Reeditan ‘Tiros en el concierto’ de Christopher Domínguez Michael

Es la obra capital del autor, de la cual nace su universo literario

Redacción
Cultura
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Tiros en el concierto Christopher Domínguez Michael Colegio Nacional 2025
Foto: El Colegio Nacional

Ciudad de México, México, 14 de febrero 2025. En Christopher Domínguez Michael, miembro de El Colegio Nacional, “la crítica literaria también es creación”, afirmó el historiador y también colegiado Javier Garciadiego, al presentar la reedición de Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V, que reaparece 27 años después, ahora publicado por el sello Grano de Sal.
En México, señaló, “hasta hace muy poco el crítico literario no era visto a la altura de poetas o narradores, al grado de que José Luis Martínez, cuando ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua tuvo que pasar esa invectiva, muchos votaron en contra de su ingreso porque era crítico. Afortunadamente en El Colegio Nacional tenemos otra tradición, aquí la crítica ha sido y es valorada como parte de la literatura de creación”.
Como parte de la tradición que el autor ha continuado, el historiador mencionó a Alfonso Reyes, quien “a su modo es crítico, o era crítico, además de poeta y ensayista”, pero también Antonio Alatorre, Octavio Paz, José Emilio Pacheco, todos miembros de El Colegio Nacional, “y ahora Christopher Domínguez, que es el crítico literario más importante de nuestros días”.
Además de Garciadiego, en la presentación del libro de Domínguez Michael participaron Antonio Villarruel, crítico literario de la revista Letras Libres, y Liliana Muñoz, también crítica literaria y editora de la revista Criticismo.
Inicialmente publicado en editorial Era, Tiros en el concierto se aproxima a las letras mexicanas a través de siete figuras clave que incluyen a personajes como Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, los Contemporáneos y José Revueltas. Se trata de una “familia de escritores mexicanos” a partir de sus retratos intelectuales y una reflexión donde literatura y política se encuentran.
Además de su pluma, Garciadiego exaltó otra cualidad de Domínguez Michael: “Es un crítico atrevido, con interpretaciones muy sugerentes; polemiza con otros críticos, no se cuida de la corrección político-cultural. Christopher pega y pega duro”.
De acuerdo con el colegiado, el ensayo medular del libro es el que se refiere a José Vasconcelos: “Casi todos los ensayos tienen alrededor de 20 cuartillas, el de Cuesta y el de Revueltas, más o menos 50, el de Vasconcelos arriba de 100, es un ensayo muy, muy sólido. Y bueno, en cierto sentido, Vasconcelos amerita este ensayo, porque es el escritor más importante de la primera mitad del siglo XX en México”.
Garciadiego se ha acercado como historiador a Vasconcelos, mientras que Domínguez Michael lo hace desde la crítica. La diferencia se nota en el interés que cada uno ha puesto en ciertos temas del escritor y político: “A mí, a veces, la literatura de Vasconcelos no me prende; a su relación con Antonieta, Christopher le dedica páginas espléndidas; por cierto, su análisis de “La Flama”, que es un libro como que hecho a un lado en la tetralogía autobiográfica de Vasconcelos. El tema religioso de Vasconcelos está en todas las páginas de Christopher. Mi Vasconcelos es otro”.
Para Liliana Muñoz, Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V es “la obra capital de Christopher Domínguez, la obra alrededor de la cual se vertebran buena parte de su universo literario. Tiros en el concierto tiene su origen en el Inventario de José Emilio Pacheco, que fue narrador y poeta, pero no hay que olvidarnos que fue también crítico”.
Al igual que Pacheco, en sus textos Domínguez Michael “constantemente va cambiando de parecer, va dudando de sí mismo, va cuestionándose, va contradiciéndose, va volviendo sobre una idea. Es decir, comparten este carácter como de revisitar y de cuestionar un texto, y de cuestionarse a uno mismo como crítico literario”, señaló.
Más que ensayos –agregó– “estos textos son una especie de retratos, a la manera de su querido Sandberg, es decir, son biografías literarias eruditas y exhaustivas de figuras como Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Jorge Cuesta, los Contemporáneos, entre otros”.
“Christopher, de algún modo, polemiza, entabla un diálogo vivo con estos autores. Se aproxima, por ejemplo, a Alfonso Reyes para cuestionar el mito, se aproxima a los Contemporáneos para hacerlos salir de su torre de marfil, se aproxima a Cuesta y lo concibe como parte de una tradición de la que él es a la vez su mayor crítico”.

