MELODÍA DE LA EXISTENCIA: DIÁLOGO ENTRE LA POESÍA Y EL LIENZO DE MÉXICO

“Una obra teatral sobre política, arte y amistad”.

Alejandra Moncada
Cultura
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Poesía México

Las primeras dos décadas del siglo XX marcaron un periodo de grandes transformaciones en México con el fin del Porfiriato, el estallido de la Revolución y la búsqueda de una nueva identidad nacional.

Saturnino Herrán (1887-1918) y Ramón López Velarde (1888-1921) representan el espíritu de una generación que vivió la transición de un México modernizado y autoritario hacia un país en busca de su propia esencia y reconstrucción.

Herrán, nacido en Aguascalientes, es reconocido como uno de los principales exponentes del modernismo pictórico en México. Su obra se caracteriza por la representación de temas nacionales, con un profundo sentido de identidad cultural y un estilo que fusiona influencias académicas con el simbolismo y el arte popular mexicano. Es conocido por sus retratos, paisajes y, en especial, su obra monumental inconclusa, La ofrenda, que celebra las tradiciones y la espiritualidad del pueblo mexicano.

Por su lado, López Velarde fue un poeta nacido en Jerez, Zacatecas, considerado el máximo representante del modernismo literario en México. Su poesía mezcla un profundo lirismo con temas de amor, religión e identidad nacional, destacándose por su obra más emblemática, La Suave Patria, un poema que evoca el alma mexicana y sus paisajes.

La obra de López Velarde marcó un puente entre el modernismo y las corrientes literarias posteriores, influyendo en generaciones de escritores mexicanos.

Estos colosos del arte y las letras entablaron una relación de amistad y admiración mutua. Compartían una profunda sensibilidad hacia lo mexicano, lo que se refleja en sus respectivas obras. Mientras Herrán expresaba el alma de México a través de la pintura, López Velarde lo hacía mediante la poesía, creando un diálogo artístico entre las artes visuales y la literatura.

Su conexión fue también una muestra del espíritu modernista que buscaba exaltar la identidad nacional en un momento clave para la cultura mexicana.

Melodía de la existencia es una obra de teatro que explora la visión de estas dos figuras emblemáticas entrelazando la poesía, la pintura y la música. El guion está a cargo de Saturnino Herrán Gudiño, nieto del célebre artista y presidente de la Fundación Cultural Saturnino Herrán. El director de la obra es Luis Chapital Almela, quien también es productor y guionista de otros proyectos.

Diálogo íntimo

El escenario de Melodía de la existencia se convierte en un espacio multisensorial donde las palabras de López Velarde cobran vida a través de las interpretaciones actorales, mientras los icónicos trazos de Herrán se proyectan para envolver al público en un viaje visual.

La música y el coro, elementos esenciales de la obra, intensifican la experiencia, creando un diálogo poético y pictórico que trasciende el tiempo y conecta al espectador contemporáneo con el universo simbólico y emocional de estos artistas.

Luis Chapital, en entrevista con Vértigo, afirma sobre la puesta en escena: “El coro evoca a la antigua Grecia y es sorpresivo, sale por el público; tiene ciertas estrofas de La Suave Patria que son importantes porque hay que recordar que López Velarde escribe este poema a raíz precisamente de Herrán”.

Al preguntarle al director si fue complicado trasladar el guion al escenario, responde que “para mí no fue difícil llevar la historia a la escena, lo que hicimos fue adaptarla, pero no fue complicado. Los personajes (López Velarde y Herrán) se encuentran en el estudio de Saturnino, charlando como amigos de café, y en una pantalla se va proyectando lo último que ha pintado el artista. Hay muchas cosas que la gente no sabe o que no están propiamente en la historia. Y la obra lo muestra perfectamente”.

Herrán Gudiño, por otra parte, habla acerca del esfuerzo que ha sido rescatar la memoria de su abuelo: “Tuve que entrar a recuperar la vida, la obra de mi abuelo, porque había muchos errores, tanto biográficos como de interpretación de obra, de orígenes, de motivaciones, de escolaridad; todo lo que vivió”.

Una persona clave para recobrar las piezas perdidas y enmendar los errores históricos fue Rosario, esposa del célebre pintor. Gudiño recuerda: “Conviví muy directamente y estrechamente con mi abuela Rosario, ella vivió hasta los 88 años. Me platicó muchas cosas de Saturnino y hemos estado estudiando también lingüísticamente todo lo que corresponde a López Velarde como el gran poeta que es”.

Es curiosa la amistad entre ambos personajes, pues tanto Herrán como López Velarde eran ideológicamente opuestos. Sin embargo, los unía el amor por México. Al respecto, Herrán Gudiño remarca que “todos los días recibía a amigos. El más frecuente de todos, con el que más se identificó por la sensibilidad, por la inteligencia, por la cultura, fue López Velarde”.

De esta manera, en palabras también de Herrán Gudiño, “la obra consiste en una tarde en el estudio de Saturnino discutiendo sobre México, la sexualidad, la sensualidad, lo que somos, lo que nos constituye”.

Melodía de la existencia reflexiona también sobre la crisis política que marcó la época de ambos creadores, evocando sus preocupaciones compartidas por un México en transformación.

La dramaturgia de un solo acto se presentará en el Teatro Varsovia de la Ciudad de México a partir del 9 de enero. Integran el elenco Emmanuel Pavia y Sebastián Cobos como Saturnino Herrán, y Mirlo Pendragón y Uriel Mendoza interpretando a Ramón López Velarde. Los boletos ya están disponibles a través de internet.