BONOS DEL TESORO: EFECTOS DEL FRENESÍ ARANCELARIO

“Las políticas erráticas de Trump han aumentado el riesgo de recesión”.

Internacional
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Aranceles

El gobierno norteamericano debe billones de dólares en deuda colocada en estos bonos, que están en manos de entidades extranjeras: gobiernos, bancos centrales, empresas e inversionistas individuales.

Donald Trump ha abierto la caja de Pandora y los demonios empiezan a salir: tan solo en tres días los mercados bursátiles en Europa registraron pérdidas tan fuertes como no se veían desde que estalló la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020.

Nada más el 7 de abril, en tres horas de operación, las bolsas europeas vieron esfumarse 870 mil millones de dólares. Fue un auténtico lunes negro y se han puesto en riesgo casi dos billones de dólares en promesas de inversión por parte de diversas empresas globales.

La incertidumbre, combinada con la volatilidad más el pánico desatado por la política arancelaria del nuevo gobierno de Estados Unidos provocan una especulación que castiga a los mercados accionarios y los commodities. El petróleo Brent, por ejemplo, se desplomó hasta los 60.17 dólares por barril y el oro subió hasta las nubes, muy cerca de los tres mil 200 dólares la onza.

Todo está de cabeza y en el mercado cambiario el dólar sigue la estrategia pretendida por el presidente Trump: debilitar al billete verde frente al euro y la libra esterlina.

Pero no son lo bursátil ni lo cambiario lo que hace saltar todas las alarmas entre los bancos centrales europeos, que en los últimos días han puesto especial énfasis en la tormenta financiera perfecta que puede crearse a través de los bonos del Tesoro.

Algunos ya advierten del caos y del drama de jugar con la aversión al riesgo. Hasta Elon Musk, el magnate tecnológico que forma parte del nuevo gobierno norteamericano, rechina los dientes indicando las consecuencias negativas derivadas de unos aranceles tan elevados.

Hay todo un debate interno entre gurús y académicos analizando el rumbo bajista, casi de recesión, que aguarda a la economía estadunidense, al tiempo que países de la eurozona reajustan sus perspectivas de crecimiento a la baja.

El economista estadunidense Paul Krugman le pone sabor al debate en un interesante análisis titulado El costo del caos: esto se está volviendo aterrador, en el que señala cómo las políticas erráticas de Trump han aumentado el riesgo de recesión: “Tenemos aranceles más altos que Smoot-Hawley en menos de tres meses”.

Pero esto a Trump ya se le ha escapado de las manos como si fuese humo. Ha dejado de ser un tema de impacto meramente comercial de tarifas, gravámenes y mercados.

Impacto

Los inversores están asustados y ese movimiento en masa huyendo de la incertidumbre va provocando sendas alteraciones en los mercados bursátiles y cambiarios; el mayor miedo radica en lo financiero, porque el daño podría ser incalculable.

Trump no lo ha calibrado bien, aunque se crea todopoderoso, y quizá no pueda meter a los demonios de nuevo en la caja con la celeridad esperada.

Krugman, quien ha recibido diversos reconocimientos, cita a Austan Goolsbee, presidente de la Reserva Federal (Fed) de Chicago, al poner énfasis en que mayores tarifas arancelarias tendrán más impacto en la inflación interna en EU.

Y aquí no solo se van a perjudicar los bolsillos de los consumidores. “Pueden alterarse las tasas de equilibrio; el diferencial entre las tasas de interés de los bonos que están indexados a los precios al consumidor y los bonos que no lo están. Ese diferencial normalmente puede verse como una predicción implícita de cuánto aumentarán los precios al consumidor”, explica Krugman.

¿Qué está pasando ahora mismo con los bonos del Tesoro? Los inversores están vendiendo sus posiciones, afectando su precio y obligando a que, por ende, suba su rendimiento.

