“A MADURO SOLO LE QUEDA LA FUERZA BRUTA”

Claudia Luna Palencia
Internacional
MADURO FUERZA VENEZUELA

Han pasado más de diez días desde las elecciones celebradas en Venezuela y siguen sin aparecer las actas electorales que solo servirían para demostrar el fraude cometido por Nicolás Maduro, quien busca atropellar más a la democracia, ignorar la voluntad de la mayoría de los electores y perpetuarse hasta 2031.

Ni siquiera es un fraude sofisticado, asevera en entrevista Julio Borges, destacado político venezolano arraigado en España luego de abandonar su exilio en Colombia tras la victoria de Gustavo Petro.

En exclusiva para Vértigo Borges, quien fue presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela para el periodo 2017-2018, explica que todo el fraude de Maduro se diseñó alrededor de hacer prácticamente imposible a la oposición venezolana tener el acta de cada una de las 30 mil 26 mesas de votación que hay en Venezuela.

“Su idea era que nosotros no pudiéramos armar el rompecabezas de las actas y de esa manera darse como ganador. Con lo que no contaba fue con que la organización ciudadana, la organización popular, permitió reconstruir de manera oficial las actas y esas actas dan un resultado controvertido donde la diferencia entre Edmundo González y Nicolás Maduro es una diferencia de 40 puntos porcentuales”, afirma convencido.

Borges, en tres periodos diputado por la Asamblea Nacional de Venezuela por la provincia de Miranda, puntualiza que la oposición ya tiene 85% de las actas oficiales. “No son ningún conteo rápido” y reflejan que Maduro perdió la elección.

“Estamos en una situación en la que ellos quieren crear una especie de gran pantano alrededor de las actas y generar una pelea sobre las actas. Y para nosotros, honestamente, es un tema superado, que el mundo ha comprendido y que Maduro no ha podido explicar satisfactoriamente a nadie”, indica esperanzado.

—Si esto se enroca como ya se está viendo, ¿qué pasará entonces con el resultado electoral? Porque el virtual ganador es González Urrutia…

—Lo que quiero expresar es que para Maduro no hay opción, ya no hay chance, para mostrar que él logró algún tipo de victoria electoral. No queremos enfrascarnos con él en una especie de batalla legal, porque no hay instituciones libres: eso sería totalmente suicida. Para que tengan una idea, el vicepresidente del tribunal donde se dirime el conflicto electoral es cuñado de Cilia Flores, la esposa de Maduro.

El también fundador del Partido Primero Justicia denuncia en Madrid el nepotismo imperante en su país natal: “Hay un nepotismo corrupto que está en todas las instituciones; por eso no hay que meterse en ese laberinto; segundo, Maduro efectivamente completó lo que podemos llamar un autogolpe para desconocer el voto popular en Venezuela”.

Represión

La estrategia es clara para la oposición: mantener la presión interna y lograr apoyo externo.

Borges sabe del riesgo, porque la presión ciudadana interna en Venezuela sufre en sus carnes una enorme represión y hay miedo. “Maduro ejerce en la población una represión comparable con cualquier otro totalitarismo que podamos haber conocido en la historia”.

Desde el 28 de julio, fecha de las elecciones, todos los días hay concentraciones de ciudadanos pidiendo que se respete la voluntad popular de una mayoría que dio el triunfo a González. “Hay más de mil 500 personas detenidas, 50 personas desaparecidas y 23 muertos”.

La situación es escalofriante, con controles severos en los aeropuertos para retirar el pasaporte a las personas identificadas como opositoras al régimen, así como inspecciones a los ciudadanos en las calles, que quedan sujetos a sobornos para evitar detenciones. “Hay una enorme redada ciudadana”.

Al respecto, la denuncia de Borges va más allá: “En la parte más popular de nuestros barrios desarrollan un plan para armar grupos paramilitares que controlen la protesta ciudadana”.

