ENCABEZA SHEINBAUM LA REAPERTURA DEL SEGUNDO PISO DEL MNA

“Sheinbaum: 2025 está dedicado a las mujeres indígenas”.

Cultura
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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reinauguró el 6 de enero en la Ciudad de México (CDMX) el segundo piso del Museo Nacional de Antropología (MNA), mismo que llevará el nombre de Grandeza y diversidad cultural de México y cuenta con cinco salas y alrededor de seis mil objetos.

Para Sheinbaum las nuevas salas no son un tema menor y, por el contrario, detalló que forman parte del proyecto de la Cuarta Transformación, pues reafirman el reconocimiento de las comunidades indígenas y afrodescendientes como sujetos de derechos y como parte esencial de la cultura e historia nacionales.

“Este día se reinaugura este segundo piso haciendo un gran reconocimiento a las culturas de hoy, a los pueblos originarios de hoy, a los pueblos afromexicanos de hoy, que siguen representando la grandeza cultural de México. Y eso es un parteaguas en muchos sentidos, porque no solamente se queda en las exposiciones de un museo, sino que se vuelve realidad al haber transformado nuestra Constitución y permitir que el segundo constitucional reconozca hoy los derechos plenos de los pueblos originarios y los pueblos afromexicanos”, aseveró.

A diferencia de las salas anteriores, ahora ya no se agrupan por regiones culturales, sino por cinco grandes ejes que ahora les dan nombre: Historias, identidades y resistencia; Pueblos, lenguas y territorios; Maíces, milpas, la tierra y el alimento; Los Textiles de México, y Fiestas y rituales.

Cada espacio se integra por más de mil 200 piezas donde la diversidad de México es la protagonista. Un mosaico de culturas vivas, lenguas, rituales y fiestas, el cual da testimonio de la manera en que los pueblos de nuestro país expresan lo que son y cómo conceptualizan sus territorios y cosmogonías.

Máscaras, tocados, figuras de cerámica, pinturas, herramientas, instrumentos musicales, fotografías en gran formato y murales, así como prendas de vestir tradicionales, como el quechquémitl, un tipo de capa usada por los pueblos de la Costa del Golfo, el Altiplano Central y la Sierra Nayar, entre otro tipo de vestimentas, acompañadas de los patrones de sus diseños y el material con el que se elaboran, son algunos de los objetos que pueden admirarse.

Sheinbaum Pardo dedicó la reapertura en el MNA a las niñas, jóvenes y mujeres de los pueblos indígenas, algo que forma parte de los motivos de este año.

“Hemos decidido dedicar 2025 a la mujer indígena; ‘la mujer indígena’ como genérico a las mujeres indígenas; porque si alguien no ha sido reconocido en la historia hemos sido las mujeres, pero si alguien no ha sido reconocido en la historia de México son las mujeres indígenas”, puntualizó la presidenta.

Por su lado, la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, detalló que el MNA es el museo más visitado de todo el país: solo en 2024 recibió a más de tres millones 700 mil personas.

Además, resaltó que el segundo piso, Grandeza y diversidad cultural de México, será un espacio que unifique los aspectos arqueológicos y etnográficos de la cultura mexicana a través de un recorrido histórico que va desde la época prehispánica hasta la actualidad.

De igual manera, insistió en que los pueblos y culturas indígenas son esenciales en la construcción de la identidad nacional, por lo que los museos, y en particular el MNA, no buscan representar un pasado lejano, sino un presente vivo y en continuo desarrollo: “Eso es maravilloso, el que se les haya integrado en la narrativa, en la discusión, el que se rompa esa idea de que estos museos son porque hablan del pasado; no hablan del pasado: somos estas culturas. De eso justamente habla el humanismo mexicano”.

Historia viva

Hace apenas unos meses el MNA cumplió 60 años desde su inauguración y desde entonces ha conseguido que los visitantes logren adentrarse en la historia de las culturas que habitaron la región conocida como Mesoamérica.

Según el historiador y titular del museo, Antonio Saborit García Peña, la institución surgió como parte del ideal criollo, nacido hace dos siglos, de establecer un Museo Nacional para la recién formada República Mexicana. En aquel siglo Lucas Alamán, quien fungía como ministro de Relaciones Interiores y Exteriores del gobierno de Guadalupe Victoria, inició una campaña de rescates arqueológicos, documentos y obras pertenecientes al pasado indígena.

El entonces Museo Nacional permitió la creación de otros dos recintos en el siglo pasado: por un lado, el Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec; y por otro, el MNA, cuyas salas ofrecen una visión amplia del surgimiento, desarrollo y desaparición de diversas culturas en los 30 siglos comprendidos entre 1500 aC y 1500 dC.

“Aquí, en el MNA, las y los visitantes encontrarán siempre respuestas a las más agudas de sus preguntas en torno de la historia antigua de México. Pero aún más importante, lo que deseamos hoy y hacia el futuro es que, más que respuestas, esos mismos visitantes se formulen nuevas preguntas que los hagan volver”, insistió Saborit García Peña.

Para él, los más grandes retos del MNA han sido mantener vivo el interés por ser conocido o revisitado; crecer en sus capacidades para atender a públicos infantiles y estudiantes de educación básica; y consolidarse como punto de referencia para todos aquellos investigadores cuyas especialidades o temas de estudio remitan a sus acervos.

Así, el museo ha realizado diversas acciones en meses recientes, como la renovación de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) que aloja y de dos de sus salas etnográficas, consagradas a las danzas y los textiles de los grupos indígenas de México.

“Los museos son los espacios más democráticos de nuestras sociedades: no piden grados ni identidades a nadie, son invitaciones permanentes a conocer nuestro pasado y entender nuestro presente”, concluyó Saborit García Peña.