Restauran estatuas del siglo XVIII

Las tallas se encuentran en Baborigame, poblado chihuahuense

Redacción
Cultura
Esculturas devocionales de Chihuahua
Foto: Melitón Tapia/INAH

Ciudad de México, México, 11 de septiembre. Hace unos meses, con las siguientes palabras, el padre Gabriel Parga Terrazas agradecía la autorización de recursos humanos y financieros, para intervenir cinco esculturas devocionales de Baborigame, en Chihuahua: “La comunidad de esta parroquia de la Virgen de Guadalupe merece tener unas imágenes que les motiven a seguir confiando en la belleza de un dios que no está atrapado en el templo ni en las imágenes, pero sí en el amor protector de los creyentes”.

En su carta, dirigida a la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y a la Embajada de Suiza en México, el párroco comentaba que los tepehuanes del norte u ódami “tienen un vínculo interesante con las imágenes, pues personalizan la relación con los santos, les hablan en su lengua en voz alta, teniendo la seguridad de que son escuchados”.

El bulto del santo fundador de la Compañía de Jesús es una posible pista del origen de este conjunto escultórico, ya que Baborigame fue fundado por el jesuita Tomás de Guadalajara , el 3 de agosto de 1708, como una misión para evangelizar a los tepehuanes, previa licencia del entonces capitán general de la Nueva Vizcaya, Juan Fernández de Córdoba.

Con su original esplendor, las tallas de la Virgen María y san José retornaron hace poco a San Francisco Javier de Baborigame, ubicado en las sinuosidades del Triángulo Dorado, región que se extiende entre Sinaloa, Durango y Chihuahua, de cuyo centro político lo separan 10 horas de camino.

Este mes en curso serán devueltas las vírgenes de la Asunción y de la Concepción, además de una escultura del Niño Jesús, la cual elabora el colaborador de la CNCPC, Christian Alberto Chávez González, siguiendo la instrucción del párroco del lugar: “que tenga los ojos, el cabello y la piel morena de los niños de Baborigame”. De esta manera, se completará el conjunto de la Sagrada Familia.

Por el momento, en el Laboratorio de Conservación de Escultura Policromada ultiman el proceso de conservación-restauración de las vírgenes de la Asunción y de la Concepción, con la restitución de algunos faltantes, principalmente manos y dedos, y la reintegración cromática de sus entelados, los cuales simulan vestidos y mantos con fulgurantes motivos florales y celestes.

De no haberse intervenido, concluye la restauradora Cristina Noguera Reyes, las obras, de las que queda pendiente el bulto de san Ignacio de Loyola, “corrían el riesgo de que el deterioro se magnificara y se perdieran para siempre. Por ello, las líneas de acción tenían la finalidad de devolverles su estabilidad estructural y sus valores históricos y estéticos, para que las generaciones presentes y futuras de Baborigame sigan venerándolas”.