlo de su cargo.
“El gobierno ha iniciado los trámites para que Rubiales tenga que dar explicaciones ante el TAD. Anunciamos también que, si el TAD lo tiene a bien, suspenderemos al señor Rubiales de sus funciones en la presidencia”, reiteró enérgico.
El nombre de Luis Rubiales ha corrido como pólvora alrededor del mundo; su acción copa portadas en los medios impresos y está en todos los telediarios y noticieros.
Ante la inusitada presión, la FIFA tomó la decisión de suspender durante 90 días a Rubiales de su cargo en la Federación, dejándolo sin goce de sueldo, coche oficial y otros privilegios. “Queda excluido de todas las actividades relacionadas con el futbol a nivel nacional e internacional”.
La FIFA ordenó a Rubiales abstenerse, a través de sí mismo o de terceros, de contactar o intentar contactar a Jennifer Hermoso o a su entorno cercano.
Todo por un beso maldito…