CONCILIACIÓN Y LECTURA

Federico González
Cultura
LIBROS ALEGRES

Armando González Torres. Libros alegres. El tapiz del unicornio. 162 pp.

Armando González Torres (Ciudad de México, 1964) es un lector omnívoro y con una vocación renacentista. Entre sus gustos hay novela, ensayo, política, poesía y religión, por mencionar los más citados. Quienes desde hace años leemos sus artículos en distintos medios sabemos que es un agudo lector que sabe contagiar el placer por la palabra impresa.

“Con el libro es posible potenciar la memoria, acumular experiencias y conocimientos y prolongar la conversación más allá de las rondas de las generaciones”, se lee en Libros alegres, su nuevo volumen o, mejor dicho, su nueva antología de miniensayos.

Dos rasgos que definen su trabajo son la sencillez y el conocimiento. Cada uno de sus breves textos aspira a entablar un diálogo con el lector, solo que ahora guiado por una vocación propositiva.

El título del volumen no es gratuito: en esta ocasión nos habla de autores de un optimismo razonado y un gran equilibrio crítico, que transmutan cierta serenidad de espíritu. El objetivo es establecer una suerte de tertulia atemporal entre personajes pertenecientes a las más distintas disciplinas.

Guía de lecturas

Dicho esto, Libros alegres cae como soplo de aire fresco en días acalorados, política y meteorológicamente hablando. González Torres nos invita a hacer de la lectura una celebración de la vida, una ponderación de lo humano más equilibrada en términos de defectos y virtudes.

Es así como descubrimos a autores como el húngaro Belá Hamvas, autor de Filosofía del vino; el polaco Adam Zagajewski, quien pese a haber vivido una infancia y adolescencia bajo el yugo del fanatismo y el dogma tiene un ánimo de serenidad, concordia y una inteligencia sonriente que resulta contagiosa; o la filósofa inglesa Philippa Foot, autora de un libro clásico, Bondad natural, donde nos muestra cómo la bondad puede ser una facultad natural de los seres vivos y con su vida y experiencia transmite esta prédica.

Al articulista hay que agradecerle, por un lado, fungir como una especie de guía confiable en términos de escritores de talento comprobado; y, por otro, recordarnos la importancia del punto medio, de los matices, de no tomarnos tan en serio las cosas y mucho menos a los políticos.

Otros títulos de Armando González Torres son La peste, ¡Que se mueran los intelectuales! y La lectura y la sospecha.

Vértigo también recomienda

Raquel Tibol (selección y notas). Escrituras. Frida Kahlo. UNAM. 566 pp.

Frida tenía un sentido instintivo del ritmo de las palabras y contaba sabrosamente situaciones, anécdotas y chismes. Su estilo, lleno de mexicanismos, es fresco y desparpajado, como muestran estos textos seleccionados por Tibol.

Goran Petrovic. Iconostasio del mundo conocido. Sexto Piso. Trad. Dubravka Suznjevic. 178 pp.

El patio del trono del déspota Stefan Lazarevic acaba de construirse y debe ser amueblado con lo mejor de lo mejor; en medio de esto suceden todo tipo de disparatados eventos. La prosa del autor serbio recién fallecido es un goce a la hora de burlarse de la aristocracia y reflexionar sobre la dignidad humana.

Conrado Romo. Ciudad Copyright. Tierra Adentro. 100 pp.

El académico lanza una crítica documentada de dos fenómenos actuales: la gentrificación y la venta de propiedad intelectual. Romo argumenta que ambas variables dan pie al fenómeno de la creación de ciudades copyright, espacios favorables a las industrias creativas.