LA UNESCO Y LA UNODC LANZAN LA CAMPAÑA PROTEGE TU LEGADO

“México ha logrado recuperar más de 13 mil bienes culturales”.

Guillermo Medel
Cultura
UNESCO UNODC
Secretaría de Bienestar

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) en México urgen a reconocer y hacer frente al tráfico ilícito de bienes culturales como un asunto de seguridad global.

A través de la campaña Protege tu legado ambos organismos buscan crear conciencia sobre las implicaciones y los riesgos de este delito desde el nivel comunitario, así como las formas de prevenirlo y combatirlo para salvaguardar el patrimonio cultural.

Fragmentos de historia

El tráfico ilícito de bienes culturales consiste en la sustracción, destrucción o traslado ilegal de bienes culturales tales como piezas monumentales, arqueológicas, antropológicas, artísticas y obras documentales, o partes de ellas.

Se trata de una actividad que priva a las comunidades del acceso a valiosa información útil para su presente o para proyecciones futuras, afectando asimismo el desarrollo sostenible en campos como el turismo y los empleos sustentables, el acceso a la educación y el ejercicio de los derechos culturales, entre otros.

En este sentido, la Convención de la UNESCO de 1970 —con 143 Estados parte— sigue siendo una referencia para establecer acciones y orientar la cooperación mundial contra el tráfico ilícito de bienes culturales.

Por su lado, la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (UNTOC) indica que este delito se vincula con la financiación del terrorismo, el crimen organizado, el tráfico ilícito de drogas y armas de fuego, el lavado de dinero y la corrupción.

Indicadores

Debido a la dificultad para descubrir y vigilar estas actividades ilícitas, no se pueden precisar las cifras sobre este delito, pero la Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés) estima que las ganancias del comercio ilícito de antigüedades oscilan entre 225 y tres mil millones de dólares por año.

En tanto, el Grupo sobre Delincuencia Organizada de la Policía Metropolitana del Reino Unido, así como la Interpol, calculan que estas mismas ganancias ascienden a una suma de entre 300 y seis mil millones de dólares anuales.

De igual forma, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que la suma disponible para lavado de dinero por medio del mercado del arte equivalía a 2.7% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial en 2009, es decir, mil 600 billones de dólares.

La UNESCO trabaja ahora de la mano con gobiernos, con la UNODC, la Interpol, el Consejo Internacional de Museos y la Organización Mundial de Aduanas, entre otras organizaciones, para lograr mediante el trabajo conjunto resultados importantes: en 2021 y 2022 se recuperaron más de 20 mil piezas culturales de todo el mundo, entre ellas varias de origen mexicano, en articulación con fuerzas del orden de casi 30 países.

En este sentido, México ha logrado recuperar más de 13 mil bienes culturales. El país investiga, resguarda y protege más de 82 mil 300 monumentos históricos, conjuntos arquitectónicos y bienes inmuebles con valor cultural que son susceptibles al tráfico ilícito.

Cabe destacar que este delito puede presentarse tanto en mercados legales como ilegales: en sitios arqueológicos, museos y galerías, lo mismo que en sitios religiosos y plataformas digitales.

Conciencia

A propósito del lanzamiento de esta campaña, el representante de la UNODC en México, Kristian Hölge, afirma: “Robar al pasado es destruir nuestro futuro. El patrimonio histórico y cultural es un testimonio singular de la identidad de los pueblos, su protección es esencial para México y el mundo, en especial para los países en desarrollo, que se cuentan entre los más afectados por este delito. Por esta razón es fundamental la protección del patrimonio en la Agenda 2030”.

Por otro lado, Andrés Morales, representante de la UNESCO en México, dice que la organización “avanza en la creación del primer museo mundial virtual de bienes culturales robados y continúa apoyando a los países para formular mecanismos más amplios, incluida la protección de bienes no descubiertos; iniciativas que responden al llamado internacional sobre el tema que se plasmó en la Declaratoria de Mondiacult 2022”.

Agrega que “la sociedad tiene un papel muy importante, teniendo mayor conciencia del impacto de este tipo tráfico ilícito que tiene efectos en la seguridad y la tranquilidad de las personas”.

Por eso, puntualiza, la UNESCO y la UNODC “iniciamos la campaña #ProtegeTuLegado, que está presente en medios de comunicación y de transporte, así como redes sociales, e invitamos a que se sumen instituciones, organizaciones, museos y galerías para insistir en que debemos proteger nuestra herencia cultural para salvaguardar nuestra seguridad y nuestra humanidad compartida”.

Por si fuera poco, la UNESCO adoptó —durante su cuadragésima Conferencia General en 2019 — al 14 de noviembre como Día Internacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales con el objetivo de llamar más la atención sobre este delito y las formas de combatirlo, así como para destacar la importancia de la cooperación internacional y de las medidas proactivas a través de la convención para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícita de bienes culturales .

El tráfico ilícito de bienes culturales tiene muchas causas, y la ignorancia y la falta de ética están en su raíz. Los bienes culturales objeto de comercio ilícito suelen transferirse ya sea a través de los mercados ilícitos de todo el mundo o de mercados lícitos como las subastas, incluso en línea.

Esta convención, que celebró su 50 aniversario en 2020, proporciona un marco internacional para la prevención del robo y el saqueo y la devolución y el retorno de los bienes culturales robados, en paralelo con otros avances en la lucha contra el tráfico ilícito.

Por todo ello es importante que todo comprador ejerza la debida diligencia a la hora de verificar la procedencia de los bienes culturales adquiridos, con el fin de detener el tráfico ilícito de bienes culturales.