LEONARDO: TEATRO, ARTE, ESCULTURA E HISTORIA

“Mostrar el lado más humano de Da Vinci”.

Guillermo Medel
Cultura
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Con una innovadora propuesta escénica, el actor y conductor de televisión Rodrigo Murray presenta Leonardo, una pieza teatral escrita y dirigida por él mismo, narrada en un monólogo en el que el histrionismo, la dramaturgia y el arte escultórico abundan en torno de la figura del genio renacentista Leonardo da Vinci (1452-1519).

Anteriormente, en una breve temporada, la obra se presentó con éxito en el Teatro Xola Julio Prieto y ahora llega al Centro Cultural Helénico a partir del 24 de junio y hasta el 27 de agosto.

Sobre cómo surgió la idea de esta propuesta, Murray cuenta que “hace muchos años mi padre me inculcó la curiosidad: era un personaje que él admiraba mucho y de alguna manera me pasó la estafeta”.

Además, dice, “cuando empecé a estudiar a Leonardo me di cuenta de que había un gusto particular por el teatro; él hizo muchas cosas por el teatro. Por ejemplo, implementó la polea en el teatro para cosas como levantar telones o mover la mandíbula gigante de un dragón e hizo muchos diseños de escenografías y vestuarios. Le gustaba mucho el teatro y eso es algo en lo que claramente me identifico con él. Es una especie de homenaje a uno de los personajes más relevantes de la humanidad”.

Agrega que empezó a escribir este monólogo “con una profunda investigación desde hace 15 años; luego hicimos ocho grandiosas funciones de prueba en el Teatro Xola y ahora se estrenará en el Teatro Helénico”.

Fascinante paralelismo

En esta puesta escénica, haciendo acopio de su talento multifacético, Murray da vida a dos personajes principales: por un lado, el del célebre artista, pintor, escultor, arquitecto, inventor y genio cultural de la humanidad; y, por otro, al de un actor en una constante búsqueda de la realización personal.

Se trata de una interesante propuesta que rompe la llamada cuarta pared del entorno teatral para involucrar al público en diversas situaciones de la historia.

El monólogo, señala el actor, “desarrolla dos historias en paralelo: la de Da Vinci —desde su nacimiento en 1452— y la historia de Rodrigo, un actor que está interpretando un monólogo sobre Leonardo; es decir, teatro dentro del teatro: una especie de mesa-teatro que es, asimismo, un bululú donde interpreto a muchos personajes, no solo a Leonardo y a Rodrigo, sino también a Verrocchio, quien fue uno de los maestros de Leonardo; a Miguel Ángel Buonarroti, que es uno de los más grandes rivales que tuvo Leonardo en su vida, así como las vicisitudes que vive Rodrigo en el siglo XXI”.

Deconstrucción

Subraya que en esta historia Da Vinci encuentra en el teatro una manera de inmortalizarse, pero “la intención principal de esta puesta es mostrar su lado más humano, no solo la parte del genio como pintor, escultor, inventor, científico o arquitecto; la gente no debe olvidar que hablamos de un semejante que también reía, lloraba y sentía amor, frustración o dolor, como cualquier persona”.

Desafortunadamente, puntualiza, “gracias a su gran obra, es algo que la gente suele dejar de lado, pero es también la parte con la que más nos podemos identificar con este histórico personaje”.

Bajo la producción de Aurora Gómez Meza, la producción ejecutiva de Nelly Rosales Plascencia, con música de Luis Ernesto Martínez Novelo (LU, bajista de La Gusana Ciega), diseño de iluminación de Félix Arroyo (nominado a Los Metro 2019) y diseño de vestuario de Marcela Valiente (nominada a Los Metro 2019), esta puesta en escena desmitifica la figura de Da Vinci para convertirlo en el ser humano que a lo largo de su cronología histórica deja ver al espectador que no es una mítica figura de mármol y bronce escrita en libros de Historia, sino una persona que enfrentó grandes desafíos, dudas y baches en tanto iba construyendo su legado.

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Arte escultórico

Durante el final de la década de 1960 el escultor mexicano Sebastián diseñó y fabricó una serie de esculturas cinéticas que denominaría como transformables.

Estos prototipos compartían la característica de ser figuras móviles y policromáticas para resaltar la sorpresa del surgimiento de las piezas ocultas.

En este sentido, cada caso refleja una inquietud, pero sobre todo un homenaje a algún artista geómetra destacado en la historia de la cultura, la ciencia y el arte.

Así, además de un impecable libreto, la espectacularidad de esta propuesta teatral también se materializa a través de Leonardo 4, una escultura cinética realizada por Sebastián, misma que se transforma en desdoblamientos múltiples conforme el relato aborda cada tema dentro del monólogo.

Por ello, el actor señala que “la pieza original de esta obra del maestro Sebastián, que es uno de sus increíbles transformables, consiste en un cubo que mide 30 centímetros por lado, mientras que la pieza que se hizo para la obra es una escultura magnífica que mide dos metros por lado y pesa 200 kilos”.

Entonces, añade, “a lo largo del monólogo voy desenvolviendo —por decirlo de alguna manera— el cubo, el cual se transforma en muchas otras piezas, al tiempo que Sebastián define la transformación topológica del espacio y el cubo muestra su parte interior, como si viéramos la parte de adentro de un calcetín, por poner un ejemplo”.

Por si fuera poco, para enriquecer la experiencia del espectáculo, al concluir cada función y en una conversación directa desde la butaca al escenario y viceversa, el público tendrá la oportunidad de preguntar, reflexionar y comentar lo visto con el protagonista.

Una puesta en escena altamente recomendable.