LAS PARADOJAS DEL DESEO

Cultura
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Cristina Peri Rossi

Cristina Peri Rossi. El amor es una droga dura. HUM. 229 pp.

En 1817 el famoso autor francés Stendhal visitó la basílica de la Santa Cruz en Florencia, Italia. El impacto que tuvo en él la construcción le produjo un elevado ritmo cardiaco, felicidad, palpitaciones intensas y una emoción fuera de serie. A partir de entonces a esta condición sicosomática se le llama síndrome Stendhal y se atribuye a las repercusiones que tiene la belleza, en particular de una obra de arte, en el ser humano.

Javier es un famoso fotógrafo cincuentón. Cansado del glamour, los excesos y un subir y bajar constante, decide retirarse al campo, donde vive con Gema, su primera pareja estable.

Luego de un regreso a la ciudad para hacer labores menores se reencuentra con Nora, una joven modelo de veintipocos años que asegura haberlo conocido tiempo atrás y que le pide una nueva sesión de fotos.

Pronto, Javier enloquece por la chica. Se enamora, o mejor dicho se obsesiona con ella, y literalmente deja su vida campirana atrás.

Hasta aquí, El amor es una droga dura, de Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941), ganadora del Premio Cervantes en 2022, transcurre como una obra más sobre las pasiones sin dejar atrás ciertos clichés como el amor loco o la diferencia de edades.

Inestabilidad y vulnerabilidad

Lo divertido del asunto viene cuando Peri Rossi se adentra en la sicología del varón. Consciente o inconscientemente echa mano del humor para desmontar el mito del Casanova y colocar el síndrome Stendhal. Pese a su inestabilidad emocional y laboral, Nora es coherente con su edad (le gusta divertirse y tiene inestabilidad económica) y sabe mantener a raya a Javier, quien constantemente pierde la cabeza y solo encuentra un poco de paz cuando habla con Francisco, su amigo sicoanalista.

En una sublimación de su ego, el fotógrafo adora mirar las fotos tomadas a la modelo, se pasa horas viéndolas mientras espera su llamada. Vuelve a fumar y a beber. “Hasta los 50 años, para un hombre, el cuerpo es el vehículo de sus deseos. A partir de los 50 comienza a ser un obstáculo”, leemos.

Sin florituras, la narradora uruguaya registra el cambio en su protagonista sin mayor juicio que los propios actos. Publicada originalmente a finales del siglo pasado, la novela hoy vuelve a circular y lo hace con mayor fuerza producto de su sutil, pero divertida y ácida caricatura de la cosificación femenina y los “rituales” de seducción masculina.

Otros títulos de Cristina Peri Rossi son Los amores equivocados, La nave de los locos y Estado de exilio.

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