MALA SUERTE, BUENA SUERTE, UN RETRATO CONMOVEDOR

“Guion honesto, narrativa sólida y actuaciones excepcionales”.

Francisca Yolin
Cultura
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Mala suerte, buena suerte es una película conmovedora que nos muestra una historia de redención, aunque puede resultar emocionalmente difícil de ver. Este apasionante drama tiene similitudes con Nomadland, la ganadora del Oscar a la mejor película en 2021.

Leslie, interpretada por Andrea Riseborough, pierde todo su dinero ganado en la lotería y se embarca en un viaje de reconstrucción personal. El director Michael Morris captura hábilmente la esencia de una sociedad estadunidense compleja y aislada, donde las personas están conectadas, pero a la vez distantes de la cultura dominante.

El guion, escrito por Ryan Binaco e inspirado en la vida de su madre, ofrece una narración franca y directa. Esta dolorosa película profundiza en temas sombríos como la adicción al alcohol, la pobreza, la culpa y la soledad, retratando las luchas de Leslie con una honestidad inquebrantable.

Lo que realmente la distingue es su genuino retrato de los personajes como seres humanos imperfectos. La atmósfera sombría y el enfoque en las dificultades que enfrenta Leslie brindan una experiencia cinematográfica profunda y sincera.

La historia sigue los pasos de una mujer que lucha contra sus demonios internos después de desperdiciar un gran premio de lotería. Atrapada en la pobreza y al borde del colapso busca refugio en la casa de su hijo James, quien impone reglas estrictas, especialmente la prohibición de consumir alcohol en su hogar. Cuando Leslie viola esta regla James se ve obligado a enviar a su madre a vivir con Nancy, su hermana, donde las cosas no resultan mejor.

Entonces la vida de la desesperada mujer da un giro inesperado cuando conoce a Sweeney y Royal, que interpretan Marc Maron y Andre Roya, respectivamente, propietarios de un motel cercano a la autopista. A través de esta conexión improbable el viaje de la protagonista experimenta un cambio transformador, llevándola por caminos inexplorados.

Clímax

Riseborough ofrece una actuación destacada en un papel inicialmente repulsivo. Su personaje carece de cualquier cualidad redentora y cae constantemente en las garras del alcohol. Con modales groseros y una ausencia total de gratitud y humildad, no aprecia a quienes intentan ayudarla, incluso mientras se hunde más en el abismo de su vida. La actriz muestra una convincente transformación física y sicológica, lo que confiere a la película un toque auténtico y realista.

Es verdad que esta cinta no presenta un concepto o un personaje principal totalmente original, pero su guion honesto, narrativa sólida y actuaciones excepcionales mantienen al espectador completamente cautivado. El conmovedor drama nos lleva en un viaje emocional.

Y aunque la realidad que se retrata puede no elevar el ánimo, el clímax de la película se presenta como un momento triunfal. Prepárense para una historia increíblemente triste, que resonará mucho después de que se acaben los créditos.