Berlín, Alemania, 23 de febrero. Las encuestas de salida en las elecciones nacionales de Alemania del domingo mostraban que el líder de la oposición, Friedrich Merz, y sus conservadores están a la cabeza, con la Alternativa para Alemania (AfD) encaminándose hacia el mejor resultado para un partido de extrema derecha desde la Segunda Guerra Mundial.
Los sondeos de las televisoras públicas ARD y ZDF indican que los socialdemócratas de centroizquierda del canciller Olaf Scholz están en camino de obtener su peor resultado en elecciones parlamentarias nacionales desde la posguerra, y se espera que ocupen el tercer lugar.
Las encuestas, emitidas justo después de que cerraran las últimas estaciones de votación, colocan el apoyo al bloque de Merz en un 28,5-29% y a la AfD en un 19,5-20%, aproximadamente el doble de su resultado en 2021.
El apoyo a los socialdemócratas de Scholz se situaba entre el 16-16.5%, muy por debajo de las elecciones anteriores.
Los Verdes, socios de coalición saliente, tenían un 13,5%.
Si Merz necesita uno o dos socios para formar un gobierno de coalición dependerá de cuántos partidos entren en el Parlamento.
“Una cosa está clara: la Unión ha ganado las elecciones”, dijo Carsten Linnemann, el secretario general del partido Unión Cristiano Democrática de Merz. “El nuevo canciller se llamará Friedrich Merz”.
“Nos hemos convertido en la segunda fuerza” dijo la candidata de la AfD a canciller, Alice Weidel.
¿Qué votaron los alemanes?
Alemania es el país más poblado de los 27 que forman la Unión Europea, y un miembro destacado de la OTAN. Ha sido el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania después de Estados Unidos. Será fundamental para dar forma a la respuesta del continente a los desafíos de los próximos años, incluida la política exterior y comercial de confrontación del gobierno de Trump.
Merz y Scholz votaron el domingo por la mañana con una diferencia de apenas unos minutos en diferentes partes del país.
Más de 59 millones de personas en la nación de 84 millones de habitantes podían votar para elegir a los 630 miembros de la cámara baja del Parlamento, el Bundestag, quienes ocuparán sus asientos bajo la cúpula de vidrio del emblemático edificio del Reichstag en Berlín.
El sistema electoral alemán rara vez produce mayorías absolutas, y ningún partido parece estar cerca esta vez. Se espera que dos o más partidos formen una coalición, tras negociaciones potencialmente difíciles que tomarán semanas o incluso meses antes de que el Bundestag elija al próximo canciller.
Esta elección se celebra siete meses antes de lo previsto en un principio, después de que la coalición del canciller de centroizquierda Scholz colapsó en noviembre, después de tres años en un mandato que se vio cada vez más empañado por luchas internas. Hay un descontento generalizado y no mucho entusiasmo por ninguno de los candidatos.
Merz ha prometido “estabilidad en lugar de caos” después de que la coalición de tres partidos de Scholz colapsara tras largas disputas internas, incluidas las diferencias sobre cómo revitalizar la economía.
Pero no está claro si el líder conservador, si gana, podrá formar un gobierno estable que funcione mucho mejor. Merz espera una coalición de dos partidos, pero puede terminar necesitando un tercer socio para formar un gobierno.
¿Cuáles son los principales temas?
Los aspirantes han hecho propuestas enfrentadas para reavivar la economía alemana, que se ha contraído durante los últimos dos años y no ha logrado un crecimiento real en mucho más tiempo. Esa será una tarea central para el nuevo gobierno.
La inmigración pasó al primer plano de la campaña en el último mes tras ataques mortales cometidos por inmigrantes.
Merz prometió prohibir la entrada al país de personas sin los documentos adecuados y aumentar las deportaciones si es elegido canciller. Luego presentó una moción no vinculante pidiendo que muchos más inmigrantes fueran devueltos en las fronteras de Alemania. El parlamento la aprobó por una estrecha mayoría gracias a los votos de la AfD, un hecho sin precedentes en la Alemania de posguerra.
Los rivales hicieron hincapié en la actitud de Merz hacia la AfD, que generó protestas. Scholz acusó a Merz de “jugar irresponsablemente” y romper un tabú. Merz ha rechazado esas acusaciones, afirmando que no trabajó ni trabajará con la AfD. Desde entonces ha dicho repetidamente y de manera categórica que su partido “nunca” lo hará.
Los partidos tradicionales han prometido mantener el apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia. Y después de que el gobierno de Scholz alcanzara un objetivo de la OTAN de gastar el 2% del producto interno bruto en defensa, el próximo gobierno tendrá que encontrar una manera de mantener eso —y probablemente expandirlo, ante las demandas de Estados Unidos— una vez que se agote un fondo especial de 100 mil millones de euros (105 mil millones de dólares) para modernizar el ejército en 2027.