RUIZ CARBÓ Y SU BIBLIOTECA DE LO IMPOSIBLE

Una novela juvenil sobre el bien y el mal.

Guillermo Medel
Cultura
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Foto: Mary Julia

El vasto mundo de las letras nos ha regalado grandes obras que trascienden a lo largo de los años, pero pocas veces podemos conocer el proceso creativo de los autores o el origen de las ideas que inspiraron esas creaciones.

Sin duda, el caso de Mary Julia Ruiz Carbó, abogada de profesión y amante de la literatura desde pequeña, es un tanto peculiar puesto que su ópera prima, La biblioteca de lo imposible, nació en un momento de catarsis, mientras corría.

Y ahora la presenta en la la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Nueva faceta

—¿Cómo surge la idea?

—Desde muy pequeña he tenido gusto por la poesía y los cuentos, pero cuando tomé cursos y un diplomado con el maestro Manuel Leonel Pereira Quintero, quien ganó el premio Cortes de Cádiz, ahí surgió esta idea, situación que enfrenté con miedo, porque hasta llegué a pensar que no iba a poder.

Luego de tomar ese diplomado, añade, “me quedé con la idea de escribir un libro y no fue hasta 2011 que, cuando se anunció el final del calendario maya y muchas personas pensaron que iba ocurrir una catástrofe o que tal vez saldría una nave extraterrestre de las pirámides en Yucatán —cosa que evidentemente no sucedió—, empecé a cocinar esta historia. Porque a mi parecer lo que los mayas querían decir con este ‘nuevo fuego’ era que iniciaría una nueva conciencia como humanidad. De ahí viene el tema”.

—¿Cuál es el mensaje central?

Lo que sucede es que este cambio de conciencia la tomamos como algo esotérico y no nos hemos sentado realmente a reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Lo que trato de dar a entender con esta novela es que en realidad queremos evolucionar como raza, pero somos incoherentes entre lo que decimos y lo que hacemos.

Básicamente, puntualiza, “la obra trata de hacernos entender que como humanos la dualidad del bien y el mal está dentro de cada uno de nosotros, pero nadie es absolutamente bueno ni absolutamente malo, sino que compartimos esta dualidad y tenemos que hacer este cambio de conciencia y deducir hacia dónde queremos ir y qué queremos lograr”.

—¿Se trata de una obra infantil?

—En absoluto, en realidad la recomiendo más para jóvenes, ya que el mensaje se centra en la importancia de hacernos responsables de nosotros mismos y de nuestros actos. Por ejemplo, cuando leí a Nietzsche, Zaratustra nos dijo: “Dios ya no existe”. De ahí me puse a pensar en todas las creencias y religiones que tenemos los seres humanos; en que ya no nos podemos escudar detrás de un Dios; ahora tenemos que hacernos responsables de lo que nosotros hacemos, como cuando vamos creciendo y nuestros padres nos dicen: ‘Ya tienes que empezar a trabajar para independizarte’. Es el mensaje de la obra: debemos aprender a vivir con nosotros mismos y encontrar soluciones más humanas para nuestros problemas.

Catarsis

—¿Además de escribir tiene otra pasión?

—Profesionalmente soy abogada, cosa que amo y a la que también me dedico. Pero principalmente me considero una lectora empedernida. En mi adolescencia estaba entre estas dos opciones: Derecho o Literatura. Finalmente me decidí por el Derecho porque pensé que así sería mucho más fácil salir adelante que con la Literatura. Luego de los cursos que mencioné antes fue que reviví esta pasión por la creación literaria y estoy disfrutando al máximo esta nueva faceta.

—¿Cuánto tiempo tardó en escribir esta obra?

—En realidad no fue tanto como imaginaba. Sucedió que en ese entonces pasaba una situación difícil: mi madre estaba enferma y yo me encargaba de sus cuidados. Por las mañanas alguien venía a ayudarme y mientras yo, a manera de desfogue, salía a correr, pero como no acostumbro a usar audífonos me aburría y pensé: “Este es un buen momento para empezar a generar las ideas para mi libro”. Así, en ese tiempo, mientras me ejercitaba, en mi mente iba dando forma a esta historia y a sus personajes.

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Foto: Mary julia

Ruiz Carbó es licenciada en Derecho por la Universidad Iberoamericana, misma institución en la que realizó dos cursos de creación literaria y un diplomado en Arte, Literatura y Cine.

Cabe mencionar que además de la publicación de su novela La biblioteca de lo imposible, cuya ilustración es un trabajo de Jokzan Ruiz, ha incursionado en poesía y cuento.