POESÍA INFANTIL: UN DON DE FELIPE MUNITA

“La poesía es una forma de paladear el lenguaje, de respirarlo”.

Cultura
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FELIPE MUNITA POESÍA INFANTIL

Para Felipe Munita Jordan, ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2022 por su obra Trinares, “los primeros años de vida son la etapa ideal para entablar una relación duradera y enriquecedora con la literatura, siendo la poesía el género más adecuado para familiarizarnos con las claves de la lectura propias del texto literario”.

Nacido en Santiago de Chile en 1979, Munita escuchaba de niño una historia que su padre le contaba para despedir el día en turno. Aquella narración inventada era para el niño el equivalente a Los hermanos Karamazov, de Dostoievski.

Respecto de sus orígenes, recuerda con cariño a su maestro de Historia, a quien agradece tanto el conocimiento como el haber experimentado con su curiosidad por la literatura, así como por abrirle las ventanas para adentrarse en ella y socializar para construir sentido junto a otras personas.

Fue entonces que el hoy académico del Instituto de Lingüística y Literatura de la Universidad Austral de Chile se sumergió en el universo de la poesía, como él lo dice: “En Contra la muerte, de Gonzalo Rojas, descubrí un paladeo con la palabra que no había visto nunca, una forma de paladear el lenguaje, de respirarlo”.

Autor de Diez pájaros en mi ventana, publicado en 2016 e ilustrado por Raquel Echenique, un poemario que le mereció el Premio Amster-Coré 2017; la Medalla Colibrí IBBY Chile 2017 y el Premio Fundación Cuatrogatos 2017.

Su segundo poemario, titulado Trinares, fue elegido de entre 179 obras provenientes de países como Argentina, Costa Rica, Cuba, Colombia, Chile, España, Estados Unidos, Perú y México, para ser publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

Sentidos

El Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia tiene carácter internacional y la intención de acercar la cultura universal a los niños; además de crear espacios para analizar y promover la literatura infantil y propiciar publicaciones de calidad dirigidas a los jóvenes lectores.

Se trata de un referente ineludible para la literatura infantil y juvenil de lengua española, puesto que confiere a las infancias un papel protagónico como público lector y convoca a poetas y a jurados con presencia relevante en la lírica hispanoamericana.

Este galardón ha sido entregado a poetas como María José Ferrada (Chile, 1977), Evelyn Moreno (México, 1979), Micaela Chirif (Perú, 1973), y Elizabeth Reinosa Aliaga (Cuba, 1988), entre otros.

—¿Qué significa el título de este poemario?

—Trinares es un juego de palabras con el vocablo trino, pero en plural. Me gustó el neologismo que se crea con el plural de trino porque se trata de muchos trinos dando vueltas: mi libro tiene mucho de eso; es decir, hay muchos trinos en sus páginas; por eso me gusta mucho el sentido que sugiere y, además, me gustó mucho la musicalidad de la palabra.

En el título del libro ya está ese juego que se produce en la mente de cada lector, añade, al toparse con esa palabra (trinares) que no existe, pero que uno asocia a los trinos de los pájaros.

Para Munita la escritura poética, en particular, “es el momento en el que me detengo con más profundidad para cuidar mucho el ritmo, la musicalidad de la palabra, cuidar ese particular juego o diálogo entre música y sentido, y cómo este produce una ampliación de los sentidos de la palabra en sí”.

—¿Qué representa este premio en su carrera?

—Para mí es muy importante, ya que posiblemente es el premio más relevante de poesía para la infancia en habla hispana. Y porque comparto este premio con otros poetas a los que respeto mucho, que tienen un oficio poético mayor.

En este sentido, añade, “es un honor pertenecer a ese coro de voces que están entregando una poesía respetuosa con la infancia; eso es un regalo para mí. Además, la posibilidad que tiene este libro de circular por amplios rincones de nuestro continente y de otros lugares gracias a la publicación del FCE, a sus tirajes tan amplios y su distribución igualmente amplia. Es una maravilla porque me permite llegar a las manos de muchos lectores; eso es otro regalo para mí”.

Mediaciones

—¿Cómo se llega al público más joven?

—Yo diría que no existe una única manera de llegar a ellos, por fortuna, ya que esto implicaría una receta única. Creo que el diálogo con la infancia, desde la literatura y en particular desde lo poético, se puede establecer de múltiples maneras: a mí me gusta mucho explorar el juego con la música de la palabra; es ahí donde creo que existe una manera de entablar un diálogo con los lectores infantiles y juveniles.

Para el autor es importante construir imágenes poéticas “potentes”, ya que “tienen una fuerza y un peso específico”.

—¿Qué diferencia existe entre escribir otro tipo de poesía y la poesía infantil?

—En realidad yo escribo poesía, pero cuando escribo un soneto, una décima, un romance, etcétera, no estoy pensando continuamente en que esto le agrade al niño, sino más bien cómo entrar a un diálogo profundo conmigo mismo a través de la palabra poética; eso cambia mucho las cosas. Por fortuna, ese diálogo poético conmigo mismo, con los otros y con el mundo a través de la palabra, a veces ha tenido resonancia en un público infantil y juvenil; y eso ha sido maravilloso.

Eso pasó por ejemplo, dice Munita, “con mi primer poemario, Diez pájaros en mi ventana, que le ha gustado mucho al público joven; pero para mí lo fundamental es situar mi escritura a partir de la idea de que escribo, ante todo y sobre todo, poesía; así, a secas”.

—¿Considera que la lectura es un hábito difícil de adquirir para los niños?

—Es difícil porque implica distintas condiciones: por una parte, el acceso a los libros y materiales de lectura; pero, por otra, múltiples mediaciones que ayudan a construir las herramientas con las cuales nos acercamos a la lectura. No basta con construir una biblioteca en un barrio que ha estado históricamente alejado de la cultura escrita, esperando que todas las personas vayan como abejas al panal, sino que tiene que haber mediaciones, las cuales a veces se dan de manera muy natural en los entornos familiares y sociales de algunos niños. Lamentablemente existen muchos niños que no tienen esas posibilidades ni en su primera infancia ni en su etapa posterior. Por lo tanto, ahí hay otras instituciones educativas como la escuela, por ejemplo, que deben involucrarse en ese juego.

—¿Le gustaría dedicar este premio a alguien en particular?

—En la ceremonia de premiación con la Fundación para las Letras Mexicanas y el FCE le dediqué este premio a mis padres, ya que ellos me hicieron dos grandes regalos: mi madre, la música, que aparece continuamente en mis poemas; y de mi padre heredé el amor por la naturaleza, que es eje importante de mi poesía.