Caen 11 soldados rusos en medio de combates Rusia-Ucrania

El hecho pone de relieve las dificultades del reclutamiento ordenado por Putin

Redacción
Internacional
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Zaporiyia, Ucrania, Octubre 16.- Al menos 11 soldados rusos fueron aniquilados el sábado en un ataque a tiros que pone de relieve las dificultades del apresurado reclutamiento dispuesto por el presidente Vladimir Putin, justo cuando las fuerzas ucranianas lanzan una ofensiva para recuperar zonas del sur del país que Moscú se anexionó ilegalmente.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que dos hombres abrieron fuego contra soldados voluntarios durante una sesión de tiro en el oeste de Rusia, donde mataron a 11 e hirieron a 15 de ellos antes de que los abatieran en el intercambio de disparos. El ministerio describió lo sucedido como un ataque terrorista.

Rusia ha perdido terreno en las casi siete semanas transcurridas desde la contraofensiva que las fuerzas amadas de Ucrania lanzaron en la región sur.

Esta semana, el Kremlin comenzó lo que se cree son sus incursiones aéreas y de misiles coordinadas de mayor envergadura contra infraestructura clave en Ucrania desde que Rusia la invadió el 24 de febrero.

En una continuación de los ataques rusos, varios misiles dañaron el sábado una importante central eléctrica en la región de la capital de Ucrania, dijo la firma operadora de la red en el país.

Después de sus crecientes reveses, las fuerzas militares rusas han recurrido a dejar sin electricidad ni agua zonas pobladas distantes al tiempo de repeler los contrataques ucranianos en las zonas ocupadas.

En la región de Zaporiyia, el gobernador Oleksandr Starukh, dijo que los rusos atacaron con drones suicidas de Irán y con misiles de largo alcance S-300.

Algunos expertos aseguran que el uso de misiles superficie-aire por parte de Rusia podría reflejar su escasez de armas de precisión para atacar objetivos en tierra.

Dmytro Pocishchuk, médico de un hospital de la capital de la región de Zaporiyia que ha atendido a decenas de heridos durante los ataques rusos de las últimas semanas, dijo que la gente buscó seguridad al aire libre o en el sótano de su edificio cuando comenzaron las familiares explosiones a las 5:15 de la mañana del sábado.

“Si Ucrania se detiene, estos ataques y asesinatos continuarán. No podemos rendirnos ante la Federación Rusa”, afirmó Pocishchuk varias horas después. Colocó una pequeña bandera ucraniana en el parabrisas roto de su coche, muy dañado.

El gobernador de la región de Kiev, Oleksiy Kuleba, dijo que el misil que impactó en una instalación eléctrica el sábado por la mañana no mató ni hirió a nadie. Por razones de seguridad, los funcionarios ucranianos no identificaron el lugar, uno de los muchos objetivos de infraestructura que los militares rusos intentaron destruir después de que la explosión de un camión bomba el 8 de octubre dañara el puente que une a Rusia con la anexionada península de Crimea.

La empresa ucraniana de transmisión de electricidad Ukrenergo dijo que los equipos de reparación estaban trabajando para restablecer el servicio de electricidad, pero advirtió a los residentes sobre posibles nuevos cortes. Kyrylo Tymoshenko, jefe adjunto de la oficina del presidente ucraniano, instó a los residentes de la capital y de tres regiones vecinas a conservar la energía.

“Putin puede esperar que al aumentar la miseria del pueblo ucraniano, el presidente (Volodymyr) Zelenskyy pudiera estar más inclinado a negociar un acuerdo que permita a Rusia retener algún territorio robado en el este o Crimea”, dijo Ian Williams, miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, una organización política con sede en Washington. “Una rápida mirada a la historia muestra que el bombardeo estratégico de civiles es una forma ineficaz de lograr un objetivo político”.

Los ataques rusos de represalia y de largo alcance de esta semana, que incluyeron el uso de drones kamikaze iraníes cargados con explosivos han causado la muerte de docenas de personas.

La ofensiva afectó edificios residenciales e infraestructura, como estaciones eléctricas en Kiev, Lviv en el oeste de Ucrania, y en otras ciudades que han sido blanco, relativamente, de un número menor de ataques en los últimos meses.