En el momento más inadecuado de la historia y con Corea del Norte creciendo en influencia militar mediante su alianza defensiva de muto propio con Rusia, en Corea del Sur su presidente, Yoon Suk-yeol, declaró la ley marcial por vez primera en 50 años: esa decisión duró seis horas, tiempo suficiente para abrir una grave crisis institucional.
La nación de 52 millones de habitantes vivió el 3 de diciembre una jornada inusual: tras la aplicación de la ley marcial los surcoreanos se preguntaban qué había sucedido para que su presidente tomase una decisión tan drástica; una mayoría creyó que había algún problema (o amenaza) con la vecina Corea del Norte.
En esa confusión Yoon Suk-yeol llegó a decir que estaban siendo intimidados por grupos pronorcoreanos que significaban un riesgo contra la democracia surcoreana. En las horas de caos una turba de ciudadanos se lanzó a proteger su Parlamento permitiendo el ingreso de los legisladores que unas horas después y en una histórica decisión echarían abajo la declaración de la ley marcial. Ningún legislador dudó en hacerlo, ni siquiera el propio partido político del mandatario.
¿Qué pasó? Después de perder el control del Parlamento a principios de año, el gobierno del conservador Yoon Suk-yeol ha estado luchando contra una serie de proyectos de ley y mociones de la oposición que tratan de socavar su gobierno.
Deriva
Algunos observadores políticos opinan que la creciente impopularidad del mandatario y diversos escándalos alrededor de la figura de su esposa son los que realmente han motivado la puesta en marcha de la ley marcial; es decir, una táctica antidemocrática para defenderse de los ataques políticos. La jugada no le salió nada bien y la oposición le acusa de un autogolpe.
Desde la Casa Blanca ven con mucha preocupación la deriva política del gobierno de Corea del Sur, uno de sus principales aliados en Asia y al que necesitan tener fuerte y estable ante la relevancia militar que Corea del Norte ha logrado debido a su reciente alianza de defensa mutua signada con Rusia.
Fue gracias al pueblo y a los legisladores que se frenó la ley marcial. Lee Jae-myung, líder del principal partido de oposición de Corea del Sur, pidió a sus parlamentarios del Partido Democrático solidaridad inmediata.
¿Qué importancia tiene la ley marcial? Se trata de un gobierno temporal de las autoridades militares en un momento de emergencia, cuando se considera que las autoridades civiles no pueden funcionar. En 1979 Corea del Sur declaró una ley marcial cuando el presidente Park Chung-hee fue asesinado durante un golpe de Estado. Después de ese hecho no se había invocado desde que Corea del Sur se convirtió en una democracia parlamentaria en 1987.
¿Qué pasará con esta deriva política? El futuro del presidente de Corea del Sur pende de un hilo después de una noche caótica que concluyó con la retirada de la ley marcial y dejando al país sumido en el caos político y en la incertidumbre.
Génesis
Yoon Suk-yeol ganó las elecciones por una mínima diferencia en 2022. En los meses más recientes su impopularidad creció de forma exponencial y en abril pasado su grupo político perdió las elecciones parlamentarias. También su gobierno ha estado plagado de problemas personales: el mes pasado, en un discurso televisado a la nación, se disculpó por una serie de controversias en torno de su esposa, Kim Keon Hee, acusada de corrupción y tráfico de influencias tras aceptar un bolso Dior.
El todavía mandatario se desempeñaba antes como fiscal general y saltó a la fama por procesar el caso de corrupción contra la expresidenta Park Geun-hye en 2016. En 2022 venció a su oponente liberal, Lee Jae-myung, por menos de 1% de los votos, el resultado más ajustado desde que comenzaron a celebrarse elecciones directas en 1987. En un momento en que la sociedad surcoreana lidiaba con divisiones cada vez mayores sobre diversas cuestiones de género, Yoon Suk-yeol apeló a los votantes masculinos jóvenes a unirse a una plataforma antifeminismo.
En materia de política exterior, el presidente surcoreano endureció su postura y su discurso contra el dictador norcoreano Kim Jong-un. De hecho, ha desempeñado un papel crucial revelando información tanto al todavía presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sobre los movimientos de los norcoreanos con el Kremlin. Es más, confirmó que había un desplazamiento de tropas norcoreanas para apoyar a Putin en su invasión de Ucrania.
Preocupación aliada
La sorpresa en el gobierno estadunidense es mayúscula. Biden ordenó que sigan muy de cerca la situación y lo mantengan informado: diversos funcionarios de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado declararon a los medios de comunicación que estaban en estrecho contacto con sus homólogos surcoreanos.
