Washington, Estados Unidos, 24 de julio. Insistiendo en que “la defensa de la democracia es más importante que cualquier título”, el presidente de Estados Unidos Joe Biden explicó desde el Despacho Oval de la Casa Blanca su decisión de desistir de su intento de reelección y enfocarse en apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris.
Las declaraciones de Biden le brindaron al público la oportunidad de escuchar de primera mano las razones por las cuales decidió abandonar la contienda electoral luego de que insistiera durante semanas en que se consideraba el mejor candidato para enfrentar al expresidente Donald Trump, a quien ha calificado de amenaza existencial para la democracia del país. También le dio la oportunidad de tratar de esbozar cómo verá la historia su único mandato.
“La defensa de la democracia es más importante que cualquier título”, dijo Biden. “Nada, nada puede interponerse en el camino para salvar nuestra democracia. Y eso incluye la ambición personal”.
“Venero este cargo, pero amo más a mi país”, agregó.
Fue un momento para los libros de historia: un presidente estadunidense reflexionando ante la nación sobre por qué tomaba la insólita decisión de ceder voluntariamente el poder. No había sucedido desde 1968, cuando Lyndon Johnson anunció que no se postularía a la reelección en plena guerra de Vietnam
La candidatura de Biden enfrentó una crisis de confianza por parte de los demócratas tras su pésimo desempeño en el debate contra Trump hace casi un mes, en el que habló entrecortadamente, lució desmejorado y no logró rebatir los ataques de su antecesor. Esto provocó un motín dentro de su partido no sólo en torno a la cuestión de si era capaz de vencer a Trump en noviembre, sino también sobre si, a sus 81 años, seguía siendo apto para un puesto de tanta presión.
Biden trató de superar el escepticismo y acallar las preocupaciones con entrevistas y tibios mítines, pero la presión para que se hiciera a un lado por parte de las élites políticas del partido y de los votantes de a pie no hizo más que aumentar.
El domingo por la tarde, mientras se aislaba en su casa de Rehoboth Beach, Delaware, con COVID-19, Biden finalmente cedió en una carta publicada en su cuenta en X en la que anunciaba su decisión de abandonar la contienda, y posteriormente expresó su apoyo a la candidatura de Harris.
“He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación”, apuntó Biden, afirmando que quería dar cabida a “voces frescas, sí, voces más jóvenes”.
“Es la mejor manera de unir a nuestra nación”, añadió.
Fue un cumplimiento tardío de la promesa que hizo en 2020 de ser un puente para una nueva generación de líderes, y una capitulación ante la exigencia formulada desde las filas de su partido de que se hiciera a un lado.
El discurso de Biden fue transmitido en directo por las principales cadenas de televisión y de noticias por cable. Presentó además una lista de tareas para sus últimos seis meses en el cargo, y se comprometió a seguir enfocado en sus tareas presidenciales hasta que termine su mandato el 20 de enero de 2025 al mediodía. Indicó que trabajaría para poner fin a la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que lucharía para impulsar el apoyo gubernamental a la lucha contra el cáncer y que impulsaría la reforma de la Corte Suprema, entre otras cosas.