En entrevista exclusiva, María Emilia Beyer, directora del recinto, habla sobre la reciente apertura del nuevo Espacio Infantil, un lugar que pone al juego como eje central del aprendizaje.
Desde hace más de 32 años Universum, el Museo de las Ciencias de la UNAM, ha destacado por su firme compromiso con la divulgación científica y la innovación. A lo largo de este tiempo ha incorporado diversas exposiciones y actividades que combinan información de vanguardia con enfoques educativos atractivos.
Con motivo de la apertura de su nuevo Espacio Infantil, María Emilia Beyer Ruíz, directora del recinto, comparte con Vértigo los retos y desafíos que enfrenta el museo para continuar su labor de acercar el conocimiento a las nuevas generaciones.
Renovarse o morir
Desde 1992 Universum ofrece un enfoque interactivo de la ciencia para casi un millón de personas al año. Con una superficie total de más de 22 mil metros cuadrados, el museo aloja exposiciones permanentes en alrededor de doce mil metros cuadrados distribuidos en 13 salas, que van desde los océanos hasta las matemáticas. Pero ante los acelerados cambios sociales y el rápido avance de la ciencia, ¿cuál es el desafío para seguir como uno de los museos más visitados de México?
“El mayor reto de Universum es conectar con los públicos actuales, entender sus intereses y ofrecerles experiencias que las personas desean encontrar. Aunque contamos con un presupuesto limitado, la ventaja de estar en la UNAM es que tenemos el apoyo de científicos y especialistas, lo que enriquece nuestra oferta”, señala Beyer.
Agrega que a diferencia de museos más estáticos, como el Louvre, donde la gente solo espera ver la Mona Lisa, Universum debe estar en constante actualización, al presentar nuevos descubrimientos y avances científicos.
Otro desafío importante, añade la bióloga y divulgadora científica, es adaptarse a la rapidez de los avances y descubrimiento científicos y tecnológicos. “La ciencia evoluciona constantemente y con ella las expectativas y necesidades de las nuevas generaciones. Por ello, comprender que cada público tiene intereses diferentes y que el mundo en el que crecen los niños y jóvenes está en constante cambio es fundamental”, dice.
Hoy en día el Museo de las Ciencias recibe a alrededor de medio millón de visitantes anuales, una cifra relevante considerando las dificultades pospandemia. Además, su museo digital cuenta con más de un millón de seguidores.
Entre sus exposiciones permanentes se encuentran temas como la evolución, la realidad aumentada y virtual, la astronomía, las matemáticas, los océanos, el agua y el reciclaje, junto con un huerto y un mariposario que fomentan la interacción al aire libre.
La directora de Universum adelanta que el próximo 27 de marzo se inaugurará una nueva exposición titulada Ventanas al futuro, que combinará ciencia y arte a través de Inteligencia Artificial (IA), realidad aumentada y virtual, con la participación de artistas que exploran estos temas mediante obras tecnológicas.
Nuevo Espacio Infantil
Después de dos años de planificación, diseño y producción, María Emilia Beyer dio luz verde al nuevo Espacio Infantil, una sala de más de mil 700 metros cuadrados completamente renovados, listos para sorprender a los visitantes más pequeños.
“El Espacio Infantil lo inauguró el 15 de febrero el rector de la UNAM, doctor Eduardo Lomelí. Este proyecto se desarrolló en colaboración con 29 aliados. Está dirigido a niños de cero a ocho años. Su diseño responde a las secuelas emocionales de la pandemia, que afectaron especialmente a los más pequeños. El espacio promueve el juego como método de aprendizaje de la ciencia, un componente fundamental para el desarrollo social y emocional de los niños. Además, ofrece un entorno educativo de alta calidad donde el juego y el descubrimiento van de la mano”, explica Beyer.
El juego, señala, es una actividad presente no solo en los seres humanos, sino también en otras especies como los chimpancés, gorilas, delfines y hasta cabras. Esta actividad evolutiva permite comprender cómo nos relacionamos con el mundo y la comunidad. “Cuando se pierde el potencial de jugar, ya no solo se aprende menos, sino que también se deteriora la capacidad de ser un ser social”, explica.
Por ello, subraya la importancia de estudiar el juego. “En este sentido, la Fundación Lego ha compartido datos valiosos con el museo, fruto de su colaboración con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard. De ahí que ahora tengamos presente que a los niños y a los jóvenes, por igual, lo que les atrae son las nuevas tecnologías y sus aplicaciones en la vida cotidiana. Eso está totalmente dentro de sus maneras de vivir, de comunicarse con otros, en su forma incluso de presentarse al mundo”.
El Espacio Infantil también cuenta con tecnologías como impresoras 2D que permiten a los niños convertir plástico reciclado en objetos útiles. “Ofrecemos experiencias educativas a través de tabletas y animaciones, pero buscamos equilibrarlas con actividades analógicas, promoviendo el juego sin pantallas y fomentando la interacción social”, explica la líder de Universum.
Además, agrega, “tenemos una pieza hermosa de la fotógrafa brasileña Angélica Dass, que habla a favor de la empatía, a favor de la diversidad cultural, de la diversidad racial, sobre genética. Vamos a explicar un montón de cosas, pero a manera de juego, y vamos a comprender que todos somos uno”.
Mujeres y ciencia
María Emilia Beyer Ruíz es bióloga, divulgadora científica y autora. Desde 2020 ocupa el cargo de directora de Universum, donde se siente plenamente satisfecha con su labor. Su formación en Biología y Filosofía de la Ciencia le permite aportar una visión integral a este museo de ciencias, que no solo aborda las ciencias exactas, sino también aspectos humanos y sociales.
“El hecho de que mi formación combine ciencias duras y ciencias humanistas me ha permitido, espero, aportar una visión más amplia en Universum. Mi objetivo como directora ha sido lograr un enfoque integral, donde si bien estamos firmemente anclados en las ciencias naturales, también tengamos un pie en las ciencias sociales. Esto nos enriquece a todos”, dice.
En este contexto, considera fundamental que más niñas y jóvenes se acerquen a la ciencia, un campo históricamente dominado por hombres. “Limitar su participación es desperdiciar un potencial invaluable. Las ideas innovadoras pueden surgir de cualquier persona, independientemente de su género. En mi caso, como bióloga con estudios en Filosofía de la Ciencia, busco integrar una perspectiva más amplia, donde las ciencias sociales también tengan cabida. Esto enriquece nuestra comprensión del mundo, combinando el conocimiento natural con la reflexión social y emocional”, concluye.