Luis Humberto Crosthwaite. El último show del Elegante Joan. Literatura Random House. 208 pp.
Uno de los casos más singulares de la literatura mexicana es el de Luis Humberto Crosthwaite (Tijuana, 1962), quien durante la década de los ochenta y principios de los noventa llamó la atención por su forma de escribir sobre la frontera y su vida callejera. Desde su aparición en 1992, su libro El gran preténder se convirtió en objeto de culto y ganó decenas de lectores de norte a sur.
A nivel literario Crosthwaite parecía pisar fuerte como uno de los autores más deslumbrantes de su generación. Su carrera continuó con paso consistente, aunque es verdad que sin alcanzar los vuelos de El gran preténder. Luego hubo algunos tropiezos y poco a poco el escritor comenzó a diluirse, al punto de que cansado del mundo editorial decidió autoexiliarse en Estados Unidos. De hecho, su último libro publicado hasta ahora fue Tijuana: crimen y olvido.
Pese a su ausencia la influencia del narrador tijuanense no se apagó. Julián Herbert y Heriberto Yépez, entre otros, le han reconocido sus aportaciones dentro de una república de las letras bastante centralizada.
Dicho esto, la publicación de El último show del Elegante Joan es un acontecimiento que no puede pasar desapercibido.
Fracaso y humor
El volumen se conforma por cuentos que establecen puentes de manera particular con la música, la poesía y el acto creativo. Crosthwaite cuenta historias protagonizadas por artistas incomprendidos y dubitativos, quizás en alusión a las dudas del autor sobre su propio trabajo y su retorno al circuito editorial.
A diferencia de sus libros anteriores, ahora el territorio exterior pierde presencia ante una búsqueda más personal y humorística que incluso se vale de la metaliteratura para interpelar al escritor mismo. En varios de los relatos vemos a personajes que se rebelan a los designios de un narrador que en ocasiones se descoloca ante sus propias creaciones.
Si bien se podría pensar que estamos ante una obra endogámica, la verdad es que conecta con el lector por su forma de abordar el fracaso y el miedo a la derrota, pero en especial la debilidad del ser humano ante sus propios fantasmas.
Otros títulos de Luis Humberto Crosthwaite son Instrucciones para cruzar la frontera, Estrella de la calle sexta y Aparta de mí este cáliz.
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Verónica Murguía. El ángel de Nicolás. Era. 95 pp.
La escritora reconstruye con doble sentido magistral diferentes momentos de la historia y del mito: por un lado, su estilo es una enseñanza serena y, con todo el peso del término, clásica del poder de la palabra; por otro, sus narraciones revelan con una sabiduría generosa el entramado sorprendente de algunos acontecimientos históricos de Occidente.
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Si algo une a estos cuentos es el riesgo. Sus personajes viven travesías difíciles: el fracaso escolar, la confusión adolescente, rupturas amorosas, la pérdida de la identidad, la enfermedad o la guerra.
Itamar Vieira Junior. Doramar o la odisea. Textofilia. Trad. Jacqueline Santos. 148 pp.
Los relatos que componen este volumen son herederos de la tradición literaria brasileña, pero al mismo tiempo profundamente contemporáneos en la aproximación al diálogo con las problemáticas sociales.