“Habrá un importante aumento del gasto en defensa que pueda hacer frente a la nueva situación geopolítica. Tenemos que dar un paso adelante y prepararnos para lo peor”, advierte la Unión Europea.
¿Llegará verdaderamente la paz a Ucrania? Los más recientes movimientos en Europa tienen síntoma de prepararse más para una gran guerra que para una gran paz: la Unión Europea (UE) está dispuesta a gastar 800 mil millones de euros en inversión militar y gasto en defensa y Reino Unido quiere poner tropas en el terreno y aviones en el aire para garantizar que, ante un alto el fuego, Ucrania no vuelva a ser invadida por Vladimir Putin.
Europa busca su ruta para una paz duradera en Ucrania que primordialmente evite que el mandatario ruso reincida en invadir el resto del territorio ucraniano que sus tropas no controlan: hasta el momento dominan 20 por ciento.
La fórmula alternativa a un alto el fuego díscolo e impositivo emanado desde la Casa Blanca y contemplativo con el Kremlin sigue estudiándose a marchas forzadas entre Ucrania, Francia, Reino Unido, Alemania, España y Polonia, junto con otros países europeos, sobre todo nórdicos y bálticos, más las autoridades de la UE y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La iniciativa nació del presidente francés, Emmanuel Macron, tras la bochornosa intervención del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en la pasada Conferencia de Múnich en la que dejó mudos a los aliados europeos que llegaron a escuchar frases tan duras como que Europa estaba debilitada por una pérdida de sus valores democráticos y una creciente censura en su libertad de expresión.
Respecto de Ucrania, la postura de Vance es lograr un alto el fuego consensuado entre Putin y Donald Trump que dejaría al margen al país invadido.
La convocatoria de Macron el 17 de febrero reunió en el Elíseo a once líderes europeos. Fue una primera toma de contacto para discutir asuntos vertiginosos alrededor del plan de Trump y Putin para llevar a Ucrania a la capitulación.
¿Tropas sí o no?
El punto más discordante fue el relacionado con avalar la paz en Ucrania poniendo tropas europeas de paz en el terreno como medida disuasoria ante Rusia. No hay unanimidad: mientras Francia y Reino Unido están dispuestos a desplazar a sus tropas, no lo hacen en cambio Polonia, Italia ni Alemania. España lo está pensando, aunque comenzó a llevar a cabo un reclutamiento voluntario de hombres y mujeres para engrosar las filas de su ejército.
¿Tropas sí o tropas no? Es la misma disyuntiva que motivó un segundo encuentro de líderes, esta vez en Lancaster House; una cita convocada en Londres por el primer ministro británico Keir Starmer para darle forma a lo discutido en París y converger con los líderes asistentes.
Sorpresivamente se añadieron a la participación el primer ministro canadiense, Justine Trudeau, y el ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan. Precisamente Canadá ha contribuido a entrenar a más de 40 mil soldados ucranianos, mientras que Turquía vende sus drones Barayktar a Kiev.
En esta especie de miniOTAN simulada, sin Estados Unidos, estuvieron presentes Ucrania, el titular de la Alianza Trasatlántica, Mark Rutte, y los líderes de Francia, Alemania, Dinamarca, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia, España, Canadá, Finlandia, Suecia, República Checa y Rumania. También estuvieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
En una rueda de prensa posterior a la cumbre, Starmer, en calidad de anfitrión, anunció que los aliados occidentales de Ucrania mantendrán el flujo de ayuda militar para lograr el objetivo de una paz duradera que debe garantizar la libertad y la soberanía ucraniana.
También reiteró la disposición de Reino Unido para después de un alto el fuego “poner botas en tierra y aviones en el aire” para defender a Ucrania si fuera necesario, evocando una coalición de voluntarios de otros países. “Europa debe hacer el trabajo pesado, pero debe contar con el firme respaldo de Estados Unidos”, afirmó.
“Estamos en una encrucijada en la historia. Cada nación debe contribuir más a su propia seguridad, de la mejor manera que pueda, aportando diferentes capacidades y apoyo, pero todos asumiendo la responsabilidad de actuar; todos intensificando su propia parte de la carga”, declaró el premier británico.
Estrategia
La cumbre del 2 de marzo, titulada Asegurar nuestro futuro, fue una manera de arropar a Volodimir Zelenski tras el bochornoso espectáculo en la Casa Blanca, en el que Trump y su vicepresidente Vance mostraron despectivamente la peor cara del imperialismo norteamericano, ninguneando los comentarios del líder ucraniano delante de los medios de comunicación. El escenario ya estaba caldeado con antelación, después de que Trump llamó dictador a Zelenski.
Para Euronews, Stefan Grobe abordó cómo esa reunión desastrosa dejó aquí, en Europa, a muchos observadores políticos conmocionados en cuanto al nuevo alineamiento de Estados Unidos, porque ilustró vívidamente un brusco giro en la política exterior estadunidense hacia Rusia.
Con esos aires políticos soplando, el cónclave en Londres se enfocó en un plan de alto el fuego para propiciar una mesa de paz. Una contrapropuesta a la que Washington y Moscú intentan imponer un humillante plan de capitulación a Ucrania, con sus consecuentes costos económicos.