—Habla usted de la presión externa, pero poco parece importarle a Maduro, considerando que lo apoyan Rusia y China, por ejemplo…

—Los que han apoyado a Maduro son países completamente del cuadrante totalitario; inmediatamente, horas después del fraude, China y Rusia apoyaron a Maduro; y luego hubo otros, como Irán, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Bielorrusia… Todo ese elenco de países antioccidente y antidemocráticos del mundo. Pero las naciones libres occidentales apoyan fuertemente la democracia en Venezuela. En ese frente internacional se ha abierto, digamos, una especie de posibilidad de lograr un acuerdo o algún tipo de negociación. Ahí están como ejemplos Colombia, México y Brasil.

Añade: “Hay que pedirle al mundo que más allá de posiciones ideológicas vayan al corazón de este tema que es el robo de una elección”.

Intereses de Rusia y China

Borges, quien enfrenta desde España cinco órdenes de cárcel a petición del régimen dictatorial de Maduro, ubica el contexto de intereses entretejidos alrededor de Venezuela.

—En medio de ese cuadrángulo totalitario Rusia ha sido señalada por varios países, sobre todo aquí, en Europa, de intentar intervenir e influir en sus respectivas elecciones. ¿Hay sospechas de que Rusia pudiese estar detrás del fraude de Maduro?

—Es que el fraude de Maduro tiene cero sofistificación: es absolutamente vulgar y primitivo. Prácticamente al presidente del árbitro electoral, que es amigo de Maduro, le han pasado un papel con los datos que tenía que decir y eso hizo: los leyó y se fue. No han presentado más cuentas hasta ahora.

Lo que sí hay que destacar, agrega el también abogado Borges, es que detrás de Maduro está un mecanismo muy bien planeado donde Rusia, China e Irán: saben del valor estratégico de tener de su lado a un país como Venezuela. “Estamos hablando de una economía que tiene la cuarta parte de las reservas petrolíferas del mundo entero y tiene las octavas reservas de gas del planeta; y, al mismo tiempo, un país que estratégicamente está en una situación privilegiada para el Caribe, para Centroamérica y para Sudamérica”.

Julio Borges

Hay que verlo como un plan mucho más global que Borges explica así: “Están detrás, tanto China, como Rusia e Irán, tratando de desestabilizar el hemisferio donde Estados Unidos, y de alguna manera Europa, tienen una relación natural. Tenemos, por ejemplo, que Rusia junto con Cuba son responsables de los anillos de seguridad de Maduro. Todo eso lo maneja personal cubano con asesoría rusa”.

Hay, además, un alineamiento en la narrativa antioccidente que el político nacido en Caracas enmarca en la necesidad de estos países de tener un espacio para operar en América Latina y que Venezuela se convierta en su cuartel general. “Desde ahí irradian al Caribe y hacia países como Bolivia y Nicaragua; y van desarrollando toda una política antidemocrática y antioccidente para tener una influencia enorme y romper los espacios naturales de Estados Unidos y de Europa”.

Inmediatamente después de que el lunes 29 de julio “estos países totalitarios reconocieron a Maduro y nos emplazaron a nosotros a reconocer los resultados, a las pocas horas invitaron a Maduro como gran líder a la próxima reunión de los BRICS, donde China, Brasil e Irán —este último país está incorporándose a los BRICS— están haciendo un bloque de poder que es muy importante tenerlo en el radar permanentemente”, aseveró.

—Para Maduro es un gran cobijo que además le interesa tener…

—Estar en ese club totalitario ayuda a Maduro a evadir las sanciones de Estados Unidos y de Europa. Ese es el peligro.

Justo a finales de diciembre de 2022 Venezuela y Rusia signaron once acuerdos bilaterales vigentes para la próxima década en los renglones de energía, transporte marítimo, lucha antidroga y salud pública.

El dictador se endurece

Acorralado por el tema de las actas electorales, Maduro en los últimos días está mostrándose mucho más agresivo y amenazante. Y no parece que vaya a dar un paso atrás.

“Quienes somos venezolanos notamos la metamorfosis de Maduro antes del 28 de julio y Maduro después del 28 de julio; es un Maduro que ya venía con toda su dosis de salvajismo y de dictador, pero después del 28 de julio dio un salto cuantitativo y ahorita el nivel de agresividad, de violencia y de virulencia no se compara con ninguna de las cosas que hemos vivido en los últimos tiempos”, deplora Borges.

