La Habana, Cuba, 14 de junio. Silvio Rodríguez es uno de los más destacados poetas y músicos de habla hispana y sus cientos de canciones han acompañado a varias generaciones de latinoamericanos.
El proceso político con el que él se comprometió atraviesa un momento dramático socavado por una dura crisis económica y Rodríguez reconoce cuánto le duele su país.
“Es terrible”, exclamó varias veces sobre la situación de su patria sentado en su estudio de grabación durante una entrevista con The Associated Press.
“Es muy fuerte, es muy fuerte”, dijo sobre la inflación, la improductividad de la tierra, la migración de cientos de miles —sobre todo jóvenes— y la seguridad social deteriorada que se vive en Cuba.
Rodríguez reconoció que no ha dejado nunca de considerarse un hombre de izquierda y que sus sueños de una sociedad más humana y justa siguen intactos, pero se resiste a que esa sea una excusa para esconder las críticas o pasar por alto las negligencias del proceso revolucionario en la isla.
Rodríguez entrelaza las manos y gira levemente la punta de los pies hacia adentro mientras conversa sobre su nuevo disco titulado “Quería Saber” con 11 canciones compuestas en los últimos años.
El trovador, de 77 años, se ríe sonoramente cuando se le sugiere que, pese a su larga trayectoria, parece no darse por vencido con esta nueva producción —su disco número 22—.
En su último álbum hay un par de temas intimistas como "Ángel ciego” o “Ciudad”, pero sobre todo prima lo social y lo político.
Resalta “Para no botar el sofá" que él mismo califica como una “canción editorial” y que juega con un popular dicho cubano según el cual un señor encuentra a su esposa en amoríos con otro hombre y, en vez de deshacerse de ella, tira el sillón en el cual descubrió a la infiel.
Las obras de Rodríguez —quien no tiene militancia partidaria aunque en los años 90 fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Parlamento— siempre han capturado el espíritu del tiempo que le tocó en suerte.
“Me identifico con lo que se ha dado en llamar la izquierda”, comentó para inmediatamente agregar “no me gustan los absolutismos, no me gustan los ismos”.
Con información de Cristiana Mesquita-AP.