PIZARNIK: UNA FIGURA VIVA

Federico González
Cultura
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Alejandra Pizarnik

Alejandra Pizarnik. Prosa completa. Lumen. 519 pp.

Hay unos versos de Alejandra Pizarnik (Buenos Aires 1936–1972) a los que me gusta volver cada vez que puedo: “Extraño/ desacostumbrarme/ de la hora en que nací./ Extraño no ejercer más/ oficio de recién llegada”. A usted, apreciable lector, ¿no le gustaría volver a tener la capacidad de asombro, esta apertura hacia todo y todos? Aprovechado el pretexto para citar esos versos, vamos a lo que hoy toca.

Pizarnik es una de las autoras más sui generis de la literatura en castellano. A ella la gran Cristina Peri Rossi la calificó como una mujer “dotada como pocas para transmitir al lector el terror y la ternura que llevaba dentro”.

Poeta, traductora, ensayista y narradora, Pizarnik tenía una personalidad compleja y seductora a la vez. Fue amiga de Rosa Chacel, Octavio Paz y Julio Cortázar. Era una época donde el predominio masculino era inobjetable y entre tanta testosterona ella encontró las rendijas para entrar y perturbar por su forma de jugar con el lenguaje y con las partes más retorcidas del ser humano.

Es verdad que su poesía es lo más conocido de Pizarnik, pero sus artículos, ensayos y relatos conservan la impronta de una escritora aguda y punzante a más no poder. Es por ello que la publicación de Prosa completa no debe pasar inadvertida.

Más allá del estigma

Es verdad también que sobre la escritora aún pesa el estigma de la “locura”. Recordemos que se suicidó el 25 de septiembre de 1972 después de varios episodios depresivos y de una estancia en un hospital siquiátrico. Durante años se le vio como una autora excéntrica y atormentada. Por fortuna, con el tiempo su literatura se ha ido defendiendo por sí sola y por fin comienza a despejarse de ese velo que es producto de una perspectiva masculina.

A autores varones que han tomado la misma ruta —pensemos en Sándor Márai, Ernest Hemingway o Stefan Zweig— no se les ha visto de la misma manera.

Los textos que integran este volumen son ejemplo de su posición ante la palabra y la literatura. Hay una perspectiva crítica que trastoca y todavía hoy es subversiva. Historia del tío Jacinto y Una especie de cerdo en estado bruto dejan ver el humor como una cualidad pocas veces valorada en Pizarnik. Además, el lector encontrará teatro, ensayos sobre Breton, Michaux, Cortázar, Borges y Casares, y sus prólogos.

Dicho esto, Prosa completa es una perfecta oportunidad para asomarnos al laboratorio creativo e intelectual que todavía nos falta valorar.

Otros títulos de Alejandra Pizarnik son Los trabajos y las noches, Extracción de la piedra de la locura y El infierno de la locura.

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