Planificación financiera, parte de la vida cotidiana

Día Internacional de los Bancos

Antonio Caporal
Finanzas
Compartir
unam dia bancos.png
UNAM

Debemos asumir nuestra educación financiera y estar conscientes de los productos que consumimos en ese ámbito; hay que explorar y, en caso de ser necesario, acercarnos a expertos sin miedo a preguntar, señala la académica de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Méxicvo, Maricruz Jaén Figueroa.
Con el avance de la tecnología “todo lo tenemos a un clic de distancia”, por lo que hay que ser responsables con nuestras finanzas y en el modo en que nos endeudamos, alerta.
Una tarjeta de crédito no es una extensión de nuestro salario, y hay que pagarla. Hay que aprender a planificar: la elaboración de un presupuesto familiar es un buen punto de partida para la toma de decisiones y, por supuesto, para la selección de los instrumentos financieros acordes con las necesidades de cada uno, recalca.
Con motivo del Día Internacional de los Bancos, que se conmemora el 4 de diciembre, la experta en Economía Financiera y Educación Financiera precisa que esta fecha debe servir para explorar las alternativas de esas instituciones, planear qué vamos a hacer con la AFORE o las próximas vacaciones de verano, y que poco a poco esta planificación se vuelva parte de nuestras vidas cotidianas.
Responsabilidad
La especialista en Economía de la Empresa, con estudios de maestría y doctorado en Administración y Educación, explica:
“Hay diferentes tipos de bancos, según el consumidor: especializados en el financiamiento a empresas; de inversión; para microcréditos; consumo; y de desarrollo, esta última dedicada a financiar sectores estratégicos para los gobiernos. A nivel internacional existen instituciones multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo”.
“Las instituciones crediticias contribuyen a mejorar el nivel de vida de diversas maneras: capitalizan los proyectos de inversión de sus clientes, desde las empresas más grandes hasta los consumidores privados que piden dinero para comprar una computadora, casa, auto, ropa, etcétera”.
“Son receptoras del ahorro de los integrantes de una sociedad y destinan esos recursos a diferentes tipos de proyectos con el objetivo, por supuesto, de obtener rentabilidad para ellas y para sus clientes”.