Antony Blinken, todavía secretario de Estado norteamericano, afirmó en un comunicado que su país ha estado monitoreando de cerca la situación en la República de Corea: “Acogemos con beneplácito el anuncio del presidente Yoon de revocar la orden de la ley marcial de conformidad con la Constitución de la República de Corea y respetando la decisión unánime de la Asamblea Nacional de rechazarla”.
Y agregó: “Esperamos que los desacuerdos políticos continúen resolviéndose de manera pacífica y dentro del marco de la ley. Estados Unidos apoya firmemente al pueblo coreano y valora la alianza con la República de Corea con base en la democracia y el Estado de Derecho”.
Otro comunicado, del Consejo de Seguridad Nacional, subrayó que el gobierno de Biden veía con alivio que se diese marcha atrás a la convocatoria de la ley marcial y primase la decisión de la Asamblea Nacional. “La democracia está en la base de la alianza entre Estados Unidos y la República de Corea, y continuaremos colaborando estrechamente”.
Pero hay preocupación. Mark Montgomery, actual director de la Fundación para la Defensa de las Democracias, declaró a ABC News que Corea del Sur vive horas delicadísimas y cree que desde el seno de la Casa Blanca sabían que algo así podía pasar en cualquier momento.
“Considero que Corea del Sur es una democracia asediada. Hay una presión constante de Corea del Norte, una presión constante de China y ahora tienes a Rusia y Corea del Norte ayudándose militarmente. Corea del Sur es como Taiwán, Ucrania e Israel: democracias asediadas”, aseveró Montgomery.
EU tiene muchos intereses regionales que recalan en Corea del Sur, una nación cuya economía es la cuarta más grande de Asia y la décimo tercera del mundo.
Es, además, socio comercial de EU: el 15 de marzo de 2012 entró en vigor un Tratado de Libre Comercio bilateral y ahora es el sexto socio comercial para la Unión Americana, a la que fundamentalmente le vende vehículos, maquinaria, combustibles minerales, plásticos y maquinaria eléctrica.
Sin embargo, a Washington le interesa muchísimo la posición geopolítica de su aliado: Seúl destina 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB) a su defensa y tiene el sexto ejército del mundo, con 3.7 millones de militares.
El ejército estadunidense tiene gran presencia en Corea del Sur, con 30 mil soldados en una base militar estratégicamente ubicada para defender al país en caso de un ataque norcoreano. Ambas naciones signaron un tratado de defensa mutua tras concluir la Guerra de Corea en 1953.
Como señala el analista Simantik Dowerah para el FirstPost, Corea del Sur es un importante aliado defensivo para EU, uno de sus brazos, junto con Japón, en Asia.
“Estados Unidos ha proporcionado tropas, armas avanzadas y tecnología de defensa para ayudar a protegerse contra las amenazas norcoreanas y mantener la estabilidad regional”, dice Dowerah.
Esta asociación también apoya los intereses de EU en la región más amplia de Asia-Pacífico. Con fuerte presencia militar en Corea del Sur, Washington puede influir en la región y contrarrestar el creciente poder de China.
Los esfuerzos de defensa combinados de los dos países son vitales para mantener la paz y prevenir conflictos, lo que convierte a Corea del Sur en una parte clave de la estrategia de defensa norteamericana.
También la Unión Europea (UE) analiza con resquemor lo sucedido y teme que la inestabilidad termine beneficiando a Corea del Norte y a su aliado ruso. De hecho, el gobierno de Seúl es uno de los proveedores de armas y ayuda a Ucrania.
El Consejo Europeo en Relaciones Exteriores ve un futuro problemático. Su coordinador del Programa de Asia, Alejandro Lipke, considera poco probable que el actual presidente se mantenga en el poder y, en caso de un adelanto electoral, el más beneficiado será el Partido Democrático.
“Esto complicará la colaboración de la UE con Seúl en cuestiones geopolíticas clave a mediano y largo plazo, desde la guerra en Ucrania hasta la coerción económica de China y la beligerancia norcoreana”, a juicio de Lipke.
El experto advierte además que un gobierno con el Partido Democrático en el poder cambiaría el enfoque de la política exterior de Corea del Sur hacia China, Rusia y Corea del Norte y se alejaría de los países europeos.
“También se centraría de nuevo en las cuestiones históricas en torno del pasado colonial de Japón en Corea, lo que conduciría a un deterioro de los lazos actualmente mejorados con su vecino y frustraría las oportunidades para que los europeos aborden los desafíos compartidos junto con ambos países”, opinó.
Por lo pronto, los próximos días serán torales para el futuro inmediato del gobierno en Seúl: los sindicatos más grandes de Corea del Sur están convocando a una gran huelga general para forzar la renuncia del presidente.