SIN CAMBIOS
Cuando el editor Tomás Granados Salinas, le pidió reeditar Tiros en el concierto, señaló Christopher Domínguez Michael durante la presentación, “tomé la típica decisión que toma quien va a reeditar, es si tocar el libro, si no tocarlo, o tocarlo a fondo. Tomé la más prudente y la más cobarde, no tocarlo, porque hubiera sido escribir otro libro”.
El colegiado recordó algunas anécdotas en torno a los autores abordados en su libro: “En el caso de Alfonso Reyes, cuando yo tenía 20 años, tenía la idea que había en el ambiente: que era un escritor aburrido, que no había escrito ningún libro importante, de que sus obras completas eran tediosísimas, obviamente yo no las había tocado, pero yo repetía lo que se decía, y que representaba un pasado lleno de polilla y polvo, del cual había que alejarse para no agarrar ninguna alergia”.
“Por fortuna me encontré en el camino con Adolfo Castañón, buen amigo de Javier y maestro mío, que me sacudió y me dijo, ‘no seas pendejo, ponte a leer a Alfonso Reyes y deja de repetir estupideces’. E hice la tarea, y el resultado de esa tarea es ese ensayo que abre Tiros en el concierto”.
“Fue un texto para mí muy emocionante de escribir, lo recuerdo con mucha emoción. Y fue el texto que me hizo pensar que había llegado la hora, mi hora, de escribir esta crónica de familia, de crítica de la literatura mexicana. En el caso de Vasconcelos, bueno, empiezo diciendo que el texto que publicó hace 10, 15 años Javier Garciadiego sobre por qué Vasconcelos no sufrió fraude en 1929, me convenció por completo”.
De revisar el libro publicado hace 27 años, señaló el colegiado, su visión sobre Vasconcelos hubiera coincidido ahora con la de Garciadiego. En su momento, dijo, “para mí Vasconcelos era el Cuauhtémoc Cárdenas de 1929. Yo venía, como joven mexicano, de la experiencia de un, también ahora puesto en duda, fraude electoral, el de Carlos Salinas de Gortari contra Cuauhtémoc Cárdenas, y de alguna manera reflejé la frustración del supuesto fraude contra Cárdenas en lo que había ocurrido, según yo, en 1929”.
“Hay una anécdota muy chistosa y que nos súper molestó. Nosotros ya estábamos en Vuelta cuando la derrota de Cárdenas, estábamos con Paz, y tuvimos una reunión dos, tres días después de las elecciones en que estaba todo el mundo muy dividido. Enrique Krause decía que había habido fraude, que había que repetir las elecciones; Gabriel Zaid decía que sí, que había habido fraude, pero a la nación le convenía no repetir las elecciones”.
En esa misma ocasión, “Octavio Paz nos dijo, ‘ay muchachos, en México siempre el que pierde dice que le cometieron fraude. Y nos dijo: ‘Vasconcelos, Henríquez, Guzmán en 1946 y ahora Cuauhtémoc’. Y en un Octavio Paz, que ya era muy priista en esa época, dijo ‘por supuesto que no hubo fraude’. Nos pusimos súper furiosos”.
“A estas alturas digo, ¿cómo iba a ganar Vasconcelos si no votaban las mujeres y no votaban los menores de 21 años?, y además, la ingeniería electoral de 1929, si no me equivoco, consistía en que la casilla la abría el primero que llegaba y las boletas electorales eran los papelitos que traía cada quien. Pero bueno, por lo demás sí considero que es el ensayo que vertebra Tiros en el concierto y a mí me dio mucha alegría meterme con un personaje de las dimensiones ya dichas”, explicó.
En su oportunidad, el crítico literario Antonio Villarruel estimó que Tiros en el concierto contiene tres cualidades básicas: “En primer lugar, el rigor histórico, es decir, creo que no hay trabajo de crítica literaria que tenga, que se desapegue de un conocimiento coherente y serio de la historia”. En segundo lugar, “el trabajo de la erudición, es decir, dominar ideas, dominar autores, dominar corrientes, dominar la lengua. Y finalmente, que es probablemente la mejor cualidad, que es la creatividad”.
Es decir, “la creatividad como un espacio donde la crítica literaria va urdiendo su propia narración, va generando sus propias posiciones, y como decía Liliana, va poco a poco también gestando en su imperfección la semilla de la polémica, la posibilidad de crear un intercambio fructífero de ideas, sin aprioris que nos daten demasiado o nos obliguen a ir a ciertos puritanismos académicos que ahora están de moda”.
La presentación de Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.