Budapest, Hungría, 7 de noviembre. Unos 50 líderes europeos hicieron un llamado a favor de una postura de defensa más fuerte en el continente que ya no necesite depender fundamentalmente de Washington, al tiempo que daban una cauta bienvenida al próximo presidente estadunidense, Donald Trump.
En la cumbre de la Comunidad Política Europea, realizada en Budapest, la capital de Hungría, se revalúan las relaciones transatlánticas con la esperanza de que la segunda presidencia de Donald Trump en Estados Unidos evite los conflictos de su primer gobierno.
“Fue electo por el pueblo estadunidense. Defenderá los intereses estadunidenses”, dijo a los otros líderes el presidente francés, Emmanuel Macron, y añadió que los líderes de la unión europea no tenían la función de “comentar sobre la elección… para preguntarse si es buena o no”.
“La cuestión es si estamos dispuestos a defender los intereses europeos. Es la única cuestión. Es nuestra prioridad”, señaló el mandatario francés.
Uno tras otro, los líderes señalaron que es necesario incrementar los esfuerzos de defensa de Europa.
Trump presionó mucho a los aliados europeos de la OTAN para que gastaran más en defensa durante su primer mandato, hasta y más allá del 2% del producto interno bruto, y para que dependieran menos de la protección militar estadounidense. Ese mensaje ha calado.
“Cuando fue presidente, fue él en la OTAN quien nos instó a superar el 2%. Y ahora, también gracias a él, la OTAN, si se sacan los números de Estados Unidos, está por encima del 2%.”, señaló el jefe de la OTAN, Mark Rutte.
Charles Michel, presidente del consejo de la Unión Europea, compuesta por 27 naciones, coincidió en que el continente debe depender menos de Estados Unidos.
“Tenemos que ser más amos de nuestro destino”, afirmó. “No por Donald Trump o Kamala Harris, sino por nuestros hijos”.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, apuntó que “es hora de despertar de nuestra ingenuidad geopolítica y darnos cuenta de que necesitamos comprometer recursos adicionales para poder abordar desafíos importantes. Es (cuestión de) competitividad y de una defensa europea”.
Durante su campaña electoral, Trump ha amenazado con todo, desde una guerra comercial con Europa hasta la retirada de los compromisos de la OTAN y un cambio fundamental en el apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia, temas que podrían tener consecuencias trascendentales para las naciones de toda Europa.
“Desde luego, dijo muchas cosas durante la campaña”, señaló el primer ministro holandés, Dick Schoof, y añadió que no todas ellas aparecerán en sus políticas oficiales. “La cooperación transatlántica tiene una importancia fundamental para los intereses estadunidenses y europeos”.
Por ahora, los líderes europeos esperan que un nuevo comienzo anuncie unas relaciones más tersas.
Rutte, quien fue primer ministro holandés durante la primera presidencia de Trump, dijo que “trabajé muy bien con él durante cuatro años. Es extremadamente claro en lo que quiere. Entiende que tienes que tratar con los demás para llegar a posiciones conjuntas. Y creo que podemos hacer eso”. E insistió en que los desafíos comunes planteados por Rusia en Ucrania atañen a ambos lados del Atlántico.
“Rusia está entregando la tecnología más moderna a Corea del Norte a cambio de ayuda norcoreana en la guerra contra Ucrania. Y esto es una amenaza no solo para la parte europea de la OTAN, sino también para el territorio continental de Estados Unidos”, señaló al llegar a la cumbre.
En la campaña, Trump manifestó que, si resultaba electo, terminaría en un solo día la guerra en Ucrania, que ya está inmersa en su tercer año. Ucrania y muchos de sus partidarios europeos temen que esto suponga una paz en términos favorables al presidente ruso, Vladímir Putin, y una cesión de territorio.
El presidente ucraniano, Volodymye Zelenskyy, que habló por teléfono con Trump anoche, indicó a reporteros en Budapest que Europa y Estados Unidos se necesitan uno al otro para mantenerse fuertes.
“Fue una conversación buena y productiva. Por supuesto, aún no podemos saber cuáles serán sus acciones específicas. Pero esperamos que Estados Unidos se vuelva más fuerte. Ese es el tipo de Estados Unidos que Europa necesita. Y una Europa fuerte es lo que Estados Unidos necesita. Este es el vínculo entre aliados que se debe valorar y que no se debe perder”, señaló.
El anfitrión de la cumbre y ferviente admirador de Trump, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció que ya había hablado por teléfono con el presidente entrante durante la noche, y señaló que "¡tenemos grandes planes para el futuro!”.
También lo hizo la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, quien elogió la “profunda e histórica asociación estratégica que siempre ha unido a Roma y Washington”.
Esa asociación estuvo bajo constante presión durante el primer mandato de Trump, de 2017 a 2021. El gobierno de Trump impuso aranceles al acero y al aluminio de la UE en 2018 basándose en la afirmación de que los productos extranjeros, incluso si eran producidos por aliados estadounidenses, eran una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Los europeos y otros aliados respondieron con aranceles a las motocicletas, el bourbon, la mantequilla de maní y los pantalones vaqueros hechos en Estados Unidos, entre otros artículos.
Además, complicando aún más una situación ya de por sí compleja, Alemania —el atribulado motor económico de Europa— cayó en una crisis política después de que el canciller alemán, Olaf Scholz, despidiera a su ministro de Finanzas, provocando la caída de su coalición gobernante. Scholz, que permaneció en Berlín en lugar de asistir a la cumbre en Budapest, encabezará ahora un gobierno minoritario.
La crisis plantea la posibilidad de elecciones en unos meses y de otro enfrentamiento entre una derecha dura envalentonada y los partidos establecidos europeos.
Ambos elementos combinados “añaden más sal y pimienta a esta situación”, dijo el primer ministro polaco, Donald Tusk.