Alejandro Rosas, escritor y divulgador de la historia, habla con Vértigo respecto de este personaje sobresaliente.
Los procesos históricos están llenos de matices, no podemos seguir viéndolos en términos de “buenos” y “malos”: la historia de Malinche es compleja y su vida debe entenderse en su contexto, sin los filtros de la ideología contemporánea, señala Alejandro Rosas, divulgador de la historia y escritor.
A propósito del estreno del musical Malinche el próximo 28 de marzo en el Frontón México, Rosas destaca que es fundamental dejar de lado los prejuicios ideológicos y nacionalistas y acercarnos a la historia con una mente abierta.
Malinche, agrega Rosas, es uno de los personajes más incomprendidos y maltratados de nuestra historia.
Esto se debe en gran parte a la construcción de mitos en torno de ella, especialmente cuando la historia se utiliza con fines políticos, como sucedió en el siglo XX.
Distorsión
El término “malinche”, erróneamente utilizado en muchos casos, se ha convertido en sinónimo de “traidora”, explica el escritor.
“Se la ha retratado como una mujer que se entregó a los extranjeros en lugar de estar con su pueblo, como si existiera una ‘patria’ en el momento en que llegaron los españoles. Este tipo de interpretaciones son erróneas. El concepto de ‘malinchismo’, tal como lo entendemos hoy, surgió en el siglo XX, no en 1524”, puntualiza.
En su época, señala Rosas, se utilizaba el término “malinche” para referirse a Cortés, quien representaba al extranjero. Ella era conocida como Malintzin o Marina, el nombre que le dieron los españoles.
A lo largo de los siglos, dice, la figura de Malinche fue cargada de ideologías, especialmente en el siglo XX, cuando Octavio Paz, en El laberinto de la soledad, la presenta como una mujer violada y traicionera.
Esta visión, agrega, es completamente ideológica y no tiene mucho que ver con la persona que realmente fue Malinche. En realidad debemos redescubrirla desde un punto de vista histórico, despojada de estos mitos y prejuicios, para conocer su contexto y entender la complejidad de su papel.
Mujer singular
Los datos sobre ella, explica Rosas, provienen de fuentes como Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo (conquistador y cronista español).
Según este relato, la vida de doña Marina no es fácil de seguir, pero se conservan algunos detalles importantes: “Era hija de un cacique de la región que hoy conocemos como Veracruz. Tras la muerte de su padre, su madre se volvió a casar y, en un acto que refleja las crueles costumbres de la época, la entregó a los comerciantes que pasaban por la región”, cuenta el cronista.
Estos comerciantes, agrega, no solo traficaban bienes, sino también esclavos. Así, Marina pasó por varias manos antes de llegar a Tabasco, donde fue ofrecida como tributo a Cortés.
Malintzin poseía una formación intelectual destacable, ya que dominaba el náhuatl y luego aprendió el maya chontal, lengua predominante en la región de la península de Yucatán y Tabasco.
“Obviamente, su educación era mucho más avanzada que la de otras mujeres. Creo que esto fue lo que realmente la definió. A partir de abril de 1519, cuando Hernán Cortés fundó la Villa Rica de la Vera Cruz, hasta 1526, Marina desempeñó un papel central en la Conquista, siendo crucial como intérprete e intermediaria entre los españoles y los pueblos indígenas”, menciona Rosas.
Por su lado, explica el escritor, Gerónimo de Aguilar, un español rescatado en Cozumel, traducía para Cortés, pero solo sabía maya debido a los 20 años que había vivido allí, por lo que no conocía el náhuatl. En ese momento Marina se ofrece como traductora. Ella comprendía el náhuatl y, a través de este idioma, lo traducía al maya chontal para que Gerónimo de Aguilar pudiera transmitirlo al español.
Rosas subraya que este momento fue crucial, ya que Marina, a pesar de su juventud (se cree que tenía entre 15 y 16 años), tuvo el valor de actuar. “Podría haberse quedado al margen, pero decidió arriesgarlo todo. Al entender las lenguas, demostró una capacidad intelectual sobresaliente”, comenta.
“Fue entonces cuando Cortés se dio cuenta de que Marina era esencial para lo que estaba por venir. Se convirtió en una de sus principales colaboradoras y su relación con él se estrechó gracias a su habilidad, que iba más allá de ser traductora”, agrega.
¿Traición?
Según Rosas la acusación de traición contra doña Marina es resultado de una interpretación simplista e ideologizada de la historia. “Hay que recordar que Marina fue entregada como un objeto, en varias ocasiones, por su propio pueblo. Cuando llegó a Cortés fue tratada mejor que por quienes la habían hecho esclava, incluida su propia familia”.
Cuando se le acusa de traidora, añade, es importante preguntarse: ¿a quién debía lealtad Marina? ¿A los indígenas que la trataron como un objeto o a los españoles que la valoraron por su capacidad y conocimiento? La lealtad de Marina, en este caso, no era hacia Cortés como tal, sino hacia su propio destino.
“Su vida fue marcada por circunstancias extremadamente difíciles que hoy no podemos juzgar con los estándares actuales”, reflexiona.
No obstante, señala que la vida posterior de Marina tras la Conquista está rodeada de misterio. “Sabemos que tuvo un hijo con Cortés, pero tras la expedición a Honduras en 1524-1525 (conocida como la expedición a las Hibueras) su rastro se pierde. Existen especulaciones de que pudo haber muerto alrededor de 1527, pero no hay documentación precisa al respecto”, expone.
Lo que sí está claro, afirma, es que fue una pieza fundamental en la historia de la Conquista, no solo por su papel como traductora, sino también por sus intervenciones clave en momentos de gran tensión, como la Noche Triste, cuando fue una de las sobrevivientes que huyó con Cortés.
El musical
En cuanto al musical Malinche, que pronto se estrenará en el Frontón México, Rosas destaca que lo más importante de estos ejercicios es que despiertan la curiosidad del público y la sociedad. “Aunque no podemos esperar que una película, obra de teatro o novela histórica nos enseñen historia de manera rigurosa, sí pueden generar un interés genuino por aprender más. Lo que debemos hacer como espectadores es disfrutar de estos ejercicios como productos de entretenimiento. No obstante, si algo nos interesa, lo siguiente es profundizar en las fuentes históricas, en los trabajos de los biógrafos, en las crónicas y en los estudios académicos que nos permiten conocer a los personajes de manera más precisa”, apunta.
Agrega que “la historia de México, como toda la historia de la humanidad, está llena de contradicciones y violencia, pero también de resistencia, supervivencia y transformación, como en el caso de este personaje histórico”.