En el marco del 20 aniversario de la Fundación para las Letras Mexicanas (FML) el escritor Lázaro Izael recibió el Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2023 por su obra Gallo, el planeta estalla.
Con gran emoción tras recibir la noticia el poeta de 26 años considera que su obra fue elegida por “la singularidad del personaje, que tiene que ver con la mirada de quien se enfrenta a algo desconocido; por el extrañamiento con el que la poesía nos coloca ante el mundo y por la exploración de la musicalidad, de la que siempre me he preocupado”.
Las infancias, señala el escritor mexicano, “suelen estar siempre preguntando y ese es justamente un método para conocer y adentrarnos en lo poético”.
Para esta edición se recibieron 103 propuestas de 22 países de habla hispana, como México, Chile, España, Argentina, Colombia y Cuba, así como de la población de origen latino radicada en Estados Unidos.
Este reconocimiento, que se ha consolidado como un distinguido referente de la poesía en Hispanoamérica, ha recibido durante los últimos 20 años postulaciones de 22 naciones de esta región cultural, representadas en poco más de dos mil 500 poemarios.
Reconocimiento
En este sentido, el 26 de octubre el jurado determinó por unanimidad otorgar esta distinción al también autor de Envilecidas como hienas miramos la espesura de ese cielo, que participó bajo el seudónimo de Neil Armstrong, por considerar su obra como “una representación poética alejada del antropocentrismo, elaborada con una belleza plástica y un sentido del humor que aporta un tono cercano al lector y propone frescas imágenes poéticas”.
Conformaron el jurado Karen Villeda, titular de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL) del INBAL; el ensayista, narrador y poeta Eduardo Casar; así como María Baranda, cuyo trabajo en el ámbito de la literatura infantil y juvenil goza de un sólido reconocimiento internacional, actualmente a cargo de la Cátedra Extraordinaria Octavio Paz de la UNAM y tutora de poesía en la FLM.
El premio, dotado de 200 mil pesos, incluye además la publicación del poemario ganador por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Talento
—¿Cómo incursionó en la escritura?
—Al igual que muchos, comencé como lector. Pienso que algunos de los lectores que deciden empezar a escribir lo descubren casi como un camino natural.
En cuanto a lo académico, señala, “estudié en escuelas públicas de Saltillo, Coahuila, de donde soy originario y donde además tuve grandes maestros que me dieron las bases: desde secundaria nos hacían leer poemas como Nocturno a Rosario, de Manuel Acuña, por ejemplo; pero también leíamos a Sor Juana y a muchos otros poetas clásicos. Esos también fueron mis maestros y fue con lo que empecé”.
Al llegar a la universidad el joven autor conoció a otros maestros, como los escritores Javier Villarreal, Minerva Margarita y Eliseo Carranza. Gracias a ellos, cuenta, “me fui apasionando de la escritura, porque a veces la poesía es vista como algo difícil de apreciar y eso es algo que a mí me pasaba, cosa que con la práctica y una guía correcta uno aprende a entender”.
Puntualiza que “ese ha sido el camino que hasta hoy continúa. Es un proceso de aprendizaje que no termina”.
—¿Qué representa para usted la poesía?
—Desde hace varios años me he estado formando como poeta y justo ahora, al hablar de la poesía, para mí es como una de las fuentes fundamentales de la manera en que yo conozco y aprendo. La poesía tiene todo para conocer el mundo. En lo personal, pienso que la poesía es una de las ramas del arte que es como la espina dorsal del lenguaje: lo que de alguna manera pone movimiento o vuelve visible las cosas que a veces dejamos pasar de largo por la cotidianeidad.
En esta vigésima entrega el Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia reitera su propósito de fomentar la sensibilidad y la lectura de poesía entre las infancias.
Por ello, este galardón ha reconocido a distintos creadores que cuentan con una amplia trayectoria tanto en el ámbito de la literatura infantil como en el campo de la promoción de la lectura, como María García Esperón y Martha Riva Palacio, de México; Mercedes Calvo, de Uruguay; Laura Escudero Tobler y Cecilia Pisos, de Argentina; Aramís Quintero y Elizabeth Reynosa Aliaga, de Cuba; así como María José Ferrada y Felipe Munita, ambos de nacionalidad chilena.
—¿Cómo dirigir la poesía a las infancias?
—Desde hacía mucho tiempo tenía la inquietud de escribir literatura infantil. Entonces comencé a tomar talleres con poetas como Martha Riva Palacio y Micaela Chirif, quienes entre otras distinciones han sido ganadoras de este premio. Así entendí la manera de abordar la poesía para las infancias; me hizo darme cuenta del ejercicio que realmente te exige.
Para el ganador de la vigésima edición de este galardón “la literatura infantil no es algo menor: el enfoque de los temas toma ciertas formas, pero el reto es igual al escribir cada verso y también a la hora de crear una imagen. No se debe subestimar a las infancias, sino más bien proponer una escritura que pueda estimular la imaginación mediante la relación que los más jóvenes tienen con el lenguaje, que es justamente algo en lo que pensé con este poemario: crear una escritura desde la interrogación, como lo hacen precisamente los niños”.
—¿Qué significa este reconocimiento para su carrera?
—Significa muchísimas cosas… Principalmente porque hasta ahora he ganado el Premio Nacional Dolores Castro 2019 y en 2022 el Iberoamericano de Poesía Joven Alejandro Aura, pero como lector de esta colección me emociona ahora formar parte de su catálogo de escritores. Este es un premio que otorgan tanto la FLM como el FCE, que son dos instituciones que respeto, además de que la primera ha sido muy importante para mí porque fue un parteaguas en mi carrera.
Finalmente, Izael dice que “a veces es difícil para los jóvenes llegar a esos espacios y esta es una plataforma que nos abre el camino”.
El trabajo conjunto de la FLM y el FCE ha conferido una mayor visibilización al proyecto, pues además de que el sello editorial favorece la belleza de las ilustraciones y de la dimensión gráfica del poemario, contribuye también a la distribución de los premios ganadores en un amplio radio geográfico, propiciando que la poesía se encuentre al alcance de un gran público de lectores.