Banda Aceh, Indonesia, 26 de diciembre. La gente comenzó a reunirse para orar y visitar las fosas comunes en la provincia de Aceh en Indonesia para conmemorar los 20 años desde el masivo tsunami del océano Índico, uno de los peores desastres naturales de la historia moderna.
Muchos lloraron mientras colocaban flores en la fosa común del pueblo de Ulee Lheue, donde están enterradas más de 14 mil víctimas del tsunami no identificadas y no reclamadas. Es una de varias fosas comunes en Banda Aceh, la capital de la provincia más septentrional de Indonesia. Fue una de las áreas más afectadas por el terremoto y el tsunami, junto con el distrito de Aceh Besar.
“Los extrañamos y seguimos sin saber dónde están. Todo lo que sabemos es que cada año visitamos la fosa común en Ulee Lhue y Siron”, indicó Muhamad Amirudin, de 54 años, quien perdió a dos de sus hijos hace 20 años y nunca ha encontrado sus cuerpos.
“Esta vida es temporal, así que hacemos todo lo posible para ser útiles a los demás”, agregó Amirudin, que visitó la tumba con su esposa.
Un poderoso terremoto de magnitud 9.1 frente a la costa de la isla indonesia de Sumatra el 26 de diciembre de 2004 desencadenó un tsunami que mató a unas 230 mil personas en una decena de países, llegando hasta el este de África. Alrededor de 17 millones de personas fueron desplazadas, principalmente en los cuatro países más afectados: Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia.
Más de 170 mil personas murieron solo en Indonesia.
Aunque han pasado 20 años, los sobrevivientes todavía lloran a los seres queridos que perdieron en la ola gigante que arrasó edificios hasta llegar a la capital provincial, Banda Aceh.
Cientos de personas se reunieron a para rezar en la mezquita Baiturrahman, en el centro de la ciudad. Las sirenas sonaron en Banda Aceh durante tres minutos para marcar el momento del terremoto que desencadenó el tsunami.
La infraestructura en Aceh ha sido reconstruida y ahora es más resiliente de lo que era antes de que el tsunami golpeara. Se han instalado sistemas de alerta temprana en las áreas costeras para alertar a los residentes sobre posibles tsunamis, proporcionando tiempo crucial para buscar seguridad.
Los esfuerzos de reconstrucción fueron posibles gracias al apoyo de donantes y organizaciones internacionales, quienes contribuyeron con fondos significativos para ayudar a la región a recuperarse. Escuelas, hospitales e infraestructura esencial que fueron destruidos por el desastre han sido reconstruidos.
En Tailandia, la gente participó en una ceremonia conmemorativa en Ban Nam Khem, un pequeño pueblo pesquero en la provincia de Phang Nga que se llevó la peor parte de las devastadoras olas.
El tsunami también se cobró la vida de más de ocho mil personas en el país, incluyendo muchos que permanecen desaparecidos, dejando una profunda cicatriz en la historia de la nación. Casi 400 cuerpos siguen sin ser identificados y reclamados.
Los dolientes derramaron lágrimas y se consolaron mutuamente mientras colocaban flores en el monumento conmemorativo del tsunami en el pueblo. Unas 300 personas participaron en un modesto acto con oraciones musulmanas, cristianas y budistas.
Urai Sirisuk señaló que evita el parque del monumento junto al mar el resto del año, porque la pérdida de su hija de 4 años aún le duele profundamente cada vez que la recuerda.
“Tengo este sentimiento de que el mar se llevó a mi hija. Estoy muy enojada con él. Ni siquiera puedo poner el pie en el agua”, contó. Pero “todavía escucho su voz en mis oídos, que me está llamando. No puedo abandonarla. Así que tengo que estar aquí, por mi hija.”
En India, cientos se reunieron en la playa Marina en la ciudad sureña de Chennai, en el estado de Tamil Nadu. Vertieron leche en el mar para favorecer a los dioses y ofrecieron flores y oraciones por los muertos mientras los tambores sonaban de fondo.
Según los datos oficiales, diez mil 749 personas murieron en India, incluyendo casi siete mil solo en Tamil Nadu.
“Han pasado 20 años desde el tsunami”, señaló Sadayammal, de 69 años y que usa un solo nombre. “Estamos aquí para rendir homenaje a las personas que perdieron la vida”.
En Sri Lanka, sobrevivientes y familiares de las víctimas del tsunami se congregaron en el pueblo costero de Pereliya y colocaron flores en un memorial que recuerda a las casi dos mil pasajeros que fallecieron cuando el tren en el que viajaban, el Queen of the Sea, fue golpeado por la ola. Se cree que solo unas docenas de personas sobrevivieron.
Anura Ranjith se unió a los dolientes para rendir homenaje a su hermana menor, Anula Ranjani, y a su hija de 9 años, que iban en el tren. Ranjith no ha vuelto a saber de ellas desde ese día.
“Las busqué por todas partes durante años y aún así, no hay información sobre ellas. Su pérdida es un gran dolor y tristeza para mí. Todavía estoy de luto”, dijo.
En total, más de 35 mil personas murieron en Sri Lanka a causa del tsunami. En todo el país se guardaron dos minutos de silencio el jueves en memoria de los fallecidos.