¿SABE USTED QUIÉN FUE FAUSTINO CHIMALPOPOCA?

Cultura
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Cada tanto, y con un poco de suerte o buen ojo, los libros nos descubren personajes que nos llevan a preguntarnos: ¿dónde carambas habías estado? Bien podría ser este el caso de Faustino Chimalpopoca (1805-1877), individuo que, si se rastrea en internet, veremos que fue un traductor y maestro de náhuatl del siglo XIX.

Si buscamos un poco más descubriremos que investigadores como Miguel León Portilla o José Emilio Pacheco lo ubicaban como un traductor, sí, pero bastante menor o errático en sus interpretaciones. Incluso, en Noticias del Imperio, Fernando del Paso lo menciona en un pasaje al lado de Maximiliano.

En todo caso, la poca información que hay sobre él podría ubicarlo como alguien sin demasiada relevancia. Pero todo lo antes mencionado se trastoca al leer Faustino Chimalpopoca. La vanguardia clandestina, de Heriberto Yépez (Tijuana, 1974).

A Yépez, conviene recordar, se le debe una de las revaloraciones más entusiastas de Ulises Carrión, hoy considerado un autor casi de culto y trasgresor en formas y estructuras literarias. En aquella ocasión el investigador tijuanense se colocó en el centro del debate literario por su reivindicación de Carrión y sostuvo intensos debates con críticos como Christopher Domínguez Michael o Guillermo Sheridan.

Hallazgo

Ahora Yépez, polémico y ácido como siempre, pone sus cartas sobre la mesa y muestra un rostro inédito de Chimalpopoca. “No hay duda de que su posición y tipo de subjetividad hacen a Chimalpopoca único. No hay nada semejante a Chimalpopoca en su época. Ni después”, escribe.

Autor de varias obras dedicadas a la enseñanza del náhuatl, el autor fue un intelectual afín al régimen de Maximiliano; de hecho, era quien le traducía la lengua originaria. Su relación con el emperador, así como su pensamiento con tendencias conservadoras, le causaron animadversión por parte de los liberales y en particular de los juaristas; de ahí se intuye su poco aprecio histórico.

No obstante, y aquí radica uno de los hallazgos del tijuanense, Chimalpopoca se adelantó a su época e introdujo poesía en sus didácticas o manuales lingüísticos. “Hacía composiciones a mitad de camino entre prosa administrativa y especulación literaria. Esta sonoridad, imaginería y ritmos conducían hacia una poética náhuatl”.

Los hallazgos de Yépez no son poca cosa, puesto que ubican a su personaje como el primer poeta vanguardista mexicano. ¿Exagera con los elogios a Chimalpopoca? Tal vez, pero quizá solo de esta manera conseguirá llamar la atención de una crítica bastante poco dada a atender a autores en lenguas originarias.

De cualquier manera, el futuro dirá si la reivindicación al poeta náhuatl se sostiene. Por lo pronto su nombre ya fue desempolvado y el debate está abierto.

Otros títulos de Heriberto Yépez son El libro de lo post-poético y El imperio de la neomemoria.