“Con ello alteran la tasa de equilibrio, debido a que el mercado de bonos indexados es relativamente pequeño y escaso la prisa por vender tiene un efecto mayor en la depresión de los precios y el aumento de las tasas de interés para los bonos indexados que para los bonos ordinarios. Y esto no es la primera vez que sucede, ya pasó en la crisis financiera en 2008 y 2009, y durante la pandemia”, indica el escritor.

Krugman habla muy en serio cuando señala que los medios de comunicación solo están poniendo atención en la montaña rusa bursátil, mientras lo “verdaderamente aterrador” está en el mercado de bonos.

Indicador de confianza

¿Por qué son tan importantes los bonos del Tesoro? Básicamente son un termómetro de la confianza hacia la economía norteamericana. Estos títulos de deuda a largo plazo emitidos por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos desempeñan un papel crucial en el mercado financiero mundial, ya que proporcionan a los gobiernos una fuente fiable de financiación para diversos proyectos y gastos públicos.

Además, sirven como referencia para las tasas de interés y son utilizados por los inversores para evaluar el riesgo de otras inversiones. Los bonos del Tesoro se consideran un componente básico en una cartera de inversión bien diversificada, ya que pueden ofrecer estabilidad e ingresos con un riesgo mínimo; y suelen tener vencimientos a largo plazo que oscilan entre diez y 30 años.

La madurez de un bono tiene un impacto importante en su perfil de riesgo y rentabilidad; los bonos con vencimiento más largo suelen ofrecer rendimientos más altos, pero también son más sensibles a las variaciones de los tipos de interés.

Y son significativos porque fungen de valor refugio, como el oro, en tiempos de incertidumbre; sin embargo, este mercado de bonos no está reaccionando como Trump esperaba que sucediera o como tradicionalmente solía suceder: si caía la bolsa y había debilidad en el dólar los inversores se movían favorablemente para comprar más inversiones en bonos del Tesoro, lo que hacía subir su precio y mantener bajos los intereses a pagar en el largo plazo.

En los últimos días no ha sucedido y se ha interpretado como una señal peligrosa de que en la guerra comercial desatada por Trump algunos tenedores de esto bonos, que sirven para financiar la deuda de Estados Unidos, están vendiendo de forma masiva sus participaciones, lo que ha desplomado su precio y llevado a la rentabilidad a dispararse. Trump no quiere hacer más caro el endeudamiento norteamericano, sino más barato, pero en dos días consiguió hacer justamente lo contrario.

¿Quién está vendiendo sus bonos del Tesoro en represalia contra el inquilino de la Casa Blanca? En Europa miran de reojo a China e incluso a Canadá; de hecho, el alemán Deutsche Bank llegó a declarar que si no se contenía la situación la Reserva Federal debería intervenir urgentemente el mercado de bonos para llevarlo otra vez a un punto de equilibrio.

¿Quién se beneficia?

En Europa empiezan a preguntarse sobre la salud mental del mandatario Trump y cuestionan su apetito empresarial como factor detrás de la forma en cómo está moviendo a la baja y al alza no solo a Wall Street, sino al resto de los mercados bursátiles de Asia y de Europa, creando fuertes turbulencias accionarias que permitirían comprar barato a muchos inversores deseosos de hacerse con títulos de farmacéuticas, empresas de la energía, tecnológicas y empresas de la industria militar.

¿Quiénes están beneficiándose de esta montaña rusa bursátil? Es la misma pregunta que se hace la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, quien presiona para que los legisladores republicanos entreguen informes financieros de si han comprado acciones en Wall Street o en otros mercados en los últimos dos meses y medio.

Ha sido en medio del fragor arancelario que el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años pasó de ofrecer tasas de 4.29 a 4.37%; y en cuanto a los títulos a 30 años, sus intereses subieron de 4.84 a 5 por ciento.

