En el vertiginoso panorama de avances tecnológicos, la inteligencia artificial (IA) se ha consolidado como un catalizador esencial para la transformación de diversas industrias, y la farmacéutica no es la excepción. Una de las primeras aplicaciones notables de la IA fue en la gestión de medicamentos, un aspecto crítico de la práctica farmacéutica y ha comenzado a filtrarse en ámbitos más complejos, incluida la investigación clínica, el almacenamiento de medicamentos y la educación farmacéutica.
Con ingresos anuales que superan un billón 423 mil millones de dólares (1.423 trillones de dólares, en inglés), el sector farmacéutico ha sostenido un ritmo de crecimiento constante, sin retrocesos, a lo largo del siglo XXI[1]. Solo en el sector de IA aplicada a la biotecnología farmacéutica, se generarán ingresos adicionales por 50 mil millones de dólares anuales, durante la próxima década. Este crecimiento se atribuye en gran medida a la creciente adopción de tecnologías de IA en todas las fases de la cadena de valor farmacéutico.
“La salud es uno de los sectores profesionales en los que la IA está teniendo mayor impacto. Por un lado, demostrando su capacidad para mejorar el diagnóstico y la toma de decisiones clínicas. A través de algoritmos avanzados y el análisis de datos masivos, ayudando a identificar patrones, detectar enfermedades tempranas y brindar tratamientos personalizados”, señala Alejandro Pérez, director de LabComm, consultora digital.
Pero la influencia de la IA no se detiene en los laboratorios, en el corazón de esta revolución tecnológica, el marketing farmacéutico desempeña un papel vital al traducir la complejidad en mensajes accesibles para la comunidad médica y los usuarios.
“El marketing farmacéutico asociado a la inteligencia artificial ha iniciado su crecimiento y desarrollo hace pocos meses, en este momento más de 270 grandes laboratorios ya han buscado socios tecnológicos para implementar IA en el desarrollo de medicamentos y vacunas, pero pocos han iniciado el movimiento de buscar socios y proveedores de soluciones de IA para el resto de la cadena de producción, distribución y mercadeo de sus innovaciones.
Esa vía de crecimiento ya ha sido identificada por algunos equipos que van a la vanguardia y es seguro predecir que todos los demás se incorporarán para sobrevivir en el sector”, aseguró el ejecutivo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la transformación digital implica aumentar la calidad y eficiencia de los sistemas públicos de salud de México y América Latina. Por ejemplo, la historia clínica digital, la telemedicina, la legislación en salud digital, la alfabetización digital, portales electrónicos del paciente, las tecnologías de código abierto y la gobernanza de datos, posibilitan aumentar la calidad y la eficiencia de los sistemas de salud, favorecer la accesibilidad y mejorar los resultados de salud.[2]
Hacía un futuro farmacéutico inteligente
Con la integración progresiva de la inteligencia artificial en la investigación, desarrollo y distribución de tratamiento, se traza un horizonte donde la atención médica se personaliza con precisión para cada paciente. Por otro ejemplo, la IA aplicada en los sistemas públicos de salud en México, es una oportunidad de englobar la información que se tiene en todas las áreas y niveles, para visualizar todo el historial clínico del derechohabiente.
La tecnología está impulsando la atención médica, pero también lo hacen los consumidores que desean una atención más personalizada y de acceso rápido. “La combinación de estos dos va a crear la revolución en la atención médica, al final del día los esfuerzos combinados de los reguladores, gobierno, la industria y los científicos podrán ayudar a aprovechar este potencial y al mismo tiempo proteger contra los riesgos a los pacientes”, puntualizó el ejecutivo.