La estrategia europea va tomando fuerza alrededor de cuatro puntos discutidos en Lancaster House: el primero, la declaración de una tregua por aire, por mar y en las infraestructuras energéticas de Ucrania y que duraría un mes; se trata de una de las propuestas que tanto Starmer como Macron y Zelenski pondrán sobre de la mesa al mandatario estadunidense.
El segundo, la adopción del compromiso de mantener la ayuda militar a Ucrania durante la guerra y aumentar la presión económica sobre Rusia con más sanciones.
Tercero, que toda paz duradera debe garantizar la soberanía y la seguridad de Ucrania y que Kiev tenga un lugar en la mesa de negociaciones.
Y el cuarto punto, en caso de un acuerdo de paz los dirigentes europeos buscarán la forma de disuadir toda futura invasión de Ucrania por parte de Rusia mediante una coalición de voluntarios. Y, por supuesto, todo esto bajo la aprobación de la Casa Blanca.
Para el tiempo que dure la guerra el primer ministro británico anunció su compromiso de suministrar más armas para defender a Ucrania e incrementar su gasto militar a 2.5%: “Se trata de mil 600 millones de libras en financiación de exportaciones para suministrar cinco mil misiles de defensa aérea que se fabricarán en Belfast”.
Macron insistió a su vez en señalar que los países europeos deben gastar considerablemente más en su defensa y recordó que el Kremlin destina 10% de su Producto Interno Bruto (PIB) a gasto militar. No hay uniformidad en el gasto militar europeo. Polonia es una de las economías europeas que más gastan en su defensa, 4.7% del PIB, a raíz de la invasión rusa a Ucrania. Los servicios de inteligencia polacos advierten de intenciones de Putin de no conformarse solo con Ucrania, sino de intentar recuperar parte de la influencia soviética en algunos países de Europa del Este.
Por lo pronto, Europa deberá seguir ayudando a las tropas ucranianas a soportar los embates de las tropas rusas hasta que sea posible el alto el fuego. ¿Cuándo será? Podría ser dentro de un par de semanas o dentro de varios meses.
Para la supervivencia de Ucrania, resistiendo y combatiendo al invasor, es muy relevante contar con la información provista por la inteligencia militar, tanto proporcionada por el Pentágono como por el Ministerio de Defensa de Reino Unido.
Starmer ha insistido en que a pesar de sus diferencias con Trump, Estados Unidos sigue siendo un aliado confiable para los británicos e incluso recientemente declaró: “No hay dos países tan estrechamente alineados como los nuestros; y nuestra defensa, nuestra seguridad e inteligencia están entrelazadas de una manera que no lo están otros dos países. Eso no va a cambiar”.
Ruptura
No obstante, Washington ya comenzó a presionar el cuello de Zelenski, sobre todo, tras no obtener la firma del ansiado acuerdo para explotar los minerales, las tierras raras, el gas y el petróleo ucranianos: el director de la CIA, John Ratcliffe, confirmó que EU pausó el intercambio de información de inteligencia con las tropas ucranianas en detrimento de su ofensiva en territorio ruso.
De acuerdo con el diario The Washington Post la ruptura en el intercambio de inteligencia incluye la detención de los datos de selección de objetivos que las agencias de espionaje estadunidenses suministran a Kiev para que pueda lanzar armas proporcionadas por Estados Unidos y drones de largo alcance de fabricación ucraniana contra objetivos rusos.
Algunos operadores de misiles ucranianos dicen que ya no reciben la información necesaria para alcanzar objetivos dentro de Rusia.
El asesor de seguridad nacional, Michael Waltz, indicó que la pausa se produjo en el contexto de una reevaluación más profunda de los lazos entre su país y Ucrania.
“Hemos dado un paso atrás y estamos haciendo una pausa y revisando todos los aspectos de esta relación”, dijo Waltz a un grupo de periodistas a la salida de la Casa Blanca. Y en declaraciones a Fox News afirmó que si Ucrania y Rusia pueden avanzar hacia las conversaciones de paz, “entonces el presidente analizará detenidamente la posibilidad de levantar esta pausa”. De hecho, insinuó que Ucrania tendría que hacer rápidamente algunas concesiones.
Las consecuencias de esta desconexión permitirán darle ventaja militar en el terreno a las tropas rusas para repeler a los batallones ucranianos que intentan controlar la ciudad rusa de Kursk.
Gastar más en defensa
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien siempre ha manifestado su apoyo a la causa ucraniana, pidió a los líderes presentes en la cumbre de Londres que eviten la división de Occidente porque los riesgos serían múltiples y los haría más débiles.
Meloni manifestó su interés por acoger en Italia una cumbre para el alto el fuego, invitando a Trump, a Zelenski y a los líderes europeos y de otros países occidentales. Es la única gobernante, junto con el húngaro Víktor Orbán, que mantiene una buena sintonía con el inquilino de la Casa Blanca.
Al finalizar la cumbre de Londres, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, declaró ante los medios que hay que rearmar “urgentemente” a Europa.