Ese fue el detonante para que Trump anunciase una pausa de 90 días para sus aranceles recíprocos a 150 países, que solo tendrían momentáneamente 10% de aranceles, mientras que a China el arancel le quedó elevado a 125% y, en respuesta, Beijing decidió gravar a EU con 84% y la Unión Europea paralizó sus aranceles recíprocos de 25% contra la economía norteamericana a la espera de negociar con Trump.

De acuerdo con Reuters, el 9 de abril los bonos del Tesoro a largo plazo fueron objeto de ventas por parte de diversos fondos internacionales bajo la previsión de un aumento de la volatilidad.

Un viraje curioso es que los mercados están favoreciendo a los bonos del gobierno alemán como activos seguros; vender en EU para buscar refugios en otros países puede ser un cambio de tendencia que favorecería a otros mercados de capitales en detrimento del nivel de deuda norteamericana.

En el clima económico actual, en el que los nuevos aranceles de Trump han creado un mercado de incertidumbre, los inversores están vendiendo los bonos existentes en lugar de aferrarse a este activo tradicionalmente seguro.

No obstante, podría haber una especie de castigo o guerra encubierta para crujir a la economía norteamericana. La sola idea de que entrase en default dejó sin aliento a diversos bancos centrales europeos, llamando a la calma.

¿Por qué esta inquietud? Porque el gobierno norteamericano debe billones de dólares en deuda colocada en estos bonos, que están en manos de entidades extranjeras: gobiernos, bancos centrales, empresas e inversores individuales.

Krugman ya lo deslizó con sus reflexiones: ¿y si en castigo por la guerra arancelaria de Trump dichas entidades extranjeras arreciaran sus ventas? Sería la quiebra.

¿Cuánta deuda estadunidense poseen los países extranjeros? El Departamento del Tesoro indica que en abril del año pasado 22.9% de la deuda total de EU estaba en manos de extranjeros; aproximadamente 7.9 billones de dólares.

En los últimos 20 años Japón y China han poseído más bonos del Tesoro norteamericano que cualquiera otra nación extranjera: entre diciembre de 2000 y abril de 2024 Japón pasó de poseer 556 mil 300 millones a poco más de 1.1 billones de dólares, mientras la propiedad de China creció de 105 mil 600 a 749 mil millones de dólares. Siguen Reino Unido, con 690 mil 200 millones de dólares; Luxemburgo, con 373 mil 500 millones; y Canadá, con 328 mil 700 millones de dólares.

Entre 2003 y 2011 Japón y China poseían 44% o más de toda la deuda estadunidense de propiedad extranjera. Sin embargo, esta proporción ha disminuido con el tiempo y a partir de 2023 controlaban aproximadamente 25% de la deuda en manos de extranjeros.

El Departamento del Tesoro confirmó que en los últimos nueve meses el gobierno chino llevó a cabo una serie de ventas de sus bonos del Tesoro de forma paulatina cada mes.

Por su parte, Japón cerró 2024 con 1.1 billones de dólares y es el país con más bonos del Tesoro, si bien vendió 28 mil millones de dólares en noviembre pasado, tras confirmarse la vuelta de Trump a la Casa Blanca.

Sin embargo, el frenesí arancelario de la semana pasada llevó a los analistas en EU a plantear si la Reserva Federal terminaría interviniendo en el mercado de los bonos para frenar las ventas, enfriar el alza de los rendimientos y tratar de llevar el mercado otra vez al punto de equilibrio.

George Saravelos, jefe de investigación cambiaria de Deutsche Bank, declaró su temor por entrar en territorio desconocido, dado que es muy difícil predecir cómo reaccionarían los mercados en los próximos días si se confirmaba que los inversores habían perdido la fe en los activos norteamericanos.

Actualmente todo es incertidumbre, con una bruma a corto plazo que impide la toma de decisiones. Las opiniones sobre los daños están muy divididas, aunque hay bancos como JP Morgan que recién elevaron de 40 a 60% la probabilidad de una recesión en EU.