BCE reduce tasas ante posible guerra comercial con EU

La tasa de depósito de referencia se ubicó en 2.5%

Redacción
Finanzas
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Edificio del Banco Central Europeo en Alemania.
Foto: AP

Fráncfort, Alemania, 6 de marzo. El Banco Central Europeo (BCE) recortó las tasas de interés en otro cuarto de punto porcentual, reduciendo los costos de crédito para consumidores y empresas con el fin de apoyar una economía que lucha por mostrar un crecimiento sólido.

La decisión de tasas de este jueves, que era ampliamente esperada por los economistas, fue opacada por las preocupaciones sobre una posible guerra comercial con Estados Unidos y el impacto de un aumento en el gasto en defensa, dos factores que podrían alterar las expectativas de crecimiento e inflación.

El consejo de fijación de tasas del BCE redujo su tasa de depósito de referencia al 2.5%. Esto debería proporcionar apoyo al crecimiento al hacer más barato pedir prestado y comprar una casa o expandir una fábrica. La tasa se había elevado a un récord del 4% para combatir la inflación que alcanzó el 10.6% en octubre de 2022, pero se ha estado reduciendo de manera constante desde junio.

A medida que la inflación ha caído a un 2.4% anual, la preocupación se ha desplazado hacia las débiles perspectivas de crecimiento en los 20 países que utilizan el euro. La eurozona mostró un crecimiento nulo en los últimos tres meses de 2024, y las perspectivas para este año son moderadas en medio de la incertidumbre sobre la política comercial del presidente estadunidense Donald Trump.

Los comentarios de la presidenta del banco Christine Lagarde en una conferencia de prensa posterior a la decisión serán analizados en busca de indicios sobre hasta dónde recortará el banco las tasas en medio de la discusión sobre la llamada tasa neutral, donde la política del banco no estimula ni frena la economía. En su última reunión, el banco indicó que las tasas aún se encontraban en territorio “restrictivo”, lo que sugiere que se avecinan más recortes.

Mientras tanto, hay nuevas preocupaciones que podrían reconfigurar masivamente el panorama económico: el impacto potencial de nuevos aranceles sobre las importaciones europeas, que podrían desacelerar el crecimiento, y los planes para un nuevo gasto y endeudamiento masivos en defensa, que podrían significar más crecimiento pero también más inflación.

Esas dos fuerzas podrían empujar al BCE en direcciones opuestas: un golpe al crecimiento exigiría tasas más bajas en los próximos meses, mientras que una inflación más persistente abogaría por mantener las tasas más altas en los meses venideros.