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Federico González
Cultura
Rosario Castellanos

Rosario Castellanos. Mujer de palabras. Tomo II. Fondo de Cultura Económica/UNAM. 773 pp.

Todavía son pocas las escritoras mexicanas —que afortunadamente cada vez son más— que están insertadas dentro del canon nacional, pero una de las que ha estado presente de manera indiscutible es la chiapaneca Rosario Castellanos (1925-1974): su poesía como su narrativa circulan con facilidad y se leen tanto en escuelas como por parte de lectores espontáneos.

Sus aproximaciones a la cosmovisión indígena y la condición de la mujer todavía tienen tela de dónde cortar.

No obstante, y pese a sus continuas reediciones, hay una deuda respecto de su faceta de intelectual, es decir, no se le ha dado el lugar que merece a su función como mujer de ideas. Apenas, sus cartas y reflexiones son recuperadas con el ánimo de poner sobre la mesa su pensamiento sin el filtro de la lírica ni de la ficción.

Labor encomiable en este sentido es el trabajo de la investigadora Andrea H. Reyes, quien se ha encargado de rescatar sus artículos en los dos tomos de Mujer de palabras. La temática de los textos es tan variada como la curiosidad de Castellanos. Desde luego, hay reflexiones sobre los indígenas, relacionadas a la importancia de su cultura y de sacarlos de las condiciones de miseria. Hay además críticas al gobierno del entonces presidente Díaz Ordaz sobre su actuar respecto de las manifestaciones estudiantiles. “Se está usando demasiada violencia”, escribió en algún artículo.

Tal vez lo que puede llamar más la atención a sus nuevos lectores es su agudeza al momento de contar la vida cotidiana en México, así como el modo en que se inserta en ella la mujer.

Vigencia

La ironía y el tono desenfadado nos muestran a una autora inteligente, pero también preocupada por conectar con la gente de a pie. Si su poesía puede parecer compleja, lo cierto es que sus artículos son todo lo contrario.

Hace varios años José Emilio Pacheco escribió un ensayo sobre Rosario Castellanos: “Cuando se relean sus libros se verá que nadie en este país tuvo en su momento una conciencia tan clara de lo que significa la doble condición de mujer y de mexicana, ni hizo de esa conciencia la materia misma de su obra, la línea central de su trabajo. Naturalmente, no supimos leerla”, reconoció el poeta.

Esperemos que hoy las cosas estén cambiando y por fin estemos listos para comprenderla y darle el lugar que se merece.

Otros títulos de Rosario Castellanos son Oficio de tinieblas, El eterno femenino y Balún Canán.

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