El futuro del mercado laboral está bajo presión

“El trabajo decente y el empleo productivo son esenciales para alcanzar la justicia social y los ODS”

Redacción
Finanzas
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ONU

La Organización Internacional del Trabajo ( OIT ) publicó el nuevo informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025 , en el que analiza las dificultades por las que está pasando el mercado laboral debido a las tensiones geopolíticas, al aumento de los costes del cambio climático s y los problemas de deuda sin resolver. Estos obstáculos han provocado una desaceleración de la economía mundial.

Continúan los déficits de trabajo
El estudio indica que la tasa de desempleo ha continuado en el 5% gracias al aumento de la población activa. Además, el desempleo juvenil presentó pocos indicios de mejora, manteniéndose en 12,6%.

Diversos indicadores sociales han mostrado pocos signos de mejora desde 2015. Por ejemplo, la pobreza laboral persiste en los países de ingreso bajo, afectando a un 7% de la población ocupada.

Los niveles de informalidad y pobreza laboral* volvieron a ser los de antes de la pandemia, tras lo cual la recuperación del empleo ha perdido impulso para generar nuevas mejoras y acercarse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible , según el informe. Asimismo, los avances de creación de trabajo se han ralentizado en los países de ingreso bajo, agravando así su vulnerabilidad.

En América Latina las altas tasas de empleo informal, del 52%, han contribuido al bajo crecimiento de la productividad en la región. Por otro lado, aunque la relación entre empleo-población se ha mantenido estable, el empleo total aumento por 3 millones entre 2023 y 2024.

Estabilización de la economía mundial y sus retos
El rápido descenso de las tasas de inflación y el crecimiento decidido de algunas potencias económicas ha logrado una estabilización económica. Pero, las políticas monetarias y fiscales han regresado a sus posiciones prepandemia, complicando el panorama; además, las economías avanzadas siguen siendo presionadas por los cambios demográficos.

La pérdida de dinamismo económico contribuyó a un descenso de la tasa de inflación, que aún no ha descendido a los niveles objetivos de gran parte del mundo desarrollado y tampoco ha compensado totalmente la pérdida de ingresos relacionados con la pandemia, reduciendo así el valor de los salarios.

Por otro lado, el déficit mundial de empleo ascendió a 402,4 millones en 2024, este abarca 186 millones de personas desempleadas, 137 millones que forman parte de la fuerza de trabajo potencial, pero se encuentran desalentadas, y 79 millones cuyas responsabilidades les impiden acceder a un empleo. Se prevé que dicho déficit se estabilice en los próximos dos años.

Desigualdades en la tasa de participación
El informe señala también que la tasa de actividad de los países de ingreso bajo ha disminuido, mientras que en países de ingreso alto esta ha aumentado –sobre todo entre los trabajadores de edad avanzada y las mujeres.
Pero, en comparación con los hombres, la baja participación de las mujeres representa un impedimento para la mejora del nivel de vida. Además, la diferencia de participación de género ha descendido en algunos países, pero no debido a una mayor participación femenina, sino al continuo descenso de la actividad de los hombres jóvenes.

La tasa de jóvenes que ni trabaja ni estudia, calificados como “ninis”, ha tenido un incremento de casi el 4% en la población masculina; esto reduce las oportunidades de participar exitosamente en el mercado laboral y aumenta la vulnerabilidad ante futuras crisis.

En América Latina y el Caribe, la tasa de actividad laboral se ha mantenido estable, pero las diferencias de género siguen estando presentes, la tasa masculina con un 23,4% más que la femenina. Asimismo, el reporte indica que muchos de los empleos de las mujeres son informales y mal remunerados. La diferencia de género también está plasmada en el desempleo de la población joven, en el que la tasa de mujeres es superior (16,4%) en comparación con los hombres jóvenes (11.6%).

Además, el informe indica desigualdades geográficas internas en los países, las cuales pueden explicar la falta de equidad en los niveles de vida y empleo, e impiden un crecimiento equitativo. Esto se debe a que servicios de relevancia como los empresariales, y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), requieren de una fuerza laboral bien cualificada y una infraestructura pública en buen estado.

Impulso de las nuevas tecnologías y la transición ecológica
Muchos países han intentado aprovechar el auge de las nuevas tecnologías, como lo es el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), cuyo valor añadido solo favorece a algunos países, debido a que muchos otros carecen de las infraestructuras necesarias.

El aumento de inversión en energía verde para la transición ecológica también ha significado un cambio importante, ya que el número de puestos de trabajo en este sector ha alcanzado una cifra de 16,2 millones. Sin embargo, existe una distribución desigual de los empleos en el sector, al encontrarse casi la mitad de estos en Asia Oriental,
solamente China cuenta con un 46%.

En la búsqueda por acelerar el progreso
El informe de la OIT presenta diversas recomendaciones para afrontar los retos planteados anteriormente. El trabajo decente y el empleo productivo son presentados como aspectos clave para alcanzar los ODS de 2030, el aumento de productividad se puede ver beneficiado si hay inversión en la formación, educación e infraestructura.
En segundo lugar, propone aprovechar algunos fondos privados hacia el desarrollo económico local. Esta solución podría ser explorada principalmente en países de ingreso bajo, para beneficiarse el flujo constante y creciente de remesas.

Por último, se plantea la necesidad de impulsar la justicia social, mejorando la calidad de condiciones de trabajo y proporcionando mejor acceso a la seguridad social.