Hay payasos de todos los colores, tamaños y formas. Tal vez el que resuena más en la memoria colectiva es el de circo, quien está por unos minutos en el escenario interactuando sobre todo con niños, pero animando a todos los asistentes con sus payasadas. También conocido como clown, esta figura ha estado presente en distintas culturas y periodos de la historia, adaptándose y evolucionando conforme lo hace la sociedad.
Sin embargo, el clown va más allá de la diversión, ya que su capacidad para conectar con el público y reflejar la condición humana lo convierte en una expresión artística rica y profunda.
Desde las cortes medievales hasta el circo y el teatro moderno, el clown ha sido una figura que desafía las normas y cuestiona la realidad con humor y creatividad. Por ello, el Centro Cultural Helénico presenta la XI edición del Encuentro Internacional de Clown, que se llevará a cabo del 15 al 24 de noviembre en la Ciudad de México (CDMX).
La programación incluirá dos talleres, un showcase, la presentación de un libro y nueve espectáculos en honor a Ramón Solano, mimo mexicano cuya influencia ha dejado huella en las calles y plazas de la capital mexicana durante más de 40 años. Artistas de España, Colombia, México, Chile y Venezuela ofrecerán clases y puestas en escena.
El mismo Solano inaugurará el evento con la obra El mimo y durante dos días dará el taller El payaso y su cuerpo.
Además de la CDMX el clown de nuestro país se hará presente a través de compañías como Claunódromo (Jalisco), Marce Marss Producciones (Aguascalientes), La Bomba Teatro (Ciudad de México) y CirCo-TlaChCo Producciones (Querétaro). Con sus montajes, estas agrupaciones exploran la fragilidad y la comicidad humana.
Por la parte internacional la Payasa Petisa, desde Colombia, inspirará al público al demostrar que no hay límites para cumplir sueños con La perdida o.. ¿la pérdida? Asimismo, Zarawato Bus, coproducción entre Venezuela y México, explorará la frustración y las emociones con Terrier, tierno y peligroso. Por otra parte, la compañía chilena La Patogallina participó ya con su espectáculo Fuego rojo.
Para cerrar con broche de oro, Pepa Plana, actriz y payasa catalana, clausurará el encuentro con Penélope, obra que cuenta la historia de la Guerra de Troya en una versión actualizada y divertida. Con la ayuda de una máquina de coser y unos hilos, Penélope armará el barco de Ulises y la guerra entera con todo y el famoso caballo que le dio la victoria a las tropas de su amado.
Con alrededor de 25 años de trayectoria, Pepa Plana ha sido pionera en el mundo del clown femenino, un terreno donde históricamente ha predominado la figura masculina. En 1998 creó su propia compañía homónima, con una clara intención de hacer teatro de payasos pensado para un público adulto. Desde entonces ha estrenado diez espectáculos, entre los que destacan De Pe a Pa, Hatzàrdia, l’Atzar y Penélope.
Pasión y oficio
En entrevista con Vértigo Pepa Plana habla acerca de la importancia y vigencia del clown femenino.
—¿Cómo inició su carrera en el clown y qué influencias moldearon su estilo?
—Llegué a la payasa hace muchos años, toda una vida. Me licencié en arte dramático para ser actriz dramática, pero yo siempre digo que no elegí ser payasa: la payasa me eligió a mí. Después de diez años de ser actriz se cruzó la payasa por mi camino y no hubo manera de sacarla. Entonces la acepté con una alegría inmensa, como una revelación; no pudo ser otra cosa que suerte. Realmente soy de una generación en la que nos teníamos que inventar muchísimo, no había referentes femeninos.
—¿Qué desafíos encontró al ser pionera del clown femenino?
—Esto de ser pionera es a pesar mío. A mí me hubiera gustado un montón tener madres, abuelas, bisabuelas que ya hubieran podido hacer este oficio maravilloso, pero no se las dejó pasar por esa maroma deliciosa del ridículo, de la payasa. En todo caso, por una necesidad nos tocó a unas cuantas ser pioneras y ahí estamos. Lo que ocurre es que en los circuitos, los festivales, hemos tenido que luchar más, tenemos que pelear todavía más por un lugar. Es obvio que si no tienes las oportunidades de presentar los espectáculos siempre vas a estar en un puesto menor.
—¿Cómo ve ahora el panorama para las payasas?
—Ahora es imposible pensar en un festival de clown en el que la presencia femenina no esté. Por suerte en este sentido sí que han cambiado estos últimos 25 o 30 años. Cuando yo empezaba en los festivales era una o ninguna: si yo estaba invitada eso quería decir que no me iba a encontrar con ninguna compañera. Ahora nos encontramos, compartimos con otras compañeras payasas la aventura. Eso sí que ha cambiado.
—¿Qué significa para usted presentarse en el encuentro de clown?
—Me hace muchísima ilusión. Yo nunca había estado en México, hasta marzo de este año que presenté l’Atzar y fue un regalo. Ahora voy a dar un taller y presentaré Penélope, que es un espectáculo que me encanta. Es desmontar ese mito de la mujer que espera y cuestionarme si vale la pena esperar o no. Es jugar, delirar sobre el mito de Penélxope, poder ponerle el micro a ella y preguntarle qué opina. Vengo con mucha ilusión y con muchas ganas.
—¿Qué es lo que más disfruta de este arte escénico?
—A veces pienso que la putada, la mala jugada, es tener que ser persona. Yo soy tan feliz en el estado de juego payasa; es la mejor versión de mí misma. Cuando estoy en payasa, cuando estoy jugando con la máscara, soy la persona que me gustaría ser en mis sueños. Me apasiona todo de mi oficio; qué suerte. No entiendo cómo todo el mundo no es payaso y payasa porque es un estado de felicidad y de optimismo al límite, como saltar obstáculos.
Todos los espectáculos del XI Encuentro Internacional de Clown tienen un costo de 259 pesos (excepto el showcase y la presentación editorial, que son de entrada libre). De igual manera, hay diversos combos y promociones que se pueden adquirir directamente en taquilla. Los horarios de las presentaciones se pueden consultar a través de la página del Helénico: helenico.gob.mx.