SÓLO TÚ Y YO: UNA MIRADA A LAS INTIMIDADES

“La cinta es un pretexto para hablar de un tema que no abordamos tanto”.

Alejandra Moncada
Cultura
UNA MIRADA A LAS INTIMIDADES

El arte —en este caso cinematográfico— tiene la capacidad de transmitir emociones que son complicadas de expresar con palabras: la distancia que hay entre sexualidad e intimidad, por ejemplo, es uno de esos casos de los que resulta difícil hablar, no solamente por el tabú que los rodea, sino porque suelen aparecer como uno mismo.

Diego Monsiváis es un director mexicano residente en Suecia que presentará su cortometraje Sólo tú y yo en el Festival Internacional de Cine de Odense, uno de los festivales de cortometrajes más importantes.

El filme explora estas complejidades de la intimidad y la sexualidad, dos conceptos que, demuestra, pueden existir de manera independiente.

Tan solo en siete minutos esta cinta se centra en la experiencia personal de sus personajes, ofreciendo una visión introspectiva y sensible de cómo las personas experimentan y entienden las relaciones sexoafectivas.

Es raro pensar en la sexualidad sin que haya intimidad de por medio, pero lo íntimo refiere a una conexión profunda y personal entre individuos que no necesariamente está atravesada por el sexo. Del mismo modo, la sexualidad no significa realmente mantener un lazo espiritual con la otra persona.

Monsiváis desafía y cuestiona las normas sociales impuestas a las parejas; muestra que estas reglas se pueden romper, sin que ello signifique tener que estar totalmente en su contra: “Creo que nos tenemos que adaptar a las normas para poder integrarnos a la sociedad, pero creo que también es interesante darse cuenta de que estas pueden estar sujetas a cambios”.

A través de su meticulosa narrativa y su enfoque visual Sólo tú y yo invita a los espectadores a considerar cómo definen y experimentan la intimidad y la sexualidad en sus propias vidas, así como a poner el tema sobre la mesa porque “no hablamos tanto acerca de la sexualidad o de las normas sociales, acerca de las reglas de cómo se constituyen la relación de pareja”.

Precisamente, el Festival Internacional de Cine de Odense ha sido un bastión para los cineastas que buscan desafiar las normas y explorar temas complejos a través de la lente del cine. Este año no es la excepción, con una selección de películas que invitan a la reflexión y el debate sobre temas relevantes y a menudo controvertidos.

En el caso de este cortometraje la exploración de la intimidad y la sexualidad a través del cine permite una comprensión más profunda y matizada de estos temas.

Con su exhibición en Dinamarca Sólo tú y yo comienza una gira en festivales que se antoja prometedora.

Introspección

En entrevista con Vértigo Monsiváis cuenta su experiencia como director y la importancia de transmitir este tipo de mensajes.

—¿Qué significa para usted que Sólo tú y yo se presente en el Festival Internacional de Cine de Odense?

—Como director y productor creo que una de las cosas más importantes de cada proyecto es darle el mejor futuro posible a un cortometraje. Esto significa asegurarse de que la película tenga una ronda de festivales lo más larga posible para reconocer el trabajo de todas las personas que participaron en ella. El Festival Internacional de Odense es uno de los más importantes, si no es que el más importante de los países nórdicos. Eso me emociona mucho porque también implica que otras puertas se abran en otros festivales y países. Además, podemos calificar para los Premios Oscar y a los Premios Europeos de Cine, lo cual es fantástico. El camino es muy largo todavía, pero incluso tener la oportunidad de quizá participar en estos premios es uno de los mayores honores como cineasta.

—¿Cuál es el mensaje de su cortometraje?

—La tesis principal de la película es que sexualidad e intimidad no son necesariamente la misma cosa. Quizá para cuando uno está en busca de esta conexión íntima, cercana y presente con alguien más, no necesariamente el sexo sería la máxima expresión de esa intimidad. Puede ser que esta pareja trate de reconectar consigo mismos, el uno con el otro, invitando a otra persona para modificar un poco las reglas establecidas de la sexualidad; y la pareja se ve en el dilema de que tal vez no siempre fue la mejor idea para mantener la relación unida; y entonces surgen emociones que quizás el personaje principal no esperaba sentir a la hora de tener este encuentro sexual.

—Siendo residente en Suecia, ¿cree que su identidad mexicana influye en su trabajo?

—Definitivamente. No solamente el hecho de que soy mexicano, sino también de que no nací en el país donde trabajo. Soy mucho de la idea de que uno como cineasta o uno como artista en general se tiene que llenar de cultura, de experiencia de vida y de distintas perspectivas para poder decir algo, lo que sea, para poder contar una historia, para poder tener un punto de vista sólido. Y en este sentido, México me ha ayudado a ver las cosas desde otro punto de vista, pues es un país superrico en cultura.

Además, puntualiza Monsiváis, “creo que los mexicanos tenemos otro tipo de contacto con nuestras emociones. Y creo que nos atrevemos más a expresarlas y a hablar de ellas, a plasmarlas en una película o en una obra de arte, a diferencia de aquí, que es demasiado intelectual y pasa mucho por la cabeza y nada por el corazón. Creo que es en parte por eso que esta película, siendo muy nórdica en muchos aspectos, como el equipo que era sueco a excepción de mí, es también un tema que quieras o no resalta un poco, y me imagino que es una de las razones por las cuales fue aceptada en este Festival de Odense”.

Respecto del tema controversial que atraviesa al cortometraje, el director agrega: “Para mí, más importante que la película como tal, creo que es la discusión y la plática que pueda suceder después de verla. La cinta es más bien como un pretexto para hablar de un tema que, pienso yo, no abordamos tanto. Yo a veces veo a la sociedad y a estas normas sociales como una especie de zapatos apretados que tienen una forma bien definida y quizá no todos tienen la misma forma de pies: entonces, es rico quitarse los zapatos y poder estirar los dedos con libertad”.