Moscú, Rusia, 4 de octubre. El retiro de las fuerzas rusas de una ciudad ucraniana clave durante el fin de semana provocó furibundas quejas de un sector inesperado: medios oficiales de prensa que habitualmente elogian todo lo que hace Moscú.
Una serie de humillantes reveses militares en las últimas semanas planteó serios problemas a los conductores de noticieros y de programas políticos acostumbrados a presentar un panorama favorable para el Kremlin en medio de los avances ucranianos.
La frustración con los reveses militares ya se veía reflejada en blogs de nacionalistas y analistas oficialistas, pero las quejas aumentaron con la contraofensiva ucraniana en la región de Járkiv, en el noroeste de Ucrania. Y el desasosiego llega ahora a la televisión estatal y a las páginas de diarios apoyados por el gobierno.
El tono cada vez más crítico adoptado por la prensa oficial coincide con el malestar generalizado en torno a una movilización parcial de reservistas y con las dificultades que tiene el gobierno para explicar cómo puede ser que Rusia anexe regiones que están siendo reconquistadas por los ucranianos.
“Las derrotas rusas en (la región de) Járkiv y en Lyman, combinadas con los problemas del Kremlin para realizar una movilización parcial de una manera efectiva y justa, están alterando radicalmente lo que sucede en los espacios informativos”, manifestó un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.
El domingo, luego de que Ucrania retomara Lyman, una ciudad oriental importante para los rusos desde un punto de vista logístico, los aliados de Vladimir Putin en los medios de prensa hicieron a un lado el tono elogioso y criticaron más directamente a los militares, diciendo que se necesitaban medidas más duras.
“Lo que pasó el sábado en Lyman representa un duro desafío para nosotros”, expresó el domingo Vladimir Solovyov, conductor de un programa periodístico en horario central en el canal estatal Rusia 1 y uno de los que más elogia al Kremlin. “Tenemos que reagruparnos, tomar decisiones impopulares pero necesarias y actuar”.
Las fuerzas ucranianas reconquistaron Lyman un día después de que Moscú festejase la anexión de cuatro regiones ucranianas, incluida la de Donetsk. El 40% de esa región, incluida Lyman, sin embargo, está en manos de Kiev.
Ahora las fuerzas ucranianas podrían seguir penetrando territorios que Moscú se atribuye como propios. El lunes se apuntaron más progresos en al menos dos frentes, penetrando zonas que Rusia quería incorporar.
El líder de Chechenia, una región rusa al norte del Caucaso, atribuyó la retirada de Lyman a un general. Ramzan Kadyrov, firme aliado del Kremlin, dijo en las redes sociales que la incompetencia de este general estaba siendo “encubierta por el estado mayor conjunto” y pidió “que se tomen medidas más drásticas”.
Un artículo del popular tabloide oficialista Komsomolskaya Pravda presentó un panorama bastante negativo de los militares. El despacho, publicado el domingo, decía que las fuerzas rusas de Lyman tenían serios problemas de abastecimiento y escasez de personal, mala coordinación y habían cometido errores tácticos.
“Es lo mismo de siempre”, dice un soldado no identificado citado en el artículo, integrante de las unidades que se retiraron de Lyman hacia Kreminna, otra ciudad de gran importancia estratégica que está en la mira de las fuerzas ucranianas. “No hay comunicación entre las diferentes unidades”.
Publicaciones de corresponsales de guerra rusos en la aplicación Telegram hablan también de la retirada de Járkiv y algunos expresan preocupación por la posibilidad de que los ucranianos le apunten ahora a Kreminna.
“Ahora resulta que las fuerzas armadas ucranianas penetraron nuestras defensas 30 kilómetros, en dirección a Luhansk, en dos días. No dejan que (las fuerzas rusas) tomen posiciones cerca de Kreminna. Increíble”, escribió el corresponsal de Rusia 1 Alexander Sladkov en su canal de Telegram, que tiene 940.000 seguidores.
Los conductores de noticiero y programas políticos del canal de televisión estatal Rusia 1 describieron el domingo la pérdida de Lyman como “algo duro” de digerir.
Siguiendo la línea del Kremlin, soldados rusos atribuyeron los reveses a la OTAN, diciendo que suministra armas e incluso combatientes a Ucrania.
"(La ocupación de Ucrania) No es un juego, esto no ha sido un juego por mucho tiempo”, declaró un soldado a un periodista de Rusia 1 en la región de Donetsk. “Es una ofensiva meticulosa, clara, del ejército de la OTAN”.
Otras personalidades del periodismo adoptaron la misma postura. El domingo Solovyov dijo en su programa que Moscú “no enfrenta a Ucrania, eso ya pasó. Lidiamos con todo el bloque de la OTAN, con el gran poderío de su complejo industrial militar”.
Agregó que “no hay que esperar buenas noticias” del frente de batalla a corto plazo. “Hay que tener voluntad y paciencia estratégica”.