—En otra entrevista con Vértigo, el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, advertía del riesgo de cárcel para María Corina Machado y el propio González Urrutia; o inclusive de que pudiera pasarles algo peor.

—A Maduro solo le queda la fuerza bruta y sobre esa base se puede esperar cualquier tipo de acción, sin lugar a dudas. Maduro se quiere proyectar como un dictador todopoderoso, fuerte y violento; al final, será un personaje atrapado en toda esta telaraña de intereses y contradicciones. Creo que él está ya en una cuenta regresiva y que la fuerza del pueblo venezolano puede hacer esa unión para terminar de fracturar ese bloque de poder creado por Maduro en Venezuela.

—Pero ¿cómo hacerlo si el Ejército está de lado de Maduro?

—Es una pregunta que hay que saber leerla: la visión que puede tener cualquier persona, incluso en Venezuela, es que la fuerza armada está con Maduro; pero si se hace una radiografía de las fuerzas armadas te das cuenta que tampoco es así.

Borges prosigue con su interesante explicación: “Estos datos elocuentes de los presos políticos que hay en Venezuela, que son cerca de 300, señalan que un porcentaje son militares jóvenes; es decir, que en los mandos medios de las fuerzas armadas hay un repudio y toda una reacción de los líderes contra Maduro; lo que pasa es que la represión ejecutada por cubanos, rusos e iraníes es verdaderamente rapaz dentro de las fuerzas armadas”.

Otro dato a tener en cuenta y también revelador: “En todas las encuestas que se hicieron antes de la elección se les preguntaba a las personas si tenían algún militar en la familia; y si decían que lo había, les preguntaban si estaba con Maduro; 75% respondió que no lo apoyaba”.

Por último, Borges aporta otro dato, esta vez del resultado electoral: “En los sitios donde votan los militares y sus familias en los que se ha podido reconstruir el voto, la proporción de la derrota de Maduro es igual a la del resto del país; el grueso humano de las fuerzas armadas no está con Maduro, aunque sí hay una cúpula muy comprometida con él y que está metida en temas de corrupción, de represión y de crimen organizado”.

Polémica

El periódico ABC en España publicó un artículo en el que da voz al expresidente Felipe González, que reprocha al también expresidente José Luis Rodríguez Zapatero el papel que juega como miembro del Grupo de Puebla (al que también pertenece México) en los resultados electorales en Venezuela.

Ambos expresidentes pertenecen al PSOE. En dicha publicación González echa en cara a Zapatero que sea el único integrante del Grupo de Puebla que acudió a Venezuela para las elecciones del 28 de julio y no exija la revisión de las actas.

En este sentido, González destaca que otros dirigentes, también vinculados al Grupo de Puebla, como el expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, han exigido la publicación de las actas, pero el expresidente español no lo ha hecho.

“El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, fiel al hasta ahora presidente Nicolás Maduro, sostiene que este obtuvo 6.4 millones de votos, frente a los 5.3 millones de votos de su rival Edmundo González Urrutia. Por el contrario, la oposición defiende que, según las actas que logró recopilar, su candidato fue el vencedor con 6.2 millones de votos frente a 2.7 millones de votos para el dictador Maduro. González considera que debería realizarse una verificación del resultado electoral en Venezuela mediante una organización internacional independiente y advierte que debe hacerse pronto porque, sostiene, el gobierno de Maduro trata de alterar el sistema, acta por acta, mediante un grupo chino”, de acuerdo con dicho diario.

Preguntado al respecto, Julio Borges califica como bochornoso el papel del expresidente Zapatero respecto de las actas en Venezuela y lo señala como a una especie de lobby con influencia para conectar negocios.

“Hay una cosa asquerosamente pragmática, que son los negocios; esto al final no es un tema político, ni ideológico: esta gente no cree en ideas, ni cree en mística política; lo que cree es simplemente en poder y negocios. Y así operan en los distintos países, en una red de intereses ligados al poder y los negocios, que mantiene este tipo de sistemas”, afirma el expresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.