El 7 de agosto próximo se cumple el 50 aniversario de la muerte de Rosario Castellanos, una de las figuras más emblemáticas de la literatura mexicana, quien no solo dejó una huella imborrable en nuestras letras sino que también se erigió como una voz poderosa en la lucha por los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración y estudio, reflejando una profunda preocupación por la justicia social y la identidad cultural.
La escritora, periodista y diplomática nació el 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México, aunque sus primeros años transcurrieron en Comitán, Chiapas. La región chiapaneca, con su rica mezcla cultural y complejas relaciones sociales, tuvo una influencia decisiva en su obra. Su novela Balún Canán (1957), donde explora la opresión de los indígenas y la difícil coexistencia entre las diferentes culturas en Chiapas, es un claro testimonio de esta influencia.
Castellanos estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se graduó en 1950. Durante su tiempo en la universidad se relacionó con importantes figuras literarias y filosóficas, lo que enriqueció su perspectiva y su obra.
Fue una prolífica escritora, abarcando géneros como la poesía, el ensayo, la narrativa y el teatro.
Su obra poética incluye títulos como Trayectoria del polvo (1948) y El rescate del mundo (1952), mientras que sus ensayos más conocidos, como Mujer que sabe latín... (1973), abordan la situación de la mujer en la sociedad mexicana.
El compromiso de Castellanos con las causas sociales fue evidente tanto en su vida como en su obra. Su activismo en favor de los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas la convirtió en una figura destacada en estos movimientos. Su novela Oficio de tinieblas (1962) es una cruda representación de la lucha indígena en Chiapas, un tema que sigue siendo relevante en la actualidad.
Castellanos también incursionó en la política y la diplomacia. En 1971 fue nombrada embajadora de México en Israel, cargo que desempeñó hasta su trágica muerte en 1974. Durante su estancia en Israel continuó escribiendo y reflexionando sobre temas de identidad y justicia, como se puede ver en sus obras póstumas.
Legado literario
A lo largo de las décadas el legado de Castellanos ha sido honrado y preservado de diversas maneras. En su memoria se han establecido fundaciones, premios y recintos culturales que perpetúan su trabajo y sus ideales.
El Centro Cultural Rosario Castellanos, en la Ciudad de México, se ha convertido en un espacio vital para la cultura, pues aloja una biblioteca especializada en literatura mexicana y latinoamericana, además de ser sede de exposiciones, conferencias y presentaciones de libros. Este recinto no solo celebra la vida y obra de Castellanos, sino que sirve además como un lugar de encuentro para intelectuales, artistas y activistas.
Por otro lado, destacan dos premios alusivos a la escritora, ambos otorgados anualmente por el gobierno. El primero es el Premio al Mérito Literario Rosario Castellanos, dirigido a escritoras y escritores de reconocido prestigio y amplia trayectoria literaria, cuya obra debe estar escrita en español o en cualquiera de las lenguas originarias de Latinoamérica y necesita pertenecer a los géneros de la narrativa, dramaturgia, poesía o ensayo.
El segundo es el Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos, cuyas bases son más flexibles, pues tienen la oportunidad de participar personas narradoras de habla hispana residentes en México o en el extranjero, con una novela inédita en español de entre 80 y 90 cuartillas, de tema y forma libres.
Además, este año Libros UNAM realiza un homenaje en honor a Castellanos con la reedición de Cartas a Ricardo y el lanzamiento del concurso de literatura epistolar Cartas a Rosario, donde se invita a estudiantes entre 15 y 30 años, de cualquier plantel de la República Mexicana perteneciente a la UNAM, a presentar un texto de género epistolar dirigido a Rosario Castellanos in memoriam.
En la carta, que debe ser original, inédita y escrita en español, cada participante destacará cómo la obra y el legado de esta autora han repercutido en sus vidas. Será posible competir en una de las tres categorías: Estudiantes de nivel medio superior, Estudiantes de licenciatura y Estudiantes de posgrado. El jurado seleccionará a una persona ganadora por categoría y cada una recibirá un premio económico de 25 mil pesos.
Asimismo, se elegirán otros 20 trabajos para conformar la publicación Cartas a Rosario, que se dará a conocer en mayo de 2025 en el marco de la celebración por los 100 años del nacimiento de la escritora mexicana.
Los textos deben tener una extensión mínima de tres y máxima de cinco cuartillas tamaño carta y podrán enviarse hasta el 2 de septiembre. La decisión del jurado se anunciará públicamente el martes 29 de octubre.
Este concurso se hace en conjunto con la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde por cierto se encuentra un busto de la autora en el espacio nombrado como El jardín Rosario Castellanos, aunque es más popularmente conocido entre los estudiantes como El Chayo.
A 50 años de su muerte, Castellanos sigue siendo una figura fundamental en la literatura y la cultura mexicana. Su obra, marcada por una profunda sensibilidad y un agudo sentido crítico, continúa resonando en lectores de todas las edades, no solo como una escritora excepcional, sino también como defensora incansable de los derechos de los marginados.
En un momento en que las luchas por la igualdad de género y los derechos indígenas siguen siendo relevantes, la voz de Castellanos resuena con una claridad y una urgencia que no han disminuido con el tiempo. Su legado literario y su compromiso social nos recuerdan la importancia de la empatía, la justicia y la solidaridad en la construcción de un mundo más equitativo.
En este aniversario recordamos a Castellanos no solo por sus contribuciones literarias, sino también por su valentía y su dedicación a las causas más nobles. Su vida y obra siguen siendo una inspiración y su legado perdurará en las generaciones venideras.