Dicen que el amor todo lo puede, pero ¿Qué pasa con el estrés? Una persona llega a casa después de un día pesado. Su pareja lo espera con ganas de hablar, pero lo único que comparten son monosílabos y cansancio. Sin darse cuenta, el estrés ya está sentado entre los dos, robándose las risas y hasta la conexión.
“El estrés laboral no se queda en la oficina. Con frecuencia, la presión y las demandas del trabajo se infiltran en nuestras cenas familiares, conversaciones con amigos y momentos de intimidad. Incluso, es muy común proyectar frustraciones y preocupaciones en las personas que más queremos”, explica Nancy González, Psicóloga del Hub de Affor Health en México, empresa especializada en la gestión y mejora de la salud psicosocial en las organizaciones.
Por ejemplo, una discusión sobre tareas domésticas puede intensificarse cuando uno de los dos en la pareja llega agotado. Cuanto más conectados permanecen al trabajo después del horario laboral, menos armonía y energía tendrán para disfrutar los momentos juntos. Lo más preocupante es que, en muchas ocasiones, las personas no son conscientes del daño que causan a quienes los rodean.
Costos del estrés para las empresas
De acuerdo con Affor Health, es importante recordar que las empresas también pagan un alto precio por el estrés laboral. Cuando los colaboradores viven bajo estrés constante, surgen situaciones que afectan el ambiente de trabajo:
● Se incrementa la irritabilidad, lo que genera roces innecesarios entre compañeros.
● Un ambiente laboral tóxico daña la cohesión del equipo.
● Las personas se enferman más o buscan excusas para no asistir al trabajo.
● Un equipo estresado tiende a priorizar soluciones inmediatas en lugar de tomar
decisiones estratégicas.
La buena noticia es que las empresas tienen en sus manos herramientas para reducir el estrés laboral y crear un ambiente más saludable en la oficina, tanto que se extienda a la vida personal de sus colaboradores. Para Affor Health estas son algunas de las acciones a implementar:
1. Fomentar el equilibrio entre vida personal y laboral: Políticas de horarios flexibles y la posibilidad de trabajar desde casa pueden hacer la diferencia.
2. Realizar descansos regulares: Incentivar pausas activas y tiempos de recuperación.
3. Liderazgo más humano: Mejorar la comunicación entre líderes y equipos, y permitir que los colaboradores participen en las decisiones.
4. Capacitar en gestión emocional: Ofrecer talleres de gestión emocional y técnicas de manejo del tiempo.
En palabras de Nancy González, evitar que el estrés sea el tercero en discordia en una relación es posible. Con pequeños cambios se puede disfrutar de un equilibrio entre la vida laboral y personal. Y quién sabe, tal vez el próximo 14 de febrero sea posible celebrar con menos tensión y más amor.