Ciudad de México, México, 22 de enero 2025. El escenario del Lunario, del Auditorio Nacional, se llena de fantasía, luces, colores y música con el inicio de la temporada 2025 de la Ópera para Niños, que en la presente ocasión ofrece tres montajes: Hansel y Gretel (26 de enero y 2 de febrero), El barbero de Sevilla (16 y 23 de marzo) y La flauta mágica (25 de mayo y 1 de junio), con dos funciones cada día, a las 12:30 y 16:00 h.
La iniciativa, que tiene su segunda edición, forma parte de Lunario Niños, que ofrece propuestas originales e innovadoras dirigidas a las infancias. Cuenta con un equipo artístico y técnico profesional y con un gran talento que da su voz, actuación y se presenta con música en vivo para deleitar al público y acercarlo a la ópera.
Ópera para niños en el Lunario del Auditorio Nacional cuenta con el apoyo de ProÓpera. “El año pasado presentamos un par de títulos: La flauta mágica, de Mozart, y la Cenicienta, de Rossini; luego de esa muy exitosa presentación pensamos en continuar con las temporadas anuales”, comentó en conferencia de prensa el director ejecutivo de ProÓpera, Ricardo Calderón.
Y agregó: “ProÓpera cumple este año 40 años de existencia apoyando y difundiendo la ópera en México. Qué labor más noble y deseable que dar la oportunidad de que el público infantil pueda acercarse a expresiones operísticas pensadas específicamente para la infancia y que tengan una gran calidad artística”.
Tres obras, tres propuestas
Hansel y Gretel –de Engelbert Humperdinck con libreto de Adehleide Wette, basado en el célebre cuento homónimo publicado por los Hermanos Grimm en 1812– cuenta en el presente montaje con la dirección de Jorge Ballina y la dirección musical y artística de Sergio Vázquez, quienes logran, en una hora, narrar la historia en una adaptación completamente en español y que incorpora elementos muy mexicanos.
“La idea de la puesta es enfocarnos en niños que nunca han visto ópera. Hacer un cuento y, al principio, en la obertura, llegan los cantantes como ellos y empiezan a jugar, a repartirse los papeles y los personajes, y se visten en escena, para explicarle a los niños que el teatro y la ópera son un juego y que se narra un cuento cantando. Esta obra tiene mucha acción física que creo que solita se cuenta, algo que no pasa con todas las óperas”.
Agregó que, para hacerla más atractiva, se acompaña “con ilustraciones como de cuento y, al mismo tiempo, darle un toque mexicano. Hay cosas que reconocerán en la casa de la familia. Por ejemplo, la casa de la bruja está hecha con dulces mexicanos. Creo que funciona porque lo estamos acercando al público que va a ver la obra. No hacemos pausas para textos, se va de corrido sobre la música y acaba siendo muy entretenida”.
A su vez, Sergio Vázquez comentó que el trabajo de edición, para lograr contar esta historia, que dura dos horas, en 60 minutos, fue un reto, pues había que mantener la trama y el enlace armónico para que fluyeran de forma natural.
El Barbero de Sevilla (1816), de Gioachino Rossini, –considerada la mejor de las óperas bufas, con libreto en italiano de Cesare Sterbini, basado en la comedia del mismo nombre escrita en 1775 por Pierre-Augustin de Beaumarchais– cuenta con la dirección de Rodrigo Caravantes, quien preparó una versión que, si bien respeta la partitura, ubica al barbero en la época de Elvis Presley.
“Me enfoco mucho en sacar de contexto las historias de la ópera clásica. Lo que hacemos es llevarla a una historia donde está en la época del rock and roll, donde empieza a ser una industria, con los peinados, el gel. Los ritmos se prestan mucho para la danza del rockabilly, sin romper con la historia original, se respeta la partitura”.
La pieza, que se lleva en su idioma original, tiene una niña concertino, que permite mantener el hilo de la historia como narradora, lo que permite a las y los espectadores mantenerse dentro de la trama.
“Es encontrar puntos de reunión entre épocas, conceptos, momentos creativos de la humanidad. Sacarlos del lugar original para poder jugar y que sea atractivo para niños y, en este caso, también para adolescentes, chavos que han visto puestas en escena como Vaselina”.
De Wolfgang Amadeus Mozart, libreto original de Emanuel Schikaneder, La flauta mágica (1791) es una de las óperas más representadas en todo el mundo y obra maestra del repertorio mundial. Debido al éxito, vuelve en una nueva temporada, también con la dirección de Caravantes.
Su cambio, explica, “es referente a la manga japonesa, las ilustraciones las hace un ilustrador de cómics mexicano, Raúl Valdés. Tiene la misma propuesta que El barbero de Sevilla”, pues ocurre en otro contexto. Al ser narrada en su lenguaje original, también cuenta con la participación de la niña concertino.
La venta de boletos para cada función está abierta con precios de $700 a $1450 y también se puede adquirir un abono para la temporada con precio de $2880.
Ópera, un género vivo
En el contexto actual, en el que las redes sociales y dispositivos móviles capturan la atención de niñas, niños, jóvenes y adultos, tener la temporada significa un reto, coinciden los artistas, no obstante, estas presentaciones apelan a un buen guion, ágil y entretenido, además, incorporan nuevas tecnologías, vestuarios y escenarios atractivos que, junto con la música en vivo crean una atmósfera que atrapa a todos los públicos.
“Se pensaría que la ópera es un género caduco, pero es vigente, se sigue componiendo ópera contemporánea en todas las latitudes, con trabajos específicos para niños. Estas propuestas tienen una calidad muy importante y te adentran en un mundo de arte y cultura”, comentó Ricardo Calderón.
En ello coincidió Sergio Vázquez, dijo “es el arte en vivo. Es distinto ir a ver una película que sentarse y vibrar con las voces de estos cantantes, que es uno de los atractivos de la ópera. Además, es un género dramático que cuenta historias que vienen desde los vicios o virtudes del ser humano. Ahí radica la importancia de que la ópera sigue viva”.