Fráncfort, Alemania, 22 de marzo. (AP) — Ucrania y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han acordado un préstamo de 15 mil 600 millones de dólares para reforzar las finanzas del gobierno, muy limitadas por la invasión rusa, y recabar más apoyo asegurando a sus aliados que Ucrania impondrá firmes políticas económicas y combatirá la corrupción.
El programa “ayudará a movilizar financiamiento de los socios internacionales de Ucrania, además de mantener una estabilidad macroeconómica y garantizar el rumbo de la reconstrucción de posguerra tras la victoria ucraniana en la guerra contra el agresor”, señaló el Ministerio ucraniano de Finanzas.
El programa de préstamo durará cuatro años. Los primeros 12 a 18 meses se centrarán en ayudar a Ucrania a cerrar su enorme déficit presupuestario y aliviar la presión sobre el gasto financiero a través de dinero impreso en el banco central, señaló el FMI en un comunicado el martes.
El resto del programa se centrará en respaldar la candidatura ucraniana para entrar en la Unión Europea y en la reconstrucción de posguerra.
Se espera que el acuerdo del FMI suponga aún más fondos para Ucrania porque ofrece pruebas a los posibles gobiernos donantes, como el Grupo de las Siete mayores democracias del mundo y la Unión Europea, de que el gobierno ucraniano toma medidas económicas sólidas.
La previsión es que el acuerdo, que aún requiere la aprobación de la junta directiva del FMI, “ayude a movilizar concesiones de financiación de gran escala de los donantes internacionales y socios de Ucrania durante la duración del programa”, indicó en un comunicado Gavin Gray, jefe de la misión del FMI en Ucrania.
El FMI, con sede en Washington, señaló que las autoridades ucranianas habían demostrado su compromiso con una estrategia económica sólida y cumplieron todos los objetivos acordados en las consultas preliminares. El programa del préstamo se aleja de las prácticas anteriores del FMI al prestar a un país que está en guerra, dentro de las nuevas normas que permiten asistencia en circunstancias de “incertidumbre excepcionalmente alta”.
Ucrania disparó el año pasado su gasto militar al tiempo que la economía se contraía un 30%, lo que afectó a los ingresos fiscales.
El resultado fue un enorme déficit presupuestario que se ha cubierto con financiación externa de Estados Unidos, la Unión Europea y otros aliados. La ayuda ha permitido que el país deje de depender de dinero impreso por el banco central y prestado al gobierno, una medida de emergencia considerada necesaria al inicio de la guerra pero que podría disparar la inflación y desestabilizar la moneda del país si se continúa.
Antes de la guerra, Ucrania hacía progresos en la reforma de su sistema bancario y había hecho más transparente el sistema de contratación del gobierno. Pero seguía en el puesto 122 de los 180 países analizados por el índice de corrupción de Transparencia Internacional.
Su economía antes de la guerra estaba caracterizada por la intervención política de personas adineradas, conocidas como oligarcas, y lentos avances en mejorar un sistema legal percibido como demasiado expuesto a la influencia política.
Sin embargo, el FMI dijo tras consultas preliminares que el gobierno “ha hecho progresos en reformas para fortalecer la gobernanza, la lucha contra la corrupción y el estado de derecho, y sienta las bases para el crecimiento de posguerra, aunque las reformas pendientes en estos campos siguen siguen significativas”.
Varios funcionarios de alto nivel, incluidos viceministros y gobernadores de regiones en el frente, fueron destituidos en enero tras acusaciones de corrupción, en algunos casos asociadas al gasto militar, que avergonzaron al gobierno. El presidente, Volodymyr Zelenskyy, fue elegido en 2019 tras una campaña basada en la lucha contra la corrupción y la clase dirigente.