El estado en el que se encuentra la infraestructura vial en México puede comprometer la logística global y el desarrollo del sector automotriz. Hassan López, experto en infraestructura vial, advirtió que la falta de mantenimiento de las carreteras no solo encarece los costos de transporte, sino que también afecta la seguridad y la eficiencia en la distribución de mercancías.
“Cuando el 39% de las carreteras del país están en malas condiciones, no estamos hablando solo de baches, sino de un obstáculo real para la competitividad de México en los mercados internacionales. Las empresas están absorbiendo costos adicionales que, a largo plazo, nos ponen en desventaja frente a otros países con mejores infraestructuras”, explicó Hassan López, quien además es subdirector general de Selloflex.
Según el diagnóstico presentado en la Exposición de Motivos del Paquete Económico 2025, la red de carreteras alimentadoras y rurales de México tiene una longitud total de 266,598 kilómetros, de los cuales el 39% (alrededor de 103,217 kilómetros) se encuentran en malas condiciones.
A nivel federal, la situación también es preocupante. El 24% de los 44,600 kilómetros de la red carretera federal no cumplen con normas internacionales de calidad, según el último informe de gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El impacto de la infraestructura carretera en la logística y la industria automotriz México es el séptimo productor mundial de vehículos y uno de los principales exportadores de autopartes y unidades ensambladas.
Sin embargo, la deficiencia en la infraestructura carretera genera costos adicionales en transporte, retrasos en exportaciones y mayor desgaste de unidades de carga, lo que afecta la competitividad de las empresas.
“Un tramo en mal estado no solo impacta a los transportistas, también afecta a toda la cadena de suministro y encarece los productos finales. Un trayecto que podría ser eficiente se convierte en una pesadilla logística debido a las malas condiciones del pavimento y la falta de mantenimiento”, explicó Hassan López.
Entre los principales efectos negativos del deterioro vial destacan:
Costos logísticos elevados: El mal estado de las carreteras genera un aumento del 20% en costos de transporte y mantenimiento vehicular.
Retrasos en exportaciones: México depende de corredores logísticos como la autopista Querétaro-Nuevo Laredo, clave para la industria automotriz del Bajío. Un mal estado de esta vía podría afectar la entrega de autopartes a fabricantes como General Motors, Toyota y Nissan.
Seguridad y siniestros viales: En México, el mal estado del pavimento es responsable de más del 30% de los accidentes en carreteras federales, según datos del Instituto Mexicano del Transporte.
El subdirector general de Selloflex detalló que el Plan Nacional de Infraestructura Carretera 2025-2030 contempla una inversión de 173,000 millones de pesos para modernizar más de 4,000 kilómetros de carreteras en todo el país.
“Si bien esta inversión es un avance importante, el presupuesto es insuficiente para atender la totalidad del problema. Con más de 100,000 kilómetros de carreteras en mal estado, la necesidad de mantenimiento preventivo, sellado de juntas y modernización de la red vial sigue siendo una prioridad urgente. Infraestructura moderna para la movilidad del futuro”, enfatizó el experto.
Infraestructura moderna para la movilidad del futuro
Más allá del mantenimiento, la infraestructura carretera de México debe adaptarse a las nuevas tendencias tecnológicas en la industria automotriz y el transporte:
Vehículos eléctricos y estaciones de carga: La adopción de autos eléctricos requiere una red de electrolineras en carreteras estratégicas.
Vehículos autónomos y sensores viales: Se necesita una infraestructura con señalización clara, pavimentos de alta calidad y tecnología 5G para la comunicación vehicular.
Reducción de impacto ambiental: Los países líderes en infraestructura vial están implementando asfaltos sostenibles y materiales reciclados para reducir emisiones.