En el marco del Día Mundial de la Acuicultura, que hace referencia al cultivo de especies marinas en ambientes controlados, y se conmemora cada 30 de noviembre, es importante destacar que México se ha posicionado como uno de los productores más relevantes de esta industria a nivel mundial, ocupando el 14vo lugar, de acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“El país tiene un enorme potencial para consolidarse como líder global en la producción responsable de productos del mar, no obstante, los involucrados en el sector deben integrar prácticas responsables, sostenibles y certificaciones que avalen la transparencia, la calidad y garanticen la seguridad alimentaria a largo plazo”, destacó Itzel Aguirre Tinoco, Supply Chain Food Safety Manager de NSF en México, organización global independiente de salud y seguridad pública.
Según datos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), el sector pesquero y acuícola mexicano producen cerca de 2 millones de toneladas de productos marinos anualmente, lo que representa solo para la producción acuícola un valor económico de más de 22 mil 400 millones de pesos, por lo que es una fuente clave de ingresos y empleo para miles de mexicanos.
Retos y oportunidades para México
Si bien, el país es uno de los principales productores de acuicultura, con especies destacadas como el camarón, la tilapia y el bagre, la sostenibilidad sigue siendo un desafío crítico que afecta tanto a los ecosistemas marinos, como a las comunidades que dependen de estos recursos. De acuerdo Itzel, entre los desafíos para continuar con un crecimiento sostenible se encuentran:
Impacto ambiental: Las malas prácticas de acuicultura, como el manejo inadecuado de residuos o el uso excesivo de antibióticos en la industria, pueden dañar los ecosistemas marinos y costeros, por lo que es necesario que haya regulaciones para que esta actividad sea sostenible con el paso del tiempo.
Certificación de sostenibilidad: La creciente demanda global de productos responsables hace que la obtención de certificaciones como Aquaculture Stewardship Council (ASC) y Best Aquaculture Practices (BAP) sean cruciales para asegurar la entrada de productos mexicanos a mercados exigentes.
Bienestar del entorno y ecosistema: La mejora de las condiciones laborales en granjas acuícolas y el bienestar animal deben ser prioridades para garantizar la sostenibilidad social y ambiental de la industria.
“Las certificaciones no solo abren puertas a mercados internacionales, sino que aseguran que las operaciones acuícolas sean sustentables y éticas, protegiendo los ecosistemas y las comunidades locales”, comentó la Supply Chain Food Safety Manager de NSF en México.
Beneficios para la industria y economía
Competitividad global: La adopción de estos estándares permite a los productores mexicanos destacar en mercados como Estados Unidos y Europa, donde las regulaciones son clave para la expansión de mercado.
Sostenibilidad y preservación: Apoyo a prácticas ambientales para la conservación de los ecosistemas marinos y costeros, clave para garantizar un suministro de alimentos de calidad a largo plazo.
Desarrollo económico: Impulsar empleo en comunidades costeras y rurales, mejorando los ingresos regionales.
El Día Mundial de la Acuicultura es una fecha para reflexionar sobre los avances y los retos, pero también para impulsar un futuro más sostenible y competitivo. México tiene una oportunidad única para liderar la transición hacia una acuicultura más responsable, aprovechando su rica biodiversidad y su capacidad para producir alimentos de calidad, además de contribuir al desarrollo económico y social del país, en armonía con el medio ambiente.