“Tenemos que situar a Ucrania en una posición de fuerza, lo que incluye resistencia económica, energética y militar. Y debemos hacer todo porque tenga sus garantías de seguridad ante Putin”, afirmó convencida.
Además, reiteró el compromiso de hacer más fuertes a los aliados: “Habrá un importante aumento del gasto en defensa que pueda hacer frente a la nueva situación geopolítica. Tenemos que dar un paso adelante y prepararnos para lo peor”.
Por su lado, Macron habló de la necesidad de contar con 200 mil millones de euros para invertir en defensa e incluso el periódico Le Fígaro abrió el debate sobre la protección de Europa mediante la disuasión nuclear francesa. Francia y Reino Unido son los únicos dos países de Europa con bombas nucleares.
El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), con datos de 2023, documenta que Reino Unido tiene 120 ojivas nucleares desplegadas y 105 almacenadas, mientras que Francia tendría 280 ojivas nucleares desplegadas y diez almacenadas. Desde luego, no se ve claro que el camino para la paz sea inmediato con Europa rearmándose de manera urgente.
¿Qué hacer con los activos rusos congelados?
De acuerdo con el diario The Washington Post los números de Donald Trump sobre la ayuda de Estados Unidos a Ucrania no son correctos y cita al inspector general sobre Ucrania como fuente para referir que EU habría aprobado 183 mil millones de dólares para Kiev, de los que ya se habrían gastado 140 mil 500 millones de dólares, mientras la Unión Europea (UE) habría aprobado conceder a Ucrania 198 mil millones de dólares, de los que 145 mil millones ya habrían sido entregados.
“Esto es como manzanas y naranjas. El Instituto Kiel para la Economía Mundial señala que tanto EU como la UE han aportado fuertes cantidades de dinero, muy a la par uno de otra; pero en lo que sí hay diferencia es en la ayuda económica concedida: la UE le ha dado a Kiev 73 mil millones de dólares, contra 52 mil millones de dólares provistos por Estados Unidos”, de acuerdo con el diario norteamericano.
Trump pretende cobrarse la ayuda a Kiev mediante un convenio de explotación de los minerales, las tierras raras, el petróleo y el gas ucraniano más un fondo de reconstrucción favorable para las multinacionales norteamericanas.
Pero ¿qué pasa con el caso de la ayuda concedida por Europa? Para esto están los activos rusos congelados por 16 paquetes de sanciones implementados desde hace meses. Son 200 mil millones de euros en activos rusos en suelo europeo.
Según un artículo escrito para Le Monde, el exprimer ministro francés Gabriel Attal conminó a utilizar dichos activos para reinvertirlos en la industria militar europea y destinar ese armamento a Ucrania.
En la misma línea se ha manifestado el primer ministro británico, Keir Starmer, pero no es la misma opinión del presidente francés, Emmanuel Macron, quien sostiene lo siguiente: “Se puede tomar el producto de los activos congelados, pero no se pueden tomar los activos en sí, ya que esto no respeta el derecho internacional y queremos respetarlo”.
Hace unos días, Eric Lombard, ministro de Finanzas de Francia, reiteró la postura de Macron: “No podemos confiscar los activos rusos congelados para financiar la ayuda militar a Ucrania, porque violaríamos los acuerdos internacionales”.
El punto es que técnicamente estos activos rusos congelados en suelo europeo pertenecen al Banco Central de Rusia y, por ende, no se podría crear un fondo para rearmar a Ucrania, de acuerdo con lo explicado por Lombard para la radio France Info.
Los países de la UE ya utilizan los intereses generados por los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania y financiar su reconstrucción posterior a la guerra; una ganancia inesperada estimada entre dos mil 500 y tres mil millones de euros anuales.
El periódico británico The Guardian informó que el tema crea “tensiones” entre los gobiernos de Reino Unido y Francia, que lideran los esfuerzos europeos para responder rápidamente al abrupto cambio de política de Trump sobre Ucrania.
Rusia acusa a Macron
El 5 de marzo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dirigió un discurso televisado a la nación en el que refirió los graves peligros existenciales que representa Rusia tanto para Francia como para Europa y Ucrania. Y pidió a los ciudadanos estar alertas.
El discurso recordó los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, con el primer ministro británico Winston Churchill diciendo a sus conciudadanos que deberían prepararse para lo peor, porque habría “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” para ganarle a Hitler.
Macron habló de una nueva era e insistió en la gravedad de la amenaza rusa: “La Rusia del presidente Putin viola nuestras fronteras para asesinar a los opositores; manipula las elecciones en Rumania o Moldavia; y organiza ataques digitales contra nuestros hospitales para bloquear su funcionamiento”.
En respuesta al discurso televisado, el Kremlin señaló que la postura francesa es una amenaza contra Rusia; algo que repitió insistentemente Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores, contraatacando la idea francesa de utilizar material nuclear disuasorio.
Lavrov también dijo que no veía ningún compromiso posible con Moscú sobre el despliegue de tropas europeas de mantenimiento de la paz en Ucrania para garantizar un posible alto el fuego. E insistió en que Macron tiene ideas absurdas y delirantes sobre un posible ataque ruso a otros países europeos.