LUCÍA CARRERAS BUSCA SU SEGUNDO PREMIO ARIEL

“Respeto las condiciones sin ir a lo melodramático ni caer en clichés”.

Alejandra Moncada
Cultura
Lucía Carreras

Lucía Carreras es una de las figuras más destacadas del cine contemporáneo mexicano: guionista, directora y productora, ha logrado captar la atención del público y de la crítica con su habilidad para narrar historias profundamente humanas y emocionalmente complejas. Su trayectoria está marcada por su dedicación a temas sociales, lo que le ha valido múltiples reconocimientos en la industria cinematográfica.

Entre sus trabajos más destacados se encuentran Nos vemos, papá (2011), una exploración íntima del duelo y la soledad; y La cama (2018), que aborda la vida de una pareja en sus últimos días juntos.

Su película Tamara y la Catarina (2016) recibió elogios por su sensible retrato de dos mujeres marginadas.

Estas obras han sido aclamadas en diversos festivales internacionales de cine, consolidando a Carreras como una voz esencial en el séptimo arte latinoamericano.

Su último trabajo como guionista, Todo el silencio, se encuentra hoy nominada en seis categorías de los Premios Ariel 2024: Mejor Guion Original, Actriz, Coactuación Femenina, Ópera Prima y Sonido.

Este largometraje da visibilidad a la sordera que, en el cine, ha sido históricamente escasa y a menudo estereotipada. En cambio, Carreras aborda este tema con una perspectiva innovadora y respetuosa, contribuyendo a una mayor comprensión y visibilidad de las personas sordas.

Su película, elogiada por críticos y audiencias, se centra en una joven mujer que paulatinamente va perdiendo la audición, lo que además de llevarla a diversas crisis consigo misma pone en riesgo su relación amorosa.

Carreras utiliza técnicas cinematográficas que permiten al espectador experimentar de manera más vívida la realidad de las personas sordas. Por ejemplo, incorpora silencios prolongados y lenguaje de señas, lo que no solo añade autenticidad a la narración sino que también desafía al público a empatizar y comprender las experiencias de sus personajes.

Todo el silencio es ya una cinta fundamental que da visibilidad a la sordera y promueve una mayor inclusión en la sociedad. Su enfoque humanista y detallado no solo educa al público sobre los desafíos que enfrentan las personas sordas sino que también celebra sus fortalezas y resiliencia. Al centrarse en las historias personales y las dinámicas familiares, Carreras humaniza una condición que a menudo es mal entendida o invisibilizada.

Lucía, la guionista

En entrevista con Vértigo, Carreras habla sobre la elaboración de este guion y su trayectoria laboral.

—¿Cuál fue el proceso de creación del guion para Todo el silencio?

—Surgió la idea de hacer una adaptación de la obra de teatro Tribus, que tiene la temática de la sordera, realizada por Adriana Llabrés y Diego del Río. Me contactaron para ver si me animaba a hacer la adaptación, pero la verdad es que no me gustó nada la obra de teatro. Ya habían propuesto a Diego del Río como director, porque él había dirigido la puesta en escena, y en una reunión con el equipo les propuse que hiciéramos un argumento original tomando lo que les gustaba de la obra.

Durante la escritura, cuenta, “fue cambiando el foco de la película y llegamos a la conclusión de que había dos elementos fundamentales en cuanto a la construcción de la historia: 1) el duelo de la pérdida del oído; y, 2) que en la sordera hay diferencias también, como los sordos oralizados que no hablan con señas”.

—¿Cómo cree que la película visibiliza a la comunidad sorda?

—A mí lo que me parece es que es una peli atractiva, no es de nicho; no está dirigida a personas sordas: está dirigida a cualquier público y a la vez es bilingüe porque la mitad está hablada en Lengua de Señas Mexicana (LSM). La comunidad sorda se ha sentido muy representada. Me parece que como la película tiene un tema que va más allá de la sordera, hace que volteen a verla. Se trata de una relación de pareja, del duelo, de cómo alguien que vive en un mundo de sordos no puede aceptar su propia sordera.

Añade que “también viene muy al caso ahorita por todas las legislaciones que hay respecto del subtitulaje y el doblaje. Además, una de las cosas que yo hago en todas mis películas es respetar una condición sin ir a lo melodramático, a lo chantajista, sin caer en los clichés de ‘pobrecito’. Eso hace que la gente se sienta representada y respetada”.

—¿Cómo se siente estar nominada de nuevo al Ariel?

—Esta es mi quinta nominación. La verdad lo tomo con más tranquilidad. Ya pasé el momento de “qué nervios estar nominada” y “quiero estar nominada”. Ya gané un Ariel, así que lo tomo con más madurez. Me sorprendió mucho que tuviera seis nominaciones la película, por ser ópera prima, por ser un director que no viene de una escuela de cine… Creo que las nominaciones que tiene son las más acertadas y me da mucho gusto estar nominada a Mejor Guion Original con esta película. Aunque siempre me toca estar nominada como guionista, nunca como directora.

—Ha sido productora, directora, guionista… ¿hay alguna de estas tres áreas que le guste más?

—Soy productora por necesidad, y como productora odio la producción de campo y más bien disfruto mucho la parte de financiamiento, cómo establecer estrategias para financiar, pero no es mi máximo. Lo que me gusta mucho es dirigir y escribir, me gusta el combo de ambas. Cuando escribo para otros lo disfruto, pero mi relación con los proyectos no es tan intensa; y cuando escribo y dirijo es como que tengo el todo, el control sobre la historia total. He dirigido cosas no mías y he escrito cosas que alguien más ha dirigido. Y tengo tres películas que escribí y dirigí yo. Cada cosa tiene su gozo. La escritura la disfruto mucho porque es un proceso más largo y tengo más tiempo, pero soy muy feliz en el set; me encanta estar ahí y trabajar con los actores. La verdad es que como guionista siempre quedas algo de lado, aunque el guion lo sea todo porque sin él no puedes financiar la película.

—¿Tiene más proyectos en mente?

—Está Póstumo, que es mi último largometraje como escritora, directora y productora y estrenará el año que viene. También estoy trabajando en tres proyectos, uno en el que estoy como directora y co-escritora que es una comedia; y con mi proyecto personal que se llama Magali, también como directora y guionista. Y voy a participar en la producción de la siguiente película de Ulises Pérez Mancilla, que se llama Novenario.