Si bien el home office ha traído grandes beneficios para las empresas, como la posibilidad de seguir operando y disminuir el riesgo de contagio por Covid-19, a meses de que esta modalidad de trabajo se popularizara, tanto empleados como compañías han detectado descensos en los niveles de productividad de las organizaciones.
En América Latina, según la encuesta Covid-19: impacto en los negocios y en los beneficios, realizada por Willis Towers Watson, a inicios del confinamiento el 40% de las empresas de región dijeron que esta forma de trabajo impactó positivamente en la productividad de los empleados; no obstante, para septiembre esa cifra descendió hasta 18%.
Todo indica que un ambiente inadecuado y la falta de organización de políticas de trabajo bien establecidas pueden desencadenar que el home office sea una pesadilla para las empresas y colaboradores.
“Existen diversos factores que impactan en el nivel de productividad durante el home office; sin embargo, todos ellas tiene solución estableciendo políticas claras, dinámicas específicas y acompañando al trabajador como si siguiera en una oficina”, afirma Andrea Rojas, Head de Recursos Humanos (RRHH) en Runa, plataforma de nómina y gestión de Recursos Humanos.
Añade que una buena estrategia de home office no sólo se basa en proporcionar las condiciones y herramientas necesarias para que los trabajadores puedan laborar desde casa, “la estrategia debe incluir un fuerte componente humano a través de la comunicación, entendimiento y cercanía”.
Conforme pasa el tiempo, cada vez son más los trabajadores que se sienten aislados, desmotivados o que incluso presentan mayores niveles de estrés, frustración y depresión, lo que impacta directamente en la productividad.
De acuerdo con Runa, hay principalmente cinco factores que influyen en la productividad de los colaboradores durante el home office:
El aislamiento. Para miles de trabajadores en todo el mundo ha sido muy difícil sobrellevar el confinamiento, y no poder salir a los lugares típicos de recreación o visitar a amigos y familiares, les ha sido muy difícil.
Las complejidades del hogar. Trabajar desde el hogar supone otros retos como los límites de la vida laboral y la personal, la convivencia y actividades de cada miembro de la familia, así como también las relaciones con los vecinos. Estar 24 horas al día en un mismo espacio puede generar estrés y fastidio hasta en el trabajador más optimista.
Preocupación excesiva. Miles de trabajadores de todo el mundo experimentan enormes niveles de preocupación, ya sea generada por el miedo al contagio, o por la incertidumbre del entorno laboral. Sea cual sea el caso, esta constante preocupación puede distraer a los colaboradores de sus labores diarias.
Depresión y ansiedad. Conforme avanza la pandemia, diversos trabajadores han presentado afectaciones a la salud mental, tales como depresión y ansiedad. Estos trastornos se relacionan con el cambio de las dinámicas diarias, de trabajo y la amenaza latente que supone el virus.
Miedo a perder el empleo. El inestable contexto económico y las pérdidas de miles de empleos en todo el mundo también pueden afectar la productividad de los trabajadores, ya que generan sentimientos de angustia y preocupación permanente que interfieren en su estado de ánimo y concentración al momento de realizar sus labores.
Para disminuir estos factores es importante que las empresas rediseñen sus políticas laborales y las enfoquen en el bienestar del trabajador. De acuerdo con Runa, estas son algunas recomendaciones:
Asistencia Técnica. Como parte de tus políticas de home office, brindar asistencia técnica de manera constante disminuye el riesgo de estrés y frustración por problemas relacionados a la conectividad o funcionalidad de herramientas tecnológicas. Si la empresa cuenta con especialistas, los debe usar para apoyar a los trabajadores de manera remota.
Comunicación constante. Establecer permanentemente canales de comunicación, ya sea para enviar mensajes sobre las acciones de la empresa o para cuidar a los trabajadores y sus logros, mantendrá el buen ánimo del equipo. Se debe buscar que esta comunicación sea bidireccional y promover la escucha de todos los miembros del equipo.
Fomentar actividades de convivencia. Puede ser un pequeño curso o una reunión por videoconferencia, pero se debe mantener el ánimo y la unidad del equipo. De preferencia se tienen que realizar estas actividades en horarios y días laborales para que los empleados no se sientan abrumados.
Fomentar el respeto por los horarios y días de descanso. El tiempo libre de los trabajadores es sagrado, por lo que se debe procurar respetarlo al máximo. Y si se presentan ocasiones en las que se tenga que trabajar en horas extra, buscar la forma de recompensarlo, ya sea reponiendo el tiempo o con una remuneración.
En México, se estima que el 42% de los trabajadores que hacen home office invierten más horas al día en su trabajo que antes, según Adecco, por lo que las empresas deben recordar que un trabajador agotado no puede ser productivo.
Plan de emergencia. Establecer planes de emergencia ante cualquier eventualidad, como el contagio de un trabajador, ausencias, peticiones de cambios de horario, etc., así se garantiza que el equipo siga funcionando y se evitan las improvisaciones.