México y Perú, entre otras cosas, comparten el talento de la ganadora del Grammy Latino a la Excelencia Musical y una de las intérpretes más reconocidas a nivel internacional, Tania Libertad, y el de la máxima representante de la música afroperuana, Eva Ayllón.
Ambas, cuya versatilidad las ha llevado a interpretar diferentes géneros musicales en múltiples escenarios internacionales, unen ahora sus voces para ofrecer una noche llena de ritmos latinos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde presentan Travesía. De Perú hacia México.
En el marco del aniversario 106 de la apertura del Teatro de la Ciudad, este concierto es una posibilidad única de ver juntas a estas dos reconocidas artistas y cantar con ellas sus éxitos, así como de recorrer su tierra natal con la fusión de dos de las más emblemáticas voces de Perú.
Memorias y vivencias
Como antecedente hay que señalar que ambas cantantes se conocieron en la década de 1970, cuando Libertad conducía el programa televisivo Danzas y Canciones del Perú. En ese entonces una joven Ayllón debutaba como la primera voz del grupo musical peruano Los Kipus.
Años más tarde las dos fueron parte del homenaje póstumo a Mercedes Sosa en el Lincoln Center de Nueva York en 2010.
Y en 2017 sus voces se unieron en un mismo espectáculo impregnado con el sentimiento y calidad de dos grandes embajadoras de la música peruana, quienes han sido galardonadas con el Grammy Latino a la Excelencia y a la Trayectoria.
Nacida en Zaña, Perú, en 1952, Tania Libertad comenzó su carrera artística a los siete años. Dos años después grabó su primer disco y a la temprana edad de once se posicionó como una de las más importantes intérpretes de música peruana.
Temprano en su carrera decidió abordar la música latinoamericana, convirtiéndose en una de las mejores de su género, lo que la llevó a hacer presentaciones en México, país en el que decidió radicar desde 1980.
Su discografía comprende 45 álbumes, de los que se han vendido más de diez millones de copias, razón por la cual se ha hecho acreedora a múltiples discos de Oro y de Platino, presentándose en los escenarios más importantes del mundo.
Con más de 60 años de carrera, Tania Libertad se consolida como una de las máximas representantes de la cultura peruana no solo en México, sino en el mundo.
Por su lado, desde 1977 Ayllón se convirtió en una figura de gran éxito que emanaba una luz propia desde sus primeras apariciones. Sus canciones se difundieron rápidamente y fue nombrada “una de las mejores intérpretes de Perú”.
Luego de salir de Los Kipus comenzó a proyectarse en trabajos como solista y a trabajar en lo que sería su primer disco, Esta noche… Eva Ayllón, el cual le abrió las puertas para internacionalizarse, realizando presentaciones en muchos países de América, Europa y Asia.
Recorrido
—¿Cómo se siente con 60 años de carrera?
—Más plena que nunca. La vida ha sido muy generosa conmigo: no solamente me sigue dando fuerzas para pararme arriba de un escenario, sino que además la voz la tengo, creo yo, mejor que cuando a mis 15 o 20 años. No he bajado ni medio tono en mis canciones, sino todo lo contrario. Creo que podría cantar hasta más alto todavía, con la diferencia de que ahora tengo más graves, es decir, mi rango vocal es más amplio ahora porque, por ejemplo, Eva, que es una extraordinaria cantante, tiene una voz más grave, una voz más redonda y yo estoy cantando en los tonos de ella, estoy bajando. Pero en algún momento también yo me voy a mi tono y ella me hace segunda y hacemos armonías.
Es muy bonito, dice, “compartir con una artista tan generosa como Eva y, sobre todo, con tanto talento, porque es una gran cantante”.
—¿Cómo surgió la idea de esta colaboración?
—Hace aproximadamente seis años se nos ocurrió hacer este concierto, que hemos realizado solamente en Perú. Es una forma de gozar y de cantar con muchísimo placer arriba de un escenario con una compañera muy querida para mí, que es la artista número uno en Perú y que es también una artista muy galardonada, que ha hecho muchísimos discos, que vivió un tiempo en Estados Unidos también y ha estado nominada en distintas ocasiones al Grammy. Una estrella en toda la extensión de la palabra, con una carrera espectacular; pero que aquí en México no es muy conocida.
En este espectáculo, puntualiza, “estamos todo el tiempo arriba del escenario haciendo dúo, haciendo armonías, planteando arreglos muy propositivos para canciones muy viejas o algunas poco conocidas; pero también otras muy conocidas, porque también estamos haciendo canción mexicana: cantamos a Manzanero, José Alfredo, Tomás Méndez, Juan Gabriel… En fin, es un repertorio muy interesante y está planteado de una manera muy dedicada, muy bonita, que lleva a que la gente sienta cada canción de otra manera”.
—¿Qué le queda por conquistar a una artista con su trayectoria?
—En mi caso no me trazo metas ni a corto ni mediano ni a ningún plazo. Ni cuando era joven lo hacía. Y ahora menos. Yo andaba haciendo unos discos cuando de pronto entró la pandemia y tuvimos que detener el proyecto, pero mientras me puse a trabajar haciendo un homenaje a Violeta Parra y otro a Chabuca Granda, con mariachi, proyecto que todavía estoy planeando porque la hija de Chabuca me pidió específicamente ese disco, ya que le gustaría escuchar las canciones de su mamá con mariachi. Granda tiene una obra increíble, maravillosa. La gente solo conoce Fina estampa o La flor de la canela, pero su obra es mucho más que eso. Entonces tengo esos dos discos que están en proceso y son proyectos que simplemente quiero realizar sin afán alguno.
—¿Por qué el público no puede perderse este concierto?
—Principalmente porque se van a arrepentir si no van —dice entre risas—, pero van a escuchar canciones desde otra perspectiva, aunque sean canciones conocidas, los arreglos yo los hice y desarrollé el concepto y todo. Estoy llevando las canciones a otra dimensión, no sé si mejor o peor, pero sin duda es otro punto de vista de las mismas canciones que han escuchado otras veces. Las van a redescubrir, porque son fusiones: hemos mezclado muchos ritmos peruanos con canciones mexicanas y viceversa. Es una travesía muy bonita porque nos vamos a encontrar el enorme parecido que tenemos cultural y musicalmente entre Perú y México.