WASHINGTON, agosto 1.- Estados Unidos y Rusia completaron el jueves su mayor canje de reos en la era postsoviética, en que Moscú liberó al reportero Evan Gershkovich y a Paul Whelan, junto con disidentes como Vladimir Kara-Murza, en un acuerdo multinacional en que se liberó a dos docenas de personas, informó la Casa Blanca.
Sorprendente en su extensión, el intercambio se produjo tras años de negociaciones secretas, a pesar de que las relaciones entre Washington y Moscú se encuentran en su peor momento desde la Guerra Fría a raíz de la invasión a Ucrania iniciada en febrero de 2022 por el presidente ruso Vladímir Putin.
El acuerdo es el más reciente de una serie de canje de prisioneros negociados entre Rusia y Estados Unidos en los últimos dos años, pero es el primero en que se han requerido concesiones considerables de otros países, con siete naciones que acordaron entregar a 24 prisioneros.
Fue proclamada como una “hazaña diplomática” por el presidente Joe Biden, quien calificó la noticia como un “alivio increíble” y agregó que la “brutal experiencia de los detenidos había terminado”.
“Hoy es un poderoso ejemplo de por qué es vital tener amigos en este mundo”, dijo en un discurso desde la Casa Blanca junto a familiares de cuatro de las personas —tres estadounidenses y un residente— que fueron liberadas.
Pero la buena noticia seguramente generará preocupaciones sobre el desequilibrio del acuerdo —en que Rusia libera a periodistas, disidentes y otras personas condenadas en un sistema judicial altamente politizado a cambio de personas que Occidente considera legítimamente acusadas— y si otorga a los actores extranjeros que buscan la influencia sobre Estados Unidos un incentivo para tomar prisioneros.