EL FANTASMA DE LA INFLACIÓN ACECHA LA RECUPERACIÓN

En este tren que es la economía, la aparición de la pandemia provocó quebrantos en las cadenas de suministro y de producción

Claudia Luna Palencia
Internacional
Oil barrels green

La crisis derivada de la pandemia de SARS-CoV-2 es inédita y sus consecuencias socioeconómicas se espera que afloren en el mediano plazo. Mientras tanto, la tan ansiada recuperación económica en “V” enfrenta un fantasma inesperado: la inflación.

Pronto la aparición del nuevo virus en la ciudad industrial de Wuhan cumplirá su segundo aniversario y el próximo 11 de marzo hará dos años de la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde entonces tanto países industrializados como emergentes toman diversas medidas para controlar la expansión del patógeno, algunas drásticas como los confinamientos obligatorios y el cierre de la actividad empresarial e industrial no esencial.

Así, se alteraron las cadenas de valor, las cadenas de producción y las cadenas de distribución no solo locales y nacionales, sino también en perjuicio del trasiego internacional.

Hay una lucha acuciosa por ser los primeros en obtener los suministros primarios. En los últimos meses, con el avance de la vacunación antiCovid en distintos países, la sensación de control del virus da confianza a la gente, que vuelve a demandar de forma creciente una serie de bienes, productos y servicios aceleradamente respecto del ritmo de la oferta, lo que provoca escasez y un consecuente incremento en los precios. Léase un avance de la inflación.

Ante el Black Friday transnacionales como la sueca IKEA redistribuyen de una tienda a otra stocks, mientras algunos de sus productos estrella aparecen sin volumen disponible. Lo mismo varias mancuernas desaparecieron de las estanterías de Decathlon y en muchas grandes superficies hay muebles, productos de cosmética o digitales no disponibles o con pedidos de entrega de más de un mes.

En algunos países como Reino Unido, aquejado además por el golpe del Brexit, se habla abiertamente de desabasto, los anaqueles de varios supermercados no tienen pollo, ni carne o cerveza, menos leche y la falta de gasolina en las estaciones de servicio pone nerviosos a sus ciudadanos.

Nick Andrews, analista de Capital Economics, anticipa que la economía británica entrará en recesión el próximo año. La recuperación esperada este 2021 de un PIB cercano a 7% estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) quedará diluida si la economía británica no logra recuperar los puestos de trabajo que faltan y restablecer efectivamente el suministro de insumos.

“La combinación de elevados precios de la energía, problemas en la cadena de suministro y las tensiones en el mercado laboral provocará un repunte inflacionista generalizado. En el actual contexto la lucha contra la inflación significa que la economía británica afrontará con toda probabilidad una recesión en 2022”, advierte.

Tampoco se libra la economía estadunidense: el punto de partida son los barcos de carga y los contenedores: la OMC explica que no es tan fácil recuperar el ritmo del suministro normal antes de la pandemia, así es que son varios los problemas a corregir partiendo de que la oferta vuelva a sus picos de producción, la demanda logre estabilizarse y los canales de distribución funcionen otra vez a plenitud.

¿Cuándo sucederá esto? ¿Durará un trimestre, dos o quizás un año más? La analista financiera Ngozi Okanja-Iweala es tajante al respecto: “Pueden ser meses. Si las grandes potencias del mundo tratan de reducir su dependencia comercial mutua encontrarían dificultades. No es tan fácil desmantelar las cadenas de suministro, en muchos productos son enormemente complejas. En Europa los principales estragos se han visto en la luz y en el gas”.

La disrupción en la economía se da en absolutamente todas las áreas, afectando a las variables con distintas magnitudes: el año pasado se contrajo la demanda, pero en cambio aumentó de forma histórica el ahorro contenido en los hogares, fundamentalmente en las rentas más altas.

Según la calificadora de riesgos Moody’s el total ahorrado en el mundo en 2020 equivale a 6% del PIB global. Se trata de la mayor tasa de la historia con 5.4 billones de dólares, 16.66% más respecto de un año anterior.

Hay cuatro países con el mayor cúmulo de ahorro en los hogares: Estados Unidos con 12% del PIB; Reino Unido, 10%; Canadá, 9.5%; y España con 8% de su PIB.

No se trata de un ahorro homogéneo para todos los hogares. Fundamentalmente hay una mayor propensión en las rentas más altas, mientras otros hogares afectados por los cierres, pérdida de empleo o de ingreso echan mano de sus ahorros. Pero en todos los casos la demanda se contrajo y el consumo es más selectivo.

En este tren que es la economía la aparición de la pandemia provocó caída del consumo, contracción de la demanda, freno de la oferta, incremento histórico del ahorro y rotura de las cadenas de suministro y de producción.

La consultora global Bain & Company reconoce que la suspensión el año pasado de diversas operaciones hizo que se rompieran varias cadenas afectando tanto a empresas minoristas como a grandes superventas. La realidad, señala, es que la pandemia sacó a flote multitud de defectos en las cadenas de producción, de operación y de suministro que las empresas debieron corregir sobre la marcha, en especial de forma inusitada en cuanto se reactivó de forma abrupta la demanda.

Para el consultor Stephan Zech las cadenas de producción y las operaciones no volverán a ser las mismas que antes de la pandemia porque ya no es una cuestión de costos, sino de llevar a tiempo los insumos para su transformación y distribución.

“Consideremos los eventos del año pasado. En petróleo y gas la demanda cayó de repente en el verano de 2020 dejando a muchos productores con un exceso a tal grado, que el crudo West Texas llegó un día a un costo negativo. Los confinamientos mantuvieron a los consumidores en sus casas y la demanda creció en la comida preparada y empacada”, remarca.

Las buenas noticias, añade Zech, es que en un corto periodo las empresas recalibraron sus modelos hacia un balance más eficiente, sustentable, transparente, responsable y resiliente con los mercados. Vendrá un boom importante sobre todo en el uso de los drones en el retail para facilitar la distribución y crecerá como nunca antes el negocio de la logística.

Empresas como la estatal Correos de España ven la oportunidad y analizan a través de KPMG Asesores la viabilidad de tener su propia compañía aérea de carga para convertirse en un operador logístico global, sobre todo atendiendo el mercado latinoamericano.

Inflación preocupante

Había alegría con cierta cautela. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la dejó notar en mayo pasado con su revisión al alza del PIB global ubicándolo en 5.85 por ciento.

A principios de 2021 la OCDE estimó que el PIB norteamericano rondaría 6.5%, México lograría un crecimiento económico de 4.5% y Canadá de 4.7%. Sin embargo, en su reajuste del 31 de mayo este llamado club de los países desarrollados corrigió sus predicciones para Estados Unidos con un PIB de 6.9%, para México de 5% y para Canadá cercano a 5.4 por ciento.

No obstante, todo esto depende de la aprobación del presupuesto norteamericano y de la elevación del techo de la deuda.

Y depende de cómo el fantasma de la inflación pueda o no castigar el crecimiento y con eso lastrar la recuperación y facilitar la salida pospandemia.

Ya el propio Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés), dijo en comparecencia en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que la inflación está elevada en su país porque “responde a factores transitorios” y seguirá elevada en los próximos meses. La previsión de inflación en Estados Unidos para 2021 la Fed la ubica en 3.4% y descarta mover tasas al menos hasta 2023.

Lo cierto es que la inflación reportada a septiembre por distintos países —industrializados y emergentes— se convierte en una alerta: en la propia Unión Americana la inflación en septiembre se ubicó en 5.4%; en Reino Unido, en agosto fue de 3.2%, la más alta desde 1997; en España en septiembre el IPC se ubicó en 4%, la inflación más elevada desde 2008; y en México, también en septiembre pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue de 6% a tasa anual, su nivel más alto desde abril, en un país con una perspectiva de 7% de inflación para 2021.

¿Hay riesgo de entrar el mundo o bien varios países en una estanflación? A pregunta expresa de Vértigo sobre si la inflación terminará siendo más elevada que los crecimientos económicos, Alberto González, economista en jefe de la sección de México y de Costa Rica de la OCDE, puntualiza que “no se ven indicios de estanflación”.

La economía, dice, “está en fase de crecimiento tanto en las economías avanzadas como en las emergentes. Las tasas de crecimiento que observamos son relativamente saludables y no hay por tanto, por el momento, indicios de estancamiento. La inflación, si bien se ha incrementado notablemente recientemente, no está fuera de control. Y los principales elementos que explican su repunte son de naturaleza transitoria”, explica.

Desde la sede de la OCDE en París, González indica que en estos momentos se encuentran elaborando las nuevas perspectivas económicas para el PIB mundial y de los países que se publicarán el próximo 1 de diciembre.

¿Se meterá el mundo en una recesión más pronto que tarde? En opinión de Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CiBanco, la situación sigue siendo incierta y un tanto volátil, con escenarios cambiantes que se mueven en torno de las oleadas del virus.

“Lo hemos visto en estos meses: el año empezó con mucha cautela porque seguía la incertidumbre acerca de lo que pasaría con la pandemia y cómo se manejaría la reapertura. La mayoría de los analistas estaban muy cautos en sus estimaciones y luego resultó que el proceso de vacunación fue mucho mayor de lo que se esperaba y eso provocó que la percepción económica mejorase significativamente”, comenta.

Ahora bien, si en junio se llegó al cénit de las expectativas positivas lo que se tiene en estos momentos, añade Gordillo, es una nueva amenaza que “le pone el pie a la recuperación” haciendo que se pierda un poco de fuerza.

Su intensidad dependerá de la rapidez con la que se resuelvan los cuellos de botella creados alrededor de la mayor parte de las materias primas, los insumos, chips y otros materiales.

¿Qué significa temporal si ya estamos en octubre? Cada mes que la inflación demora en bajar termina metiéndole el pie a la recuperación y a juicio de Gordillo “consideramos que es una sobrerreacción a algo que la gente no sabe qué va a pasar y provoca más miedo”.

¿Riesgo de más inflación y pobres crecimientos? De acuerdo con el economista el riesgo existe: “China pierde fuerza porque su sistema económico pierde vigor. Hay una falta de dinamismo y, por otro lado, EU sigue teniendo un vigor interesante aunque Biden se juega todo su capital político en sus apoyos fiscales a las infraestructuras. Digamos que el mundo está en medio de estos dos gigantes”.

En 2021 las proyecciones de CiBanco para México son de un PIB de 6.3%; a principio de año era de 3%; si bien corre el riesgo de bajar un poco en el tercer trimestre quizá levante en el cuarto trimestre por el consumo estacional. Para EU la expectativa que estaba en 7% ha caído al 5%, el consenso se ha ido reduciendo y el PIB mundial —que tuvo su pico en junio— pasó de 6 a 5.8%, aunque la palabra final la tendrá el impacto